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Latinoamérica

3 de junio del 2002

México: Caso de Digna Ochoa

¿El suicidio de la procuración de justicia?
Jesús Ramirez Cuevas
Masiosare
La noticia de la muerte de Digna Ochoa conmocionó a la opinión pública nacional e internacional y se convirtió en un dolor de cabeza para dos gobiernos. Siete meses después, aún no se conocen las conclusiones de la Procuraduría capitalina. Pero desde hace meses sus funcionarios realizan cabildeos con organismos civiles y líderes de opinión para convencerlos de su "hipótesis más fuerte": que Digna se suicidó. Se trata, dice el subprocurador Renato Sales Heredia, a cargo del caso, de la línea menos "políticamente correcta" y más "difícil" para el gobierno perredista porque lo "enemista" con sus aliados naturales. Se trata, contrapuntea la abogada de la familia de Digna Ochoa, Bárbara Zamora, de una hipótesis sustentada en un trabajo marcado por "el desaseo, la ineficacia y la irresponsabilidad". Lo que sigue es ver si peritos internacionales se animan a venir a evaluar las conclusiones de los investigadores. Si en el terreno de los hechos se demuestra lo contrario, dice Sales, ellos lo aceptarán: "No estamos casados con la hipótesis"
LA PROCURADURÍA General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) aún no da a conocer la conclusión de sus investigaciones en torno al asesinato de la abogada Digna Ochoa y Plácido, ocurrido el 19 de octubre del año pasado. Sin embargo, es sintomático que desde hace varios meses tanto el procurador capitalino, Bernardo Bátiz, como el subprocurador encargado de las investigaciones, Renato Sales Heredia, han apuntalado en declaraciones públicas la tesis del suicidio.
En las más recientes, Bátiz afirmó que "sólo quedan tres de las cuatro líneas de investigación que tenía la Procuraduría capitalina, respecto a la muerte de Digna Ochoa, aunque la que mayor fuerza mantiene es la del suicidio" (26 de mayo). En términos teatrales, a eso se le llama "vender la trama".
Desechada la tesis del crimen pasional quedan, además de la señalada, las que apuntan a los afectados por el trabajo de la luchadora por los derechos humanos: integrantes del Ejército mexicano y caciques de Guerrero. A su vez, Bátiz informó que esperan de los organismos de derechos humanos la propuesta de un perito extranjero que revise la investigación. Es decir, se busca un aval internacional antes de divulgar las conclusiones.
Así las cosas, activistas y familiares consultados por Masiosare expresan que en tanto no se conozcan los resultados de la PGJDF y no se pruebe contundentemente, no se sabrá si Digna Ochoa se suicidó o no, si no se esclarece el nivel de profesionalismo en la investigación. En este contexto, destacan la actitud del mismo Bátiz y del subprocurador Sales, que en lugar de rendir un informe con las conclusiones de sus indagatorias, han hecho múltiples declaraciones y han "filtrado" informaciones del expediente para apuntalar la tesis de la autoinmolación, como si fuera un hecho consumado.
Jesús Ochoa, hermano de Digna, se muestra contrariado con las declaraciones del procurador capitalino, "ya sabemos a dónde van y no estamos de acuerdo", ataja. "La familia está esperando que se den a conocer las conclusiones –informa– para pedir peritos independientes que verifiquen la investigación, porque tenemos dudas".
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La postura de la Procuraduría capitalina sobre el caso ha sido contradictoria. En sus primeras declaraciones, Bernardo Bátiz afirmó que se trataba de un crimen político ordenado y cometido "por las fuerzas oscuras del Estado" pues en los casos que Digna Ochoa tuvo en sus manos están involucrados elementos del Ejército (20 de octubre).
De esos casos, los más relevantes son la defensa legal de miembros del EZLN y del ERPI; las matanzas de Aguas Blancas y del Ejido Morelia, Chiapas; el de los campesinos ecologistas Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel; y el de los hermanos Cerezo Contreras, acusados de los bombazos en Banamex.
Días después, Bátiz dijo que el crimen era "un signo de terrorismo de extrema derecha" (25 de octubre). Luego, el procurador aseguró que no se quería "inventar un culpable", por lo que analizarían a fondo todas las líneas de investigación (4 de noviembre).
En diciembre pasado, después de la filtración a la prensa de una fotografía de la escena del crimen, la PGJDF cambió al equipo investigador y nombró a Renato Sales como fiscal para el caso.
A partir de enero de este año, sin agotar las líneas de investigación que podrían conducir a centros de poder afectados por el trabajo profesional de Ochoa y sus compañeros (por el que sufrió amenazas y secuestros), en la PGJDF fue prosperando la tesis del suicidio, rechazada al principio. Coincidentemente, entonces se vuelven insistentes las versiones que "desde arriba" había "presiones" para que la PGJDF "bajara" el perfil a la investigación.
