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Latinoamérica

Batlle prohibió que comisión para la paz se reuniera con los comandantes en jefe

Por Roger Rodríguez / LA REPUBLICA

Integrantes de las Fuerzas Armadas sólo han podido colaborar "informalmente" en investigación sobre desaparecidos. El teniente general Carlos Daners había acordado un encuentro con el abogado Gonzalo Fernández y el Presidente lo suspendió. La Comisión para la Paz tampoco logró reunirse con los vicealmirantes Carlos Pazos y Carlos Giani. El brigadier general José Pedro Malaquín no explica su participación en el vuelo que trajo vivos a los uruguayos que se creían desaparecidos en Orletti
A pocos días de concluir la redacción de un primer borrador del informe sobre la situación de los uruguayos desaparecidos en Argentina y Uruguay, la Comisión para la Paz, creada por el presidente Jorge Batlle, no ha podido entrevistarse con los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. Los máximos mandos militares no han tenido la autorización del comandante en jefe de las tres armas, es decir, del propio Presidente de la República, quien hace un año y tres meses suspendió una reunión que ya se había concretado
En la ocasión, se argumentó que era conveniente una "posposición" del encuentro, que se realizaría "más adelante" con la presencia del mismísimo presidente Jorge Batlle. Sin embargo, cuando ya se está redactando el informe final de la Comisión, la reunión con los comandantes en jefe no se ha realizado. El hecho ­según una fuente castrense consultada por LA REPUBLICA­ fue considerado una "señal" hacia toda la estructura militar, donde siempre se consideró que la propuesta de Batlle sobre una Comisión para la Paz era un "hecho político" y no "una orden" que obligase a las Fuerzas Armadas a develar sus secretos sobre los desaparecidos
La Comisión para la Paz, en realidad, ha contado con mayor aporte de algunos integrantes de los "Tenientes de Artigas" ­una logia militar opuesta a los mandos vigentes, que no cuenta actualmente con ningún representante en el generalato­ que de los comandantes de división, los servicios de inteligencia y el resto de la estructura orgánica militar. El 2 de mayo del año 2001 el presidente Jorge Batlle prohibió una reunión entre el comandante en jefe del Ejército, teniente general Carlos Daners y los abogados Gonzalo Fernández y Carlos Ramela de la Comisión para la Paz, quienes desde entonces nunca pudieron reunirse con los máximos jerarcas de las fuerzas armadas
La reunión con Daners, según pudo saber LA REPUBLICA, se había generado en un contacto telefónico que Gonzalo Fernández mantuvo el lunes 30 de abril de ese año con el general Ricardo González Falcón, jefe de la Casa Militar de la Presidencia de la República, quien muchas veces había funcionado de nexo con la Comisión para la Paz. En la conversación Fernández sugirió la posibilidad de reunirse con Daners y el general González acordó realizar la consulta con el mando, luego de que pasara el feriado del 1º de Mayo. El comandante en jefe del Ejército aceptó la reunión que quedó en concretarse el jueves 3 de mayo
El miércoles 2, Fernández informó a Carlos Ramela sobre la posibilidad del encuentro y éste consideró pertinente advertir sobre la misma al presidente Jorge Batlle. El primer mandatario, que en más de una ocasión les había dicho que estaban autorizados a hablar con el militar que quisieran, terminó por prohibir el encuentro. Las fuentes consultadas por LA REPUBLICA explicaron que a Batlle no le gustó que la reunión surgiera en forma horizontal y que consideró pertinente posponer un encuentro de ese nivel para que, cuando se concretara, él mismo estuviera presente en su condición de comandante de las tres armas
Sin embargo, la reunión no se ha efectuado hasta la fecha. La Comisión para la Paz tampoco pudo reunirse ni con el vicealmirante Carlos Pazos ni su sucesor Carlos Giani, los dos comandantes en jefe que ha tenido la Armada durante la administración Batlle. Por su parte, el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general José Pedro Malaquín, quien tampoco ha tenido contacto con la Comisión para la Paz, no quiso responder a LA REPUBLICA, cuando se intentó ­antes de publicar la información­ consultarlo sobre la versión que lo implicaba en el traslado de un grupo de civiles encapuchados en el vuelo 511 de TAMU en octubre de 1976
Malquín no aceptó responder las preguntas que algunos periodistas le hicieron en el Edificio Libertad. Bastó que se le mencionara "la tapa de la República" para que el brigadier general se retirara del lugar, susurrando: "De eso no hablo". Sólo ha existido silencio oficial ­convenientemente extendido a todos los informativos de televisión, principales radios y diarios­ ante el testimonio de quien vio llegar en octubre de 1976 una quincena de civiles encapuchados procedentes del oeste; probablemente los últimos uruguayos detenidos en el centro clandestino de reclusión Automotores Orletti de Buenos Aires
Un silencio que puede ser interpretado como una decisión política del gobierno de no querer aceptar las evidencias (publicadas en LA REPUBLICA el 17 de marzo, el 9 de junio y el 2 de setiembre) sobre la existencia de un último traslado clandestino de uruguayos secuestrados en Argentina en 1976
Un último traslado con significativas implicancias: porque si el vuelo existió y otros 14 o 16 uruguayos sobrevivieron a Orletti (y posiblemente permanecían vivos cuando la Dinarp emitió a fines de octubre de aquel año sus comunicados sobre los "62 subversivos" capturados en el falso operativo del chalé de Shangrilá), la Comisión para la Paz y el gobierno de Batlle deben indagar qué ocurrió en estos casos, por qué se decidió "desaparecerlos" y dónde se encuentra eventualmente el cementerio clandestino donde yacen sus restos. Los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas pueden tener las respuestas
(Diario La República)