29 de agosto del 2002
Historia y presente de Bolivia 
Sánchez enfrentará un fuerte movimiento social  
Isaac Bigio
  El Siglo 
  
  La rosa es el símbolo internacional de los partidos socialistas, 
  mientras que el azul es el color del conservadurismo. Sin embargo, en Bolivia 
  ocurre lo inverso. La papeleta rosa es la del Movimiento Nacionalista Revolucionario 
  de Gonzalo Sánchez de Lozada, el arquitecto del modelo neoliberal vigente 
  desde hace 17 años y quien contó con el respaldo de los 84 congresistas 
  que defienden este sistema. La papeleta azul, en cambio, fue la del Movimiento 
  Al Socialismo del sindicalista campesino Evo Morales quien contó con 
  el apoyo de los 43 parlamentarios de la izquierda. Otros 28 parlamentarios votaron 
  blanco/nulo. 
  Los rosados de hoy son apuntalados por los EE.UU., han promovido la privatización 
  de la mayor parte de las empresas públicas y liberalizado el mercado 
  y la mano de obra. Los azules del MAS se enfrentan a los EE.UU., piden la renacionalización 
  de empresas privatizadas y están por la restitución de los beneficios 
  sociales. 
  Lo paradójico es que rosas y azules ocupan roles inversos a los que tuvieron 
  hace 50 años. En abril 1952, el MNR llegó por primera vez a la 
  presidencia al encabezar la mayor insurrección obrera y popular sudamericana. 
  Entonces realizó la reforma agraria más osada del subcontinente, 
  nacionalizó a las 3 principales familias, dio el voto a la mayoría 
  iletrada, hizo cogobierno con los sindicatos y sus milicias, depuró y 
  reestructuró las FF.AA. y permitió que los trabajadores participasen 
  en la administración de las minas estatizadas. 
  Durante los 1950s, el partido que comandaba la contrarrevolución eran 
  los azules de la Falange Socialista Boliviana. La FSB se apoyaba en las capas 
  medias y en terratenientes blancoides que se oponían a dar tierras y 
  el voto a los indígenas. Los azules de entonces querían una dictadura 
  clerical-fascista como la del general español Franco y organizaban golpes 
  anticomunistas. Unzaga de la Vega, jefe de la FSB, fue el único contrincante 
  electoral de peso que tuvo el MNR en la primera elección en la cual se 
  permitió votar a todos los adultos (1956). Tres años más 
  tarde, murió al fracasar un complot. Sus partidarios afirman que fue 
  ejecutado por los movimientistas. 
  La FSB fue fundada en 1937 siguiendo las pautas de la franquista Falange Española. 
  Desde su creación hasta mediados de los 1980s, fue la encarnación 
  del fascismo criollo y sus cuadros estuvieron implicados en cuantiosos cuartelazos 
  y ataques armados contra sindicalistas e izquierdistas. 
  En 1987, Añez Pedrasa, entonces jefe de la FSB, decidió apartarse 
  de los sectores más anticomunistas del falangismo para crear su propio 
  partido. Así inscribió su nueva sigla: el Movimiento Al Socialismo-Unzaguista. 
  El MAS-U se integraría a la Izquierda Unida, donde candidatearía 
  Evo Morales. Más tarde, los campesinos cocaleros liderados por él 
  acabarían por apropiarse de la sigla MAS y dejarían de usar el 
  apellido 'unzaguista'. 
  Un partido que había sido creado por uno de los desgajamientos de los 
  falangistas que defendían a los patrones cochabambinos que se oponían 
  a darle la tierra a los campesinos, se transformaría en el mayor movimiento 
  de masas que hayan creado los dirigentes campesinos indios cochabambinos. Algunos 
  dirán que ésa fue una de las venganzas de la historia, en la cual 
  los indios acabaron expropiando no sólo las tierras sino una de las expresiones 
  políticas de sus anteriores dueños. Otros dirán que eso 
  muestra el carácter ambivalente de la nueva izquierda agrarista boliviana. 
  
  Lo interesante es que Bolivia debe ser uno de los pocos países en el 
  mundo en el cual las fuerzas polares parlamentarias de la derecha y de la izquierda 
  pueden rastrear sus orígenes en el fascismo. Tanto los azules como los 
  rosados provienen de dos partidos que se formaron cuando el hitlerismo estaba 
  en su apogeo, e influenciados por sus ideas. 
  La FSB emulaba a la Falange Española que estaba ganando la guerra civil 
  (1936-39). El MNR se fundó en 1941 bajo auspicio de la embajada germana 
  y utilizando simbología y fraseologías del nacional socialismo 
  alemán. 
