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Latinoamérica

21 de agosto del 2002

Cómo 90 indios peruanos se convirtieron en los más recientes colonos judíos

Neri Livneh
Ha'aretz/The Guardian
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Cuando una delegación de rabinos viajó a Lima para convertir a un grupo de indios sudamericanos al judaísmo, pusieron una sola condición: vengan y vivan con nosotros a Israel. En cuanto estos nuevos judíos llegaron al país, fueron llevados directamente en autobús a asentamientos en los territorios en disputa. ¿Cómo les va? Neri Livneh, los encontró.
En una estructura prefabricada en una escuela en el asentamiento cisjordano de Alon Shvut, hay algunas docenas de personas sentadas, cantando una popular canción hasídica: "Todo el mundo es un puente muy estrecho y lo principal es no tener miedo." Cantan con sentimiento, aunque la mayoría no entiende ni una palabra de la canción. Como es costumbre en las escuelas religiosas, la clase está dividida en una sección para hombres y otra para mujeres. Las mujeres llevan sombreros y las cabezas de los hombres están cubiertas de casquetes tejidos. Tanto los hombres como las mujeres tienen, evidentemente, rasgos de indígenas sudamericanos.
Casi sin que se note, un nuevo tipo de judíos está naciendo en los asentamientos. Judíos que por cierto están unidos a Israel y a todo lo israelí sólo por un puente muy estrecho. Aún no han visitado Tel Aviv o Haifa, y nunca han oído hablar de Degania, el primer kibbutz, o de su vecino, Kinneret.. Miki Kratsman, el fotógrafo y yo tuvimos el privilegio de ser los primeros judíos seculares que han encontrado. Sin embargo, están animados por un sentido histórico de su derecho a este país.
"Somos de origen indio," dice Nachshon Ben-Haim, anteriormente llamado Pedro Mendoza, "pero en Perú, en los Andes, no queda cultura indígena. Todos se han vuelto cristianos, y por ellos nos hicimos judíos, nosotros también éramos cristianos que iban a la iglesia."
El milagro de la creación de esta comunidad de nuevos judíos tiene que ser acreditada –o debitada- entera y exclusivamente a la cuenta del gran rabino de Israel. Por orden del gran rabino asquenazí, Israel Meir Lau, una delegación de rabinos viajó a Perú. Durante sus dos semanas en el país, convirtieron a 90 personas al judaísmo, la mayor parte de ellos de origen indígena.
"Encontramos un pequeño río entre Trujillo y Cajamarca y todos se inmergieron en él. Llevamos a la gente de Lima a inmergirse en el océano y entonces tuvimos que volver a casarlos a todos en una ceremonia judía según la halajá (ley religiosa judía)," dice el rabino Eliyahu Birnbaum, juez en el tribunal de conversión y miembro de la delegación.
Los rabinos convirtieron sólo a los que decían que estaban dispuestos a emigrar de inmediato a Israel. "Impusimos esa condición porque en las áreas remotas en las que viven, no hay posibilidad de respetar las reglas del kosher y nos era importante asegurar que vivieran en un ambiente judío. En realidad, la condición no era necesaria porque en todo caso estaban imbuidos por un amor hacia el país de Israel de una manera que es difícil de describir," dice el rabino David Mamo, presidente adjunto del tribunal de conversión.
"Porque vimos su entusiasmo por el país de Israel, comprendimos que la conversión formaba parte de un proceso completo incluyendo la aliya (inmigración a Israel), así que les dijimos: igual como viven en una comunidad aquí, ustedes debieran unirse también a una comunidad en Israel," dice Birnbaum. "El rabino Mamo y yo, los dos vivimos en Gush Etzion (un grupo de asentamientos al sur de Belén) y creemos que cuando se trata de asentamientos orientados hacia una comunidad, no hay nada que se pueda comparar con Alon Shvut y Karmei Tzur (ambos en Gush Etzion), que dijeron que estarían dispuestos a absorber a los nuevos inmigrantes."
Los 90 nuevos inmigrantes, incluyendo a 18 familias, fueron llevados directamente desde el aeropuerto a los dos asentamientos. Leah Golan, director del departamento responsable de inmigración de la Agencia Judía, dice: "Nosotros, como Agencia Judía, traemos a Israel a todo el que haya sido definido como con derecho a la aliya, -es decir, todo el que ha sido reconocido como judío por el gran rabino o por el ministerio del interior.
"Generalmente, los potenciales inmigrantes están en contacto con nuestros emisarios de la aliya y reciben informaciones de mucha confianza sobre posibilidades de alojamiento, empleo y educación en Israel. Pero en Perú, no tenemos un emisario: sólo hay una pequeña comunidad judía de unas 3.000 personas, así que sólo tenemos una oficina en Lima que es atendida por una mujer local. Por ello, la Agencia Judía no tuvo nada que ver con la decisión sobre dónde estos nuevos inmigrantes iban a vivir o qué clase de trabajo iban a hacer. Todas las decisiones al respecto fueron aparentemente tomadas por los rabinos." Teóricamente los nuevos judíos tenían la opción de unirse a la comunidad judía en Perú, pero fue eliminada.
"¿Cómo decirlo sin ofender a nadie? dice Birnbaum. "La comunidad en Lima consiste de una cierta clase socio-económica y no los quería porque son de un nivel inferior. Había una especie de acuerdo de que si eran convertidos, no se agregarían a la comunidad de Lima, así que no quedaba otra alternativa que poner la condición de que inmigraran a Israel."
