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Latinoamérica

4 de junio del 2002

En peligro la vida de los 18 presos políticos mexicanos en huelga de hambre

Al día de hoy, 18 prisioneros políticos y de conciencia siguen una huelga indefinida de hambre. Entre ellos están Jacobo Silva Nogales y Gloria Arenas Agís, quienes fueron detenidos arbitrariamente y arrestados en Octubre de 1999. Ambos fueron torturados y puestos en un proceso jurídico basado en la ilegalidad. Ya han pasado 44 días para Jacobo y 29 días para Gloria de haber empezado el ayuno. Han estado sobreviviendo a base de agua y miel. Jacobo ya ha sido llevado al área medica y ahora sufre de dolores de estomago, calambres y otros síntomas preocupantes. Gloria de igual manera ha empezado a sufrir mareos y perdida de peso.
Los presos en huelga exigen la revisión de sus casos con el fin de lograr su justa libertad, así como la libertad de todos los prisioneros políticos en México. En negociaciones, el gobierno ha mostrado una actitud de intransigencia hacia las demandas de los 18 prisioneros políticos y de conciencia, poniendo así en evidencia su indiferencia hacia el respeto de los derechos humanos. Esta situación pone en alto riesgo la integridad física de los presos al grado de poner en peligro sus vidas. Algunos presos huelguistas han comenzado ha desarrollar daños irreversibles a su salud.
Los medios de comunicación mexicanos han evidenciado la existencia de un cerco informativo en torno a este importante asunto. Esto hace aun mas desesperante esta situación pues la falta de información disuelve cualquier forma de presión social que pudiera hacer al gobierno responder a las demandas de los presos en huelga de hambre. Es crucial en este momento que se resuelva esta situación pues entre mas tiempo pase, sus vidas corren aun más peligro.
Antecedentes
Jacobo Silva Nogales y Gloria Arenas Agís fueron detenidos y arrestados de una manera arbitraria en Octubre de 1999. Fueron secuestrados por la policía federal preventiva y el ejercito mexicano, llevados a un lugar desconocido en donde se les mantuvo incomunicados por varios días antes de haber sido presentados a los medios. Durante este tiempo fueron severamente torturados y sujetos a otras formas de tratamiento inhumano. Sus torturadores ahora gozan de completa impunidad, teniendo incluso puestos en el actual gobierno. Amnistía Internacional ha hecho un reporte acerca de los casos de tortura en México en donde le recomienda al gobierno mexicano que investigue este caso y sancione a los responsables por las torturas de Jacobo y Gloria (Recomendación AMR 41/008/2001)- 1-.
Después de haber sido torturados, Jacobo y Gloria fueron llevados a la cárcel de máxima seguridad "La Palma" en donde se les comenzó un proceso jurídico arbitrario. Este proceso ha sido basado en declaraciones autoinculpatorias, que fueron fabricadas cuando se les obligo a firmar documentos en blanco después de haber sido torturados. Las autoridades mexicanas han manipulado el sistema legal para acusar e incriminar a los prisioneros políticos por delitos que ellos no cometieron. El Grupo de Trabajo Sobre Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas emitió una opinión (Opinión 37/2000)-2- afirmando que los arrestos y detenciones fueron arbitrarios y recomienda al gobierno mexicano que tome las medidas necesarias para resolver este problema.
Su abogada defensora, Digna Ochoa, fue asesinada el 19 de Octubre del 2001. Los asesinos dejaron amenazas de muerte dirigidas a los miembros del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el cual ha estado llevando el caso de nuestros familiares. Su abogada actual, Bárbara Zamora, también ha recibido amenazas, las cuales presentan las mismas características que las dirigidas a Digna Ochoa antes de su asesinato.
El 20 de abril del 2002, como resultado de la intransigencia del gobierno mexicano y su inhabilidad para respetar los derechos humanos, 87 prisioneros políticos y de conciencia comenzaron una huelga de hambre demandando una ley de Amnistía federal. Entre ellos estaba Jacobo Silva Nogales así como 26 indígenas de la región Loxicha en Oaxaca y, Erika Zamora, una estudiante universitaria sobreviviente de la masacre de El Charco en Junio de 1998, en donde el ejercito mexicano ejecutó a 11 personas. El gobierno ha tratado de convertir el asunto de la huelga de hambre en una serie de problemas estatales en lugar de aceptar su carácter nacional. Así, después de varios días de ayuno, los indígenas Loxicha empezaron negociaciones con las autoridades mexicanas, lo cual logro que dejaran la huelga. El 31 de Mayo del 2002, Erika Zamora fue liberada junto con Efrén Cortes, otro sobreviviente de la masacre de "El Charco". Erika Zamora ha declarado que su liberación no se debe a la buena voluntad del gobierno sino que fue resultado de la presión política, parte de la cual se desarrollo en forma de huelga de hambre.
Hoy, el gobierno Mexicano no puede presumir de ser un estado que respeta los derechos humanos pues aun hay 18 prisioneros políticos y de conciencia llevando a cabo la huelga de hambre y muchos mas procesados en diferentes cárceles mexicanas. La situación es desesperante debido al largo tiempo que llevan los huelguistas sin probar alimentos y el gobierno mexicano todavía no muestra verdadera disposición para una justa negociación. Es crucial en este momento que se presione al gobierno mexicano para resolver la situación de los prisioneros políticos y de conciencia pues sus vidas están en peligro. El gobierno mexicano será responsable por cualquier daño físico que sufran los prisioneros en huelga a raíz de la misma.