  En julio1946, el grueso de la derecha y de la izquierda se unieron para tumbar 
  a la dictadura del MNR y Villarroel. Un levantamiento popular acabó colgando 
  a éste último, tratando de copiar la forma en la cual los italianos 
  acabaron con Mussolini. 
  El MNR tendría la habilidad de recuperarse desde la oposición, 
  adoptando un lenguaje izquierdista y marxistoide. En 1952, los rosados cabalgaban 
  entre las presiones de la naciente Central Obrera Boliviana y los intentos de 
  reacomodarse dentro de la órbita pro estadounidense. Gradualmente, se 
  fue transformando en un partido del orden y en un aliado de Washington contra 
  Cuba y otros rivales. 
  En la hora del neoliberalismo  
  En 1985, un tercio de siglo después de haber conducido la mayor revolución 
  estatista sudamericana, el MNR empezó a desmantelar su obra para llevar 
  a cabo una de las más osadas reformas neoliberales. 
  El MNR se fue convirtiendo en el partido que gestó el actual sistema 
  monetarista de libre mercado. Para el MAS, los rosados representan lo mismo 
  que la vieja oligarquía antes de 1952. Los nuevos azules sostienen que 
  Sánchez de Lozada es otro barón minero, que entrega el país 
  a capitales extranjeros y a los EE.UU., y está en contra de las aspiraciones 
  de los sindicatos y los indígenas. Evo Morales ha llamado a hacer otra 
  revolución tipo 1952. 
  Para complicar la cosa, la socialdemocracia, cuya sección boliviana es 
  el MIR, ha preferido aliarse con fuerzas a su derecha y no con los socialistas 
  del MAS. Los representantes directos del símbolo del puño con 
  la rosa se coaligan con los rosados, en un gobierno que será atacado 
  por la izquierda y los sindicatos. 
  Rosados y azules han pasado de un extremo al otro. Los primeros debutaron como 
  pro hitlerianos para luego liderar la revolución anti-oligárquica 
  y después convertirse en el principal partido del nuevo modelo privatista. 
  Los segundos, tienen su origen lejano en escuadrones fascistas pero terminaron 
  convirtiéndose en el membrete que capturaron los sindicalistas campesinos 
  de izquierda. 
  Hace medio siglo, los rosados eran la fuerza más popular y los azules 
  representaban el viejo orden. Hoy los roles han cambiado. Por increíble 
  que parezca, los sectores más radicales que se enfrentaron a las diversas 
  juntas militares han escogido como colores partidarios los del falangismo. Los 
  rosados y la rosa socialdemócrata se han convertido en el gobierno que 
  defenderá el actual orden neoliberal. 
  El nuevo gobierno  
  'Goni' Sánchez de Lozada es el nuevo presidente boliviano. Esta decisión 
  no fue tomada por el pueblo o el parlamento, sino en una reunión entre 
  él y el ex mandatario Jaime Paz Zamora. 
  En los comicios del 30 de junio debieron haber votado unos 4,2 millones de bolivianos, 
  pero los 3 primeros candidatos tuvieron un virtual triple empate totalizando 
  cada uno aproximadamente 600.000 votos. El parlamento debió dirimir entre 
  los 2 candidatos más votados (Sánchez y Evo Morales), aunque la 
  suma de ambos no llega al millón y medio de electores que no votó 
  por ningún partido. 
  Sánchez es el arquitecto del modelo neoliberal impuesto en los últimos 
  17 años. Es visto por los inversionistas como quien acabó con 
  la hiper inflación, privatizó las principales empresas, abrió 
  completamente el país al mercado externo y eliminó al estatismo. 
  Para los sindicalistas, es quien condujo al cierre masivo de minas y fábricas, 
  despidos y reducción de salarios reales y beneficios sociales. 
  Coca y cocaína  
  Morales es el dirigente de los sindicatos campesinos del Chiapare, una región 
  en el centro boliviano donde se cultiva la coca. Mientras Chiapas en México 
  es la base de una guerrilla indigenista, el Chiapare es el principal reducto 
  de un significativo movimiento de masas que permanentemente promueve marchas, 
  huelgas y bloqueos de camino, y que ha acabado produciendo enfrentamientos con 
  las fuerzas locales de seguridad patrocinadas por la DEA estadounidense. 
  Morales tiene mucho apoyo en los sindicatos y en las comunidades indígenas 
  del occidente andino. Allí es visto como el primer indio que podría 
  llegar a la presidencia y quien pudiese cambiar a la élite y al modelo 
  neoliberal. 
