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Latinoamérica

La izquierda promueve 11 medidas para salir de la crisis
FA: "El bloque de poder gobierna contra el pueblo y vacía la democracia"

El Plenario Nacional del Frente Amplio (FA) aprobó ayer una declaración que establece las bases para su accionar político en la crisis actual de nuestro país. En ella alerta que "El bloque de poder gobierna contra el pueblo y el interés nacional y vacía alarmantemente la democracia, cuando lo que debiéramos tener los uruguayos es un gobierno patriótico, de mayorías nacionales y reconstrucción nacional".
En la resolución, que fue aprobada por consenso -la delegación de la Corriente de Izquierda se abstuvo-, se define que "la contradicción de la hora es oligarquía-pueblo". Se sostiene que "el EP-FA tiene que respaldar su accionar en la movilización social" y advierte que "las circunstancias que podrían surgir obligan a elaborar políticas que prevean situaciones aún más críticas, en lo económico y en lo político".
El FA también resolvió promover 11 medidas concretas para enfrentar la crisis.
La resolución
A continuación reproducimos textualmente la resolución del Plenario Nacional del FA:
1- El país está viviendo una de las peores crisis de su historia, al punto que, luego que se aprobó en el Parlamento Nacional con los votos de la coalición el Fondo de Estabilidad del Sistema Bancario, se produjo un antes y un después: culminando una etapa y colocando al país ante el comienzo de otra que todavía no se desarrolló.
2- El ataque altamente especulativo y la fuga de capitales, favorecida por las acciones del gobierno, que indujeron a la pérdida de confianza y credibilidad del sistema financiero, en particular el BROU y el BHU, los dos bancos oficiales, sin los cuales vemos sumamente comprometido el desarrollo de un programa de gobierno democrático, popular y progresista, al favorecer el desarrollo de la banca privada transnacional.
3- Lo mismo sucede con las acciones emprendidas para la entrega de las empresas públicas a la iniciativa privada, así como lo que están haciendo para desmantelar el aparato del Estado a través de la Rendición de Cuentas en el marco de las Cartas de Intención firmadas con el FMI.
Como resultado de todo esto dejarán:
* un país comprometido en su capacidad productiva, casi sin posibilidades de acceso al crédito para producir y con un aumento del endeudamiento que va a condicionar gravemente las posibilidades de desarrollo de un modelo independiente.
* un Estado disminuido por el desmantelamiento de que está siendo objeto en sus áreas estratégicas y sensibles como la educación y la salud.
* una población empobrecida hasta niveles extremos, tanto en profundidad como en la amplitud de las capas sociales que abarca
* un aumento del desempleo y el subempleo y miles de uruguayos que abandonan el país todas las semanas.
4- Por su parte, el gobierno de coalición viene aumentando su aislamiento interno, aunque hasta el momento ha estado respaldado fuertemente a nivel internacional tanto por gobiernos -Estados Unidos fundamentalmente- como por organismos financieros y a actuado sin mayores fisuras instrumentando su propuesta en la coyuntura, sin ninguna receptividad ante los planteos de la oposición política y social. No obstante ello, en lo interno, la población no respalda la gestión del mismo y encuestas de opinión pública reflejan sólo el 16 por ciento de apoyo.
5- Ante esta situación es necesario profundizar la oposición al mismo tiempo que se plantean propuestas alternativas, para dar soluciones inmediatas a la crisis.
