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Latinoamérica

8 de junio del 2002

Terrorismo "made in USA"

Transcripción de un artículo aparecido en el semanario uruguayo "El Popular" el viernes 4 de octubre de 1985. Firmado por Francisco Aguiar

La fuga de Luis Posada Carriles de un penal de máxima seguridad en Venezuela, causó más indignación que sorpresa y ha puesto al gobierno de Jaime Lusinchi en una situación comprometida.
El cubano Posada Carriles, agente de la CIA, se capacitó durante varios años en EEUU y a su regreso a Venezuela trabajaba simultáneamente en la DISIP (uno de los servicios de inteligencia) y en la ICI, una oficina de investigaciones aparentemente de su propiedad, que servia de cobertura para actividades afines a su "profesión".
En 1976 planifica, junto a su compatriota Orlando Bosch, el atentado al avión cubano. Cuando los planes están a punto, se suman al grupo Hernán Ricardo y Freddy Lugo, ambos venezolanos y fotógrafos de profesión. Ricardo y Lugo fueron los autores materiales del atentado, para el cual fueron provistos por Posada de explosivos, dinero, documentos falsos y todas las garantías de impunidad.
El atentado se lleva a cabo el 6 de octubre de 1976 de acuerdo a lo previsto, pero Ricardo y Lugo son detenidos como sospechosos en Trinidad-Tobago y confiesan el crimen a la policía trinitaria. Son llevados a Caracas, donde ratifican las declaraciones, que concluyen con la captura de Posada y de Bosch.
Los cuatro son recluidos en el cuartel San Carlos. Posada prepara una fuga poco después, pero es descubierto. En 1982 logra fugarse del cuartel y es recibido en la embajada chilena en Caracas. Luego de negociaciones entre el gobierno y la embajada, ésta le niega el asilo y Posada se entrega a la policía.
En 1984, Posada (más conocido en la DISIP por "Basilio") detona varias bombas en el penal con el fin de facilitar su fuga, pero fracasa. Finalmente, el 17 de agosto pasado escapa nuevamente del cuartel saliendo por la puerta principal, donde lo esperaba un auto. Se presume que abandonó el país en un avión particular, rumbo a Miami o Jamaica.
EL JUICIO
Los cuatro terroristas fueron pasados a la justicia militar. El fiscal militar II, Antonio José Moro, solicitó penas de hasta veintiséis años para los asesinos. Sin embargo, el mismo fiscal pediría, dos años después, la absolución de los acusados, argumentando que en la fase final del juicio "habían sido destruidas" las pruebas que sirvieron de base para la anterior acusación.
El gobierno cubano manifestó su disposición a entregar al fiscal todas las pruebas necesarias, ofrecimiento que fue rechazado.
LOS PROTECTORES
Al asumir la presidencia Luis Herrera Campins, los amigos de Posada se vieron en mejores condiciones de ayudar a los terroristas y eso explica las contradicciones de la justicia militar. La presión popular y la atención que la prensa mantenía sobre el asunto, dificultaban la liberación. Cuatro veces preparo Posada sus maletas; en octubre y diciembre de 1979 y en enero y abril del 80. Como consuelo, la DISIP comenzó a entregarle a cada uno de los asesinos una mensualidad que en el caso de Posada ascendía a diez mil bolívares ( U$S 2.325 ). En 1980, el presidente Herrera (periodista de profesión) declaro en el discurso inaugural de la Convención Nacional de Periodistas que " pronto serán resueltos los casos de uno o dos de los nuestros" (se refería a Ricardo y Lugo). Esto motivó que el Colegio de Periodistas aclarara públicamente que no había solicitado la liberación de ninguno de sus miembros.
EL MONSTRUO
Orlando Bosh, llamado "El Monstruo" por el resto de la población carcelaria de San Carlos, se ufanaba de ocupar la misma celda que - según el- ocupo el ex-dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez.
Bosch ha sido, por sus macabros antecedentes, quien dificultó particularmente la liberación del grupo. Su trayectoria como terrorista ha dejado una estela de muerte y fue el mismo quien se adjudicó la autoría de muchos crímenes que habían quedado impunes. Entre ellos se destaca su participación en el asesinato del Prof. Arbelio Ramírez en Montevideo, el 17 de agosto de 1961, al finalizar el discurso del "Che" Guevara en el Paraninfo de la Universidad. Originariamente, la intención era asesinar al "Che".
Orlando Bosch fue miembro de una banda de contrarrevolucionarios cubanos que operaba en El Escambray. En 1960 abandona Cuba, aunque posteriormente regresa clandestinamente a la isla, por lo menos una vez, para cometer acciones de sabotaje. Además de su participación en el asesinato de Arbelio Ramírez, interviene, como autor material o intelectual, en una larga lista de crímenes y sabotajes. Entre otros mencionaremos:
· Ataque con bazuka a un carguero polaco en EEUU (lo sentenciaron a 10 años y sale en 4 ).
· Intento de secuestro del cónsul cubano en Mérida (México) y asesinato de un funcionario que lo acompañaba.
· Atentados a sedes diplomáticas cubanas en Canadá, Perú, México y Venezuela.
En 1974 ingresa a Venezuela con un pasaporte falso; es detenido y expulsado. Toma contacto con el entonces embajador de Chile en Washington, quien hace valer sus antecedentes para que sea recibido por el gobierno de Pinochet. Es así como se instala en Santiago. Vinculado a la DINA, comienza lo que Bosch denominó "mi mejor época". En efecto, se intensifican las acciones de su grupo, y participa en el asesinato del Gral. Prats en Buenos Aires y en el atentado al ex- vicepresidente de la Democracia Cristiana chilena, Bernardo Leighton y su esposa, hecho ocurrido en Roma.
También realiza varios secuestros, entre ellos el de dos funcionarios diplomáticos cubanos en Buenos Aires, que culmina con su asesinato. Las relaciones de Bosch con la DINA se resienten posteriormente, en apariencia por un problema de dinero, y abandona Chile.
Además de los países mencionados estuvo en Costa Rica, donde comete dos atentados, Planifica el asesinato de Gonzalo Facio pero el plan aborta y es expulsado del país. Tomo parte en atentados contra la embajada guyanesa en Trinidad-Tobago, contra las oficinas de Cubana de Aviación en Barbados, Panamá y México; contra el consulado venezolano en Puerto Rico (dos veces) y participa también en un intento de asesinato a Fidel Castro en Jamaica, cuando su grupo colocó una bomba entre el equipaje destinado al avión en que viajaría Fidel. La bomba detonó en tierra.
En Santo Domingo, Orlando Bosch fundó el CORU, en 1976, que agrupa a cinco organizaciones de contrarrevolucionarios cubanos. Por último, está su mencionada participación en el atentado contra el avión que transportaba una delegación deportiva cubana y algunos estudiantes guyaneses y norcoreanos, en total 73 personas. No hubo sobrevivientes.
EN URUGUAY
Si bien se desconocía la participación de Bosch en el crimen del Prof. Arbelio Ramírez, "El Popular" del 21.08.61 denunció que en ocasión del arribo de Guevara a Montevideo, fueron vistos merodeando en el aeropuerto Internacional de Carrasco: Tomás Gamba, Raimundo Abella y Héctor Garmendia, conocidos contrarrevolucionarios cubanos. Según la misma nota, éstos se reunieron en la habitación 2006 del Victoria Plaza Hotel con el fascista argentino Nelson Cooper y algunos integrantes del MEDL y de la UDE (bandas fascistas autóctonas que operaban por ese entonces en Uruguay).
La noche en que fue asesinado Arbelio Ramírez, varios miembros del MEDL, estaban presentes en el lugar. Posteriormente, algunos de ellos en estado de ebriedad, llegaron hasta el Hospital Maciel (donde estaba el cuerpo de Ramírez) y nombraron a Nelson Cooper como uno de los organizadores del atentado.
A principios de la década del 60, cobran auge en Uruguay varias bandas nazi-fascistas que, lejos de surgir espontáneamente, se correspondían con la política exterior estadounidense, que estaba en plena escalada de agresiones contra Cuba y los movimientos populares de América Latina.
La generosa mano de la CIA agrupó asesinos a sueldo, en varios países, bajo numerosas siglas y telúricas denominaciones como "Tacuara" en Argentina y "Legión Artiguista" en Uruguay. Entre las bandas más activas en nuestro país, se contaban FEDAN, MEDL y LOAS (Liga Oriental Antisemita). Las dos primeras estaban particularmente dirigidas a la creación de grupos de choque fascistas en los centros de enseñanza. La LOAS, en cambio, hacía blanco de sus acciones a miembros de la comunidad judía.
Quienes recuerdan aquel brote de terrorismo, tienen muy presente, además del Prof. Arbelio Ramírez, los nombres de: Olivio Piriz, el niño de 5 meses de edad que murió a causa de las quemaduras recibidas en el atentado con bomba al local del Partido Comunista en el barrio de La Aguada en Montevideo, y el de la joven Soledad Barret, que fue salvajemente agredida por el FEDAN. Si bien Soledad Barret identificó a uno de los agresores como Pedro Andrade Arregui, éste fue detenido y liberado rápidamente.
Las bandas fascistas fueron disminuyendo su actividad hasta prácticamente desaparecer por varios años y no es sino a fines de los 60 que reinician sus acciones. Sin embargo, cuando en enero de 1964, la policía arresta a 40 personas vinculadas a un plan golpista, por lo menos 3 de los implicados figuraban en la mesa ejecutiva de la "Legión Artiguista". Los detenidos son liberados por el juez actuante, con el argumento de que el plan no tenía respaldo. Ni la policía ni el ejército (hubo 6 oficiales implicados) dan a conocer la lista de detenidos. En ninguno de los casos enumerados (ni en otros) hubo procesados.
No, no se trata de casualidades, así como tampoco es casualidad que Sonia Guarnieri, la dirigente de la FUS que fuera agredida recientemente por los "desconocidos de siempre", también fue objeto de una agresión similar durante aquella primera época de auge de las bandas fascistas.
La historia abunda en ejemplos. Quienes levantan las banderas del anticomunismo y atacan a las fuerzas populares, no tardan en abalanzarse sobre las instituciones democráticas y saben que en la primera línea de fuego encontrarán precisamente a esas fuerzas populares y no a quienes hoy sonríen complacientemente.
Enviado por Javier Cruchaga