  Para el grueso de los bolivianos, la coca es un alimento consumido varias veces 
  a la semana. Desde antes de la conquista española, su mascado o uso servía 
  para dar energías, curar algunos males y combatir los efectos de la altura. 
  La cocaína es un producto relativamente reciente, en el cual se utilizan 
  una serie de reactivos químicos para producir una droga en base a dicha 
  planta. El planteo de las organizaciones campesinas es que se les permita seguir 
  cultivando la coca como lo han hecho desde hace siglos, e incluso industrializarla 
  para fines medicinales y nutricionales. Aducen que si se quiere evitar el consumo 
  de droga, se debe atacar a quienes la transforman en cocaína y la distribuyen 
  en el mercado euro-americano, pero no a los agricultores pobres. Para la DEA, 
  es fundamental erradicar los cultivos pues una gran parte de la coca acaba siendo 
  procesada por los carteles narcotraficantes. 
  Los dos programas  
  'Goni' y Evo hablan un castellano 'impuro'. El primero con un dejo norteamericano 
  y el segundo con acento indígena. Mientras Sánchez es un incondicional 
  de los EE.UU. (donde se crió) y uno de los empresarios más ricos 
  del país, Morales es un sindicalista campesino que ha sido vetado por 
  la embajada. 
  Morales plantea la libre producción y distribución de la coca, 
  la renacionalización del gas y otras industrias, una nueva constituyente 
  y restitución de beneficios sociales. Sánchez anuncia que va a 
  continuar el modelo de economía thatcheriano, que se seguirá erradicando 
  la coca y que no se dará una constituyente. 
  En el congreso, Sánchez tenía asegurados 58 de los 157 parlamentarios, 
  mientras que la izquierda iba a dar 43 para Morales. El primero trató 
  de conseguir el apoyo de dos partidos de centro: la Nueva Fuerza Republicana 
  de Mafred Reyes (26 votos) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (31 votos). 
  Este último fue quien resolvió apuntalar a Sánchez, a cambio 
  de una fuerte cuota de ministros y puestos claves. 
  Nuevamente, el MIR es quien ha tomado la decisión final por el pueblo 
  boliviano. Nacido en 1971 como castrista, acabó haciendo alianzas con 
  todo el espectro partidario. Ha rodeado al poder en16 de los últimos 
  20 años. En 1982-85 cogobernó con la izquierda. En 1985-89 votó 
  para que el MNR gobernara. En 1989-93 llegó a la presidencia bajo el 
  programa de Bánzer, quien les persiguió en su dictadura (1971-78). 
  En 1997-2002 estuvo con el régimen banzerista. A cambio de no haber votado 
  por la izquierda, el MIR podría conseguir 2/5 del gabinete y puestos 
  claves. 
  Sus enemigos le tildan de oportunista y de mostrar un apetito por llegar como 
  sea al poder. El MIR justifica su actitud sosteniendo que lo hace para salvaguardar 
  la estabilidad nacional, y siguiendo la tónica de partidos socialdemócratas 
  hermanos que se han visto obligados a coaligarse con las fuerzas más 
  disímiles. 
  El nuevo gobierno  
  Este acuerdo podría permitir a Sánchez una mayoría parlamentaria 
  y aplicar su programa de privatizaciones. El nuevo gobierno se basará 
  en la alianza de los 5 partidos parlamentarios 'sistémicos' (MNR, MIR, 
  ADN, MBL y UCS), es decir, de todos aquellos que han cogobernado desde 1985 
  cuando Sánchez lanzó el actual sistema monetarista. La oposición 
  cuestionará al nuevo gobierno por no querer convocar una constituyente, 
  demanda fuerte dentro de las comunidades indias. 
  El gas pasa a ser una materia clave. Sánchez persistirá en que 
  éste (el principal producto nacional) siga en manos de transnacionales 
  y se exporte a California vía un gasoducto que acabe en Chile, por ser 
  más rentable. La oposición quisiera que los hidrocarburos volviesen 
  al control estatal. Hay muchos que no quisieran que el gasoducto desemboque 
  en Chile si este país sigue oponiéndose a dar una salida soberana 
  al mar para Bolivia, y plantean que mejor sería que llegué a la 
  costa vía el altiplano y Perú, con lo cual se ayudaría 
  a desarrollar el empobrecido occidente boliviano. 
  Sánchez ha de enfrentarse a un fuerte movimiento social. Los partidos 
  indígenas campesinos han obtenido más votos que su partido y piden 
  reformas sociales, pluriculturalismo y nueva constituyente. Los sindicatos y 
  comités cívicos se van envalentonando y vienen consiguiendo la 
  renacionalización del agua en Cochabamba o de minas en el altiplano. 
  
  * Analista Internacional, London School of Economic