6- El bloque de poder gobierna contra el pueblo y el interés nacional y vacía alarmantemente la democracia, cuando lo que debiéramos tener los uruguayos, es un gobierno patriótico, de mayorías nacionales y reconstrucción nacional, en el que puedan participar todas las fuerzas políticas y las organizaciones sociales, cada una en su rol, dispuestas a comprometerse con un programa que contemple, por lo menos, los siguientes puntos:
* reactivación y empleo (impulso a la inversión, particularmente pública, estímulos a exportadores, suspensión de ejecuciones y renegociación de adeudos, facilitar el crédito productivo);
* convocatoria a Consejos de Salarios para la recuperación del poder adquisitivo de asalariados y jubilaciones;
* control de precios a productos de la canasta familiar;
* un Sistema Financiero mejor supervisado y al servicio de un país productivo
* atención específica a la Emergencia Social (Plan de Emergencia con asignación de recursos específicos a determinar);
* aumento de recursos para Hospitales públicos y la asistencia primaria de salud en los Centros Asistenciales del MSP y las Intendencias Municipales;
* defensa de la banca pública;
* medidas compensatorias a pequeños ahorristas, y a endeudados en dólares;
* medidas de desdolarización progresiva;
* defensa del ahorro nacional (desestímulo de fuga de capitales);
* profundización de la transparencia en la actividad pública (levantamiento del secreto bancario para los cargos electivos y de particular confianza).
7- Para avanzar en este sentido es necesario ampliar las alianzas políticas y sociales, tendiendo a debilitar aun más el proyecto del gobierno de entrega del país, de su patrimonio y sus recursos, de la producción y el trabajo y el deterioro del entramado social. Cada vez son más los sectores sociales y económicos perjudicados por la política económica del gobierno, y la gran tarea de nuestra fuerza política es hoy tratar de articular las alianzas con ellas y con todos los sectores dispuestos a enfrentar al gobierno de coalición, en el marco del desarrollo de la contradicción actual oligarquía-pueblo, junto a los que necesitan de un país soberano para que se puedan concretar sus aspiraciones.
8- Al mismo tiempo, el EP-FA tiene que respaldar su accionar en la movilización social, con propuestas e iniciativas tendientes a la convergencia, la unidad y la movilización de los principales protagonistas sociales: PIT-CNT, FEUU, Fucvam, Concertación para el Crecimiento y diversas organizaciones de la sociedad civil, buscando el objetivo, no sólo de aislar la política entreguista, sino de fortalecer una alternativa y la idea de que otro Uruguay, productivo y solidario, es posible en el marco de un gobierno que desarrolle otra política económica que privilegie a la gente y sus necesidades.
9- El proyecto alternativo debe consolidarse al mismo tiempo que se fortalece la democracia y la participación de las grandes mayorías en la oposición, la movilización y la construcción de propuestas.
El proyecto conservador se puede desarrollar tanto con un gobierno autoritario como con uno democrático, pero el proyecto progresista necesita de un marco en el cual se desarrollen y consoliden las garantías democráticas.
10- Es necesaria la articulación de propuestas solidarias con los sectores más carenciados de la población, desde una participación activa y militante en programas y acciones de atención alimentaria y sanitaria, promoviendo la organización y la autogestión, mejorando la coordinación institucional ante la gravedad de la emergencia social.
11- Hay que tener en cuenta que el concepto de gobierno de reconstrucción nacional se introduce en momentos en que la concreción de la política económica del gobierno dificulta de la peor manera posible las posibilidades del programa popular, elaborado a partir del Congreso del Pueblo y que luego ha sufrido distintas modificaciones y actualizaciones, pero sin que perdiera sus características principales.
Ello se dificulta enormemente a partir de la agudización de la dependencia externa y la profundización de la crisis regional e internacional del sistema capitalista. Por ello, la realidad exige un gobierno basado en un Programa de Reconstrucción Nacional respaldado por grandes mayorías nacionales políticas y sociales.
12- Las circunstancias que podrían surgir obligan a elaborar políticas que prevean situaciones aún más críticas, en lo económico y en lo político. Por lo tanto no debemos descartar escenarios que no deseamos y que nos condicionarían, si no elaboramos una estrategia que los contenga.
13- En ese marco es imprescindible fortalecer la elaboración estratégica, la unidad de acción y mayor presencia del FA y del EP-FA, tanto en la práctica cotidiana como en los medios de comunicación, más de allá de que existan matices y formas de presentación de los distintos sectores, que respetando el compromiso político de 1972, no comprometa una línea de acción común.