Cuba abre a la UNESCO los senderos de sus montañas
Comienza hoy en la Sierra del Rosario Conferencia Regional
de la Montaña para América Latina y el Caribe
Félix López
En Las Terrazas, frente al sorprendente paisaje pinareño de la Sierra del
Rosario, en el que habitan más de 800 especies vegetales y 73 tipos de
aves en un área protegida, y donde se juntan los manantiales del río
San Juan, senderos y rutas para el ecoturismo, comenzará este miércoles
la Conferencia Regional de la Montaña para América Latina y el Caribe.
Esa sede, otorgada por la UNESCO en el marco de las celebraciones por el Año
Internacional de la Montaña, es un reconocimiento al trabajo realizado
en la Isla para preservar el entorno de sus macizos montañosos y garantizar
su desarrollo sostenible, en el que se incluye el mejoramiento de la calidad de
vida y bienestar de sus habitantes.
Solo en la Sierra del Rosario, como paradigma de lo que se ha hecho a lo largo
de la Isla, la Revolución estableció un plan de manejo racional,
que incluyó la creación de una comunidad forestal, e inculcó
el cuidado de los recursos naturales en el alma de los hombres. Esa historia comenzó
con la década de los 60, pero no se detuvo hasta que la UNESCO la declaró
Reserva de la Biosfera.
Según Fidel Ramos, presidente del Comité Organizador cubano, la
Conferencia Regional de la Montaña es el contexto propicio para el intercambio
de experiencias entre técnicos, investigadores, empresarios y funcionarios
gubernamentales de América Latina y el Caribe. A ellos corresponderá
identificar los mecanismos más acertados para la conservación y
desarrollo integral de los ecosistemas montañosos.
Es interés de las Naciones Unidas, que a partir de los eventos regionales
se implementen campañas de concientización sobre este tema. La experiencia
cubana, basada en la preocupación hombre-naturaleza, puede aportar importantes
referentes a muchas regiones del continente, donde las zonas montañosas
se han convertido en milenarios sitios de olvido y pobreza.
La Conferencia coincide con los 15 años del Plan Turquino-Manatí,
proyecto que continuó dignificando la vida en la montaña y se encargó
de proteger una rica reserva de diversidad biológica, repartida en 18 por
ciento del territorio nacional, sitio donde habitan 700 000 personas, se encuentran
las mayores cuencas hidrográficas del país y el 37 por ciento de
sus bosques. De esas montañas baja casi la totalidad del café y
el cacao exportables.