Primero fueron rumores entre el círculo más cercano a las investigaciones (se señala con frecuencia a personajes cercanos al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro como los que sostienen desde el primer momento la hipótesis del suicidio). Sin embargo, fue hasta la primera semana de marzo, cuando se "filtró" a algunos medios la información de que la PGJDF estaba manejando esta tesis.
Como si fuera parte de una estrategia, Bátiz y el fiscal Sales, en lugar de detener las especulaciones, confirmaron que esa era la principal línea de investigación y más aún, dieron a conocer otros elementos para fortalecerla. "Parecía un ensayo para medir la reacción de la opinión pública", dice Bárbara Zamora, abogada de la familia Ochoa.
En esa ocasión, Bátiz afirmó no había sido una filtración. Que el tema lo había tocado el Centro Pro durante una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington. Y que ahí los medios habían recogido esta versión.
Por esos días, Pedro Díaz Romero, consultor de la CIDH, recién había vuelto a Washington tras visitar el país para evaluar el expediente y el trabajo de la PGJDF. En su informe ante la CIDH, el especialista advierte que "buena parte de la actividad investigativa", "se ha dirigido" a la hipótesis sobre "la situación personal de la víctima, su entorno social, familiar y profesional", "enlazada con las circunstancias en que se presentaron los hechos (la tesis del suicidio basada en las pruebas técnicas realizadas a la escena del crimen)".
Al respecto, Díaz Romero señala que "las circunstancias materiales que rodearon el deceso de la licenciada Digna Ochoa, como la escena del crimen, fueron prediseñadas por su autor con la intención de causar confusión y error en la investigación oficial de los hechos".
El consultor internacional revisó las amenazas de muerte que Digna recibió tres días antes de su deceso (16 de octubre), otras recientes (17 de agosto y 10 de septiembre) y la hallada en el lugar de los hechos. Todas, dice, "fueron textos que obedecen a un mismo patrón de contenido, distribución de espacios y tipo de letra de computador".
Pedro Díaz recomendó a la PGJDF investigar la identidad de tres hombres sospechosos que fueron vistos cerca del despacho de la abogada un día antes de su muerte.
Sobre la línea de investigación del "perfil de la víctima y su entorno social, familiar y profesional", en la que "se viene profundizando", Díaz recomienda "ampliar algunos aspectos de la vida de Digna Ochoa que no se han abordado a plenitud" (sus actividades y su estado de ánimo en los días previos a su muerte, sus viajes a Washington y Guerrero).
De las sospechas que apuntan a Guerrero, el consultor de la CIDH propuso que los interrogatorios a testigos se realicen fuera de la región dado que la presencia del Ejército interfiere en las diligencias. También indica que se debe continuar con la identificación de los militares que estuvieron en la zona durante el último viaje de Digna a ese estado.
Acerca de la línea de investigación de los casos que Digna Ochoa conoció, Pedro Díaz recomienda analizar su papel en los mismos "y establecer si la abogada actuó en ellos".
El especialista colombiano indica que la información aportada por la Secretaría de la Defensa Nacional sobre las fichas de inteligencia de la víctima "es incompleta". Y agrega: "Es de vital importancia conocer estos archivos que permitan evaluar y explicar de ser el caso, si hubo relación con las anteriores amenazas en contra de Digna Ochoa o los demás miembros del Centro Pro".
El consultor internacional reconoció que la investigación penal, especialmente a partir de la entrada del equipo de Sales Heredia, se ha apegado al Código de Procedimientos Penales para el DF. Sin embargo, recomienda a la PGJDF tratar todas las líneas de investigación, "con igual énfasis y dedicación".
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A contrapelo de estas recomendaciones, desde hace dos meses los responsables de la investigación iniciaron un intenso cabildeo para convencer a sus interlocutores de la línea del suicidio. En esas reuniones se descarta la posibilidad del crimen político.
En tales esfuerzos participan el procurador Bátiz, el fiscal Sales y el asesor de la investigación, Enrique Flota, quienes argumentan ante grupos de derechos humanos, diputados, periodistas y amigos de la abogada, para convencerlos del suicidio.
Asistentes a dichas reuniones, aseguran que a un lado del despacho del procurador capitalino se montó un set con los muebles de la oficina donde murió Digna Ochoa como escenografía (incluso los libreros se simulan dibujados sobre la pared). Allí se hace pasar a los invitados para "la representación teatral del suicidio". Así sucedió el 19 de abril con una comisión de diputados de la Asamblea Legislativa del DF.
Al margen