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Latinoamérica

12 de junio del 2002
¿Cuál Uribe?

Horacio Duque Giraldo

No termina uno de aclarar cuál fue el Uribe Vélez que los colombianos eligieron de Presidente el pasado 26 de mayo. ¿Acaso será el iracundo guerrero que en campaña ofreció crear una Convivir de un millón de miembros, el mismo que prometió la guerra total y sin cuartel contra los movimientos guerrilleros de las Farc y el ELN, que se comprometió a reforzar los aparatos armados del Estado con más soldados profesionales y a incrementar los presupuestos de guerra? ¿será el Ariel Sharon a que se refieren los periódicos internacionales? ¿tal vez el confeso neoliberal que anunció Estado mínimo comunitario, regresiva reforma política y más liberalización del mercado para profundizar el modelo de capitalismo salvaje y expoliador que idolatran sus repugnantes asesores como el gordo ese de Hommes, especializado en engañar tontos con sus recalentadas fórmulas de hampón de cuello blanco? ¿o será la "suave y encantadora paloma" que en el discurso de la victoria, en un supuesto y alucinante viraje de ciento ochenta grados, nos sorprendió con la petición de una mediación internacional de la ONU para reiniciar los diálogos con las FARC, plantar al FMI con sus estrictos planes de ajuste y variar la cartilla de la Junta Monetarista del Banco de la República, verdadero cerebro de nuestros desastres económicos y sociales?. ¿Cuál de todos estos Uribevelez será el que gobernará esta nación en los próximos cuarenta y ocho meses?.

Me hago estas preguntas porque, no obstante el baboso y lambón unanimismo que se respira frente al señor Uribe, la confusión es total. Todo indica que con este gobierno, del cual ya completamos cuatro largos meses, tocará pensar todo lo contrario de lo que son las expresiones formales. Que cuando diga si es porque es no. Y cuando diga no es todo lo contrario. Toda una ideología de la ambigüedad para apuntalar formas autoritarias y despóticas de poder, según el nefasto antecedente de la gobernación en Antioquia del señor Uribe Vélez.

Como en medio de la confusión algunos se han hecho ilusiones, bien vale recurrir a la vieja norma que indica que las persona son lo que hacen y no lo que dicen. Veamos lo que hasta ahora ha hecho el flamante nuevo mandatario de Colombia.

El nombramiento del señor Junguito como Ministro de Hacienda, no obstante la salamera laudatoria de Hommes y otros, indica claramente que el desgastado modelo neoliberal se profundizara para azotar mas a los pobres con hambre, miseria, desempleo y exclusión en todos los ordenes. Qué más se puede esperar de un funcionario pagado por años por el Fondo Monetario Internacional, organismo especializado en arruinar países del tercer mundo en favor de los grandes capitales trasnacionales. Basta verse en el espejo de la Argentina para medir los alcances de la gestión de este nefasto organismo multilateral que repudian millones de seres humanos por todo el planeta, agrupados en el potente movimiento antiglobalización. Más sudor y lágrimas le espera a millones de colombianos con el nuevo Ministro de Hacienda, así lo acaba de anunciar este discretisimo burocrata bogotano, eficientísimo gerente de los capitales financieros y especuladores. Ser extraño a las angustias de millones de colombianos.

La solicitada mediación a las Naciones Unidas no pasa de ser una tonta maniobra para ganar tiempo en la preparación de la nueva guerra que se nos viene encima. Saben los conocedores del tema que Naciones Unidas solo interviene como mediadora en un conflicto armado cuando así lo piden las dos partes involucradas. Hasta ahora la única voz es la de Uribe, que más parece una orden a Koffi Anan. Francamente ridícula esta escena. Perdió el sentido de las proporciones el señor. Además, basta con leer la letra menuda de esta iniciativa para darse cuenta que en este campo, el discurso del nuevo presidente, es el mismo que se repite desde finales de los años cincuenta: para los grupos guerrilleros lo único que vale son las "reglas de juego" de nuestro "ejemplar" sistema democrático y constitucional. La única alternativa es renunciar a su proyecto histórico y reintegrarse obedientes y sumisos a la vida civil, y mejor si lo hacen bajo la conducción de uno de los caracterizados gamonales politiqueros del Congreso. De esos que acaban de hacer fraude para conservar su curul en el parlamento.

Para que hablar de la cantada y ponderada reforma política y revocatoria de los congresistas que sirvió para engañar a nuestra ingenua clase media de Bogotá, Cali, Medellín y demás centros urbanos. Sobran los comentarios. Para información de algunos, entre las últimas adquisiciones del Doctor Uribe están los señores Samper Pizano, el del proceso ochomil, Botero Zea, también del mismo proceso, y que ahora se sabe fue discreto asesor de la campaña del nuevo Presidente y Valencia Cosio, quien acaba de sumarse al corazón grande del doctor Uribe. Abuso con los lectores si menciono las decenas de parlamentarios, jefes de las podridas maquinarias clientelistas regionales, que ahora hacen confesión de fe uribista y celebran plenos de gozo con el sucesor de Pastrana. Toda la politiqueria está allí reunida anunciándonos el cambio total de nuestras desgastadas costumbres políticas.!!!!! Ja, Ja, Ja¡¡¡¡. Después se quejan por nuestra terca insistencia en la crisis de legitimidad del podrido régimen político que tenemos que padecer.