Los nuevos judíos no han encontrado dificultades similares en los asentamientos, donde han sido integrados sin problemas. "Ahora, gracias a Dios, vivimos donde andaba el patriarca, Abraham, el judío número uno," dice Ephraim Perez, que hasta hace dos semanas, en Trujillo, Perú, era conocido como Nilo.
Resulta que el Perú también tenía un antiguo antepasado judío propio: "Es sabido que Cristóbal Colón era judío," dice Batya Mendel que, hasta hace dos meses, era ciudadana peruana, y su nombre era Blanca. "Y ya que estuvo en Perú, ahí nacieron muchos judíos."
¿Colón judío? "Siempre lo dicen a su respecto en Perú, y visitó muchos sitios en Perú y dejó sangre judía por todas partes," dice Mendel. "Hay también muchas sectas cristianas que obedecen a los mandamientos desde entonces. Cuando éramos cristianos, también observábamos toda clase de mandamientos, tales como Pascha [sic] y Shavuot."
Así que, ¿son realmente de origen judío? "No, en Perú todos son una mezcla de nativos y de toda clase de conquistadores, pero hubo mucha influencia judía a través de los marranos [judíos que vivieron durante la Inquisición española que mantuvieron secretamente su fe a pesar de haberse convertido al cristianismo] y a través de Colón. Cuando todavía éramos cristianos e íbamos a la iglesia observábamos algunos mandamientos como el Shabat y los festivos."
Los rabinos Mamo y Birnbaum, junto con funcionarios de los asentamientos, se refieren a los 90 nuevos judíos como la "tercera aliya" ya que hubo dos grupos anteriores que vinieron de Perú en 1990 y 1991.
Batya Mendel decidió, con ocasión de su inmigración a Israel, hebraizar no sólo su nombre, sino también su apellido. "Hebraicé mi apellido a Mendel," explica, "porque cada año en los años 90, un rabino llamado Miron Sover Mendel iba a Perú para Pascua y siempre pasaba unos pocos días en Trujillo y unos pocos días en Cajamarca y unos pocos días en Lima, y nos enseñaba judaísmo. Murió hace cerca de medio año, así que cuando me preguntaron por un nombre en la conversión, solicité en su memoria que mi apellido fuera cambiado a Mendel."
¿Qué la hizo venir a este asentamiento" "El Ministerio de Absorción nos dijo que viniéramos aquí y agradezco a Dios que nos haya enviado aquí," dice Mendel. "Es el país del patriarca, Abraham, y la gente aquí es muy agradable."
Según Ben-Haim, "la idea de que haya algunos palestinos aquí es una mentira. El pueblo palestino nunca existió y sólo cuando los judíos abandonaron su país, vinieron los árabes y trataron de apoderarse y de demostrar que tienen algún derecho aquí. Pero no podemos estar de acuerdo con eso porque el Señor le dio la tierra a Abraham, Isaac y Jacob para siempre, y todos los judíos estarán unidos y amarán al Señor con todo su corazón, y entonces todos los problemas se solucionarán."
¿Cuál es la solución? "En Perú pensaba que todos los judíos en Israel eran religiosos observantes," dice Mendel. "Fue recién cuando llegué aquí que escuché que casi un 30% de los judíos no son religiosos, y me quebró el corazón."
¿Es eso lo que le dijeron, pregunto – que la mayoría de los judíos en Israel son religiosos? "Sí, la mayoría pero no todos. Pero si todos llegaran a ser totalmente religiosos y se unieran, el Mesías vendría y los problemas con los palestinos se solucionarían, porque se irían de aquí."
Los ojos de Mendel brillan mientras habla: "Será el día más maravilloso del mundo cuando todos los árabes se vuelvan judíos y observen los mandamientos y amen al Señor y cuando venga el Mesías, no habrá nadie en el país de nuestros antepasados que no ame al Señor y al judaísmo con todo su corazón."
¿Usted sólo se convirtió en miembro de esta nación hace unos pocos meses, y ha estado en el país menos de dos meses, digo. ¿Sabe que hay árabes cuyas familias han vivido aquí cientos de años?
"Pero Dios dijo que quienquiera que se vuelva judío de todo corazón y observe los mandamientos –sólo a un judío semejante Él le dará su corazón de una generación a otra."
A Ben-Haim no le preocupa el hecho de que por haber sido enviado a un asentamiento, también ha sido efectivamente reclutado por un grupo político en particular: "Sabíamos que íbamos a un sitio que llaman 'los territorios' porque hay gente que conocemos que inmigró antes y que vive en los asentamientos en los territorios. Pero eso no me causa problemas, porque no considero que los territorios sean territorios ocupados. No se puede conquistar lo que en todo caso era tuyo desde el tiempo del patriarca, Abraham."
Ben-Haim dice que después que termine el curso de hebreo, tal vez ingrese al ejército, "porque yo no estuve en el ejército en Perú y es algo que me falta, y también porque quiero defender el país y si no hay alternativa, mataré árabes. Pero estoy seguro que los judíos matan a los árabes sólo en defensa propia y por justicia, pero los árabes lo hacen porque les gusta matar."
Basa esta opinión en su visión científica del judaísmo: "El árabe tiene el instinto de asesinar y matar como todos los gentiles, y sólo los judíos no tienen ese instinto –es un hecho genético."
¿Pero si usted no nació genéticamente como judío, no tiene usted ese mismo instinto? "Tal vez existió, pero no importa porque ahora somos todos judíos."
7 de agosto de 2002
Se trata de una síntesis redactada de un artículo que apareció por primera vez en el periódico israelí Ha'aretz.