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15 de julio del 2002
Informa Amnistía Internacional
Brasil: Visto bueno presidencial a la impunidad
La dimisión del ministro de Justicia, Miguel Reale Junior, refleja
el grado de frustración y desencanto de quienes hoy día luchan
por los derechos humanos en Brasil. Esta dimisión se ha producido después
de que el procurador general federal, Geraldo Brindeiro, anunciara que no apoyaría
las recomendaciones de una intervención federal en el estado de Espírito
Santo.
Amnistía Internacional ha declarado hoy: «Una vez más, las autoridades
del país han permitido que una importante oportunidad de combatir la
arraigada situación de abusos contra los derechos humanos, delincuencia
organizada, corrupción e impunidad se vea anulada por los intereses políticos».
El doctor Brindeiro había manifestado públicamente su apoyo a
la recomendación respecto a la intervención formulada por el Consejo
para la Defensa de los Derechos Humanos (Conselho de Defesa dos Direitos da
Pessoa Humana), perteneciente al Ministerio de Justicia, un día después
de asistir a las vistas celebradas por el Consejo en Vitória, capital
de Espírito Santo.
Este nuevo suceso suscita especial preocupación en Amnistía Internacional,
que teme que la decisión del procurador general haya estado directamente
influenciada por factores políticos y electorales, tras una reunión
celebrada ayer entre el presidente Fernando Henrique Cardoso y el doctor Brindeiro,
especialmente porque hasta el momento no se ha hecho público ningún
motivo judicial aparente para justificar dicha decisión.
Amnistía Internacional ha declarado: «Una recomendación aplaudida
como histórica hace tres días es ahora anulada. Esto subraya la
creencia, mantenida desde hace tiempo, de que ocho años de promesas de
derechos humanos se han visto socavados por tratos políticos clandestinos».
A la organización de derechos humanos le preocupa que la promesa de sustituir
la intervención por una fuerza especial conjunta federal y estatal encargada
de investigar los numerosos casos documentados de ejecución y homicidio
pueda peligrar a causa de la participación de las autoridades estatales,
que podrían ser el objeto mismo de la investigación.
Sin duda, algunos interpretarán la decisión del procurador general
de no seguir la recomendación del Consejo para la Defensa de los Derechos
Humanos como un mensaje de apoyo a los responsables de la retahíla de
abusos y homicidios impunes de los que han sido víctimas tantas personas
en el estado.
Amnistía Internacional pide a la comunidad nacional e internacional de
derechos humanos que no permita que esta decisión se vea como una victoria
de aquellos que llevan tanto tiempo gozando de una impunidad aprobada por el
Estado.
La organización ha declarado: «En este momento, más que nunca,
debe mostrarse el apoyo a los defensores de los derechos humanos que han luchado
por la justicia en Espírito Santo frente a los abrumadores ataques, amenazas
de muerte e intimidaciones».
«El gobierno federal es responsable de la seguridad de estos defensores. Los
responsables de los numerosos homicidios y ejecuciones cometidos en el estado
deben ser llevados por fin ante la justicia.»
En 1997, el Congreso brasileño creó una Comisión Parlamentaria
Federal de Investigación sobre el narcotráfico. Al menos una cuarta
parte del informe final de esta Comisión estaba dedicada a la situación
en Espírito Santo, con acusaciones por diversos delitos, desde el homicidio
hasta la evasión de impuestos, contra personas que ocupaban cargos de
poder, como el presidente de la Asamblea Legislativa, altos cargos de la judicatura
y miembros poderosos de la policía. Tres años después de
la publicación, en 1999, de estas conclusiones, no se ha iniciado en
el estado ninguna investigación policial ni judicial sobre esta información.
Información general
El Consejo para la Defensa de los Derechos Humanos, del Ministerio de Justicia,
se reunió en Espírito Santo tras el reciente asesinato del abogado
local Marcelo Denadai. Algunos de sus miembros, entre los que se encuentran
juristas respetados, defensores de los derechos humanos y miembros del gobierno,
escucharon cómo han quedado impunes años de homicidios, violencia
y corrupción atribuidos a la organización policial Scuderie Detetive
le Cocq y a poderosos grupos económicos y políticos del estado.
La recomendación del Consejo para la Defensa de los Derechos Humanos
subrayó los fallos fundamentales de las autoridades estatales a la hora
de investigar los abusos sistemáticos contra los derechos humanos que
han tenido lugar en Espírito Santo a lo largo de tantos años y
los elevados niveles de corrupción que impregnan a los poderes ejecutivo
y legislativo del estado.