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Latinoamérica

10 de agosto de 2002

Ernesto Cardenal: "Somos soldados derrotados de una causa imbatible"

Lidia Baltra. Santiago de Chile (ANCHI).

El sacerdote, poeta y ex Ministro de Cultura del gobierno sandinista de Nicaragua Ernesto Cardenal visitó recién Chile para presentar su nueva antología "Poesía reunida". Con sus 79 años bien llevados, soportó bien las múltiples entrevistas en los medios de comunicación y tres tertulias literarias, una en Concepción (400 Km.. al sur de la capital) y dos en Santiago.
El público llenó las salas, ávido tal vez de escuchar a uno de los más notables representantes de las utopías hoy asfixiadas por el pragmatismo reinante. Hacía mucho que no venía al país y había curiosidad por conocer su sentir y su pensamiento en el mundo post derrota del gobierno sandinista y post derrumbe del Muro.
Fui a escucharlo a una de las tertulias organizadas por "Tobacco & Co.", una empresa de relaciones públicas de las compañías expendedoras de cigarrillos en el país, ubicada en pleno barrio alto de Santiago, el sector de los más acomodados. Cardenal llegó puntualmente a las 20 hrs, con una parka (chaqueta liviana impermeable) beige y su infaltable boina negra, sus cabellos blancos y anteojos de metal. Habla con un acento más universal que centroamericano. El salón estaba repleto con unas 500 personas, muchas de pie.
Se define como "místico, poeta y revolucionario". Místico, explica, porque Dios lo persiguió a él mientras él "perseguía a las muchachas"(posteriormente aclara que "el misticismo es el amor conyugal con Dios") y en este aspecto, reconoce la gran admiración que siente por Tomás Merton. Poeta porque de niño le atrajo este lenguaje, esta forma de expresión. Y revolucionario, porque está del lado de los pobres.

POETA EXTERIORISTA

En lo literario, se declara representante del "exteriorismo" corriente poética que prioriza lo concreto a la abstracción de la metáfora, lo mismo que el poeta chileno Nicanor Parra llamó la "anti-poesía". Reconoce haber recibido en su juventud una gran influencia de Pablo Neruda, Rafael Alberti y de Federico García Lorca. Posteriormente, en entrevista a El Mercurio, detalla que su mentor, el poeta nicaragüense Coronel Urtecho, le enseñó las técnicas de una poesía "que he llamado de periodista, que es una poesía escrita con imágenes, no con metáforas, una poesía directa y concreta que trata de las cosas reales y la vida ordinaria". También de él aprendió a admirar a poetas norteamericanos, como Ezra Pound, William Frost y Sandburg. No cree que Pound haya sido fascista, sino que "por error admiró a Musolini, así como Neruda también se equivocó cuando fue estalinista".
Puso énfasis en aclarar que no es político, sino revolucionario. Que fue ministro de Cultura bajo el régimen sandinista porque como tal, tenía una misión que cumplir. Que hoy ya no está en el partido sandinista porque después de la derrota electoral de los 90, sus grandes dirigentes de entonces se corrompieron, y hoy "todos tienen fincas, son ricos".

JESUCRISTO Y ALLENDE

Consultado sobre su posición actual, frente a su antiguo fervor revolucionario, dijo: "somos soldados derrotados, de una causa que es imbatible". Agregó que hay que seguir luchando para que "el reino, esto es, el comunismo perfecto, llegue a este mundo".
Una declaración así provocó tanto sorpresa como escepticismo en sus entrevistadores, tanto de las tertulias como de los medios de comunicación, quienes le preguntaron si valía la pena seguir en este camino. Respondió: "Hay seguir creyendo, porque si no, quiere decir que no se ha leído la Biblia y no se cree a Jesucristo. Vale la pena seguir luchando y hasta morir por ello. Algunos ya lo han hecho, como Jesucristo "Y también Allende", agregó enfático.
Se declaró católico y marxista, subrayando que ambos términos son compatibles. La pregunta siguiente era obvia: respecto de sus relaciones con el Vaticano y en especial con el Papa Juan Pablo II, reconfirmó que éste lo despojó de sus facultades sacerdotales de administrar los sacramentos de la Iglesia Católica, pero que esto no le afecta, porque él nunca ha sido un cura párroco y ni siquiera se considera un religioso. Fue monje trapense hasta 1959. Hoy prefiere adorar a Dios en la comunidad de Solentinane, en la que reside en su país.

ADMIRA AL CHE Y A CAMILO

En su doble calidad de creyente y marxista, confesó que en un comienzo tuvo reticencias con la revolución cubana, por su carácter ateo y que rechazó invitaciones para ir a Cuba, temiendo ser utilizado. Pero que empezó a creer en la revolución cubana tras conocer vida y obra del Che Guevara, y el ejemplo de Camilo Torres. Aplaude que Fidel Castro se haya mantenido independiente de las grandes potencias como China, y hoy, de Rusia.
Al terminar su visita al país, el viernes 2 visitó el Museo de la Solidaridad "Salvador Allende" para donar una de sus esculturas, un rasgo de su personalidad artística tal vez menos conocido. Consiste en una estilizada garza de madera, con la que quiso dejar un representante de las bellas artes nicaragüenses en este recinto que ha recibido donaciones de los más variados artistas latinoamericanos.
Cardenal fundó la Escuela Nacional de Pintura de su país en la década del 40, fomentando así este arte en su tierra. Siguió modelando en barro cuando fue trapense y hoy practica la escultura y trabaja en el modelaje en madera y en metales en su aldea de Solentinane, donde los campesinos que la habitan comparten con él un gran taller popular de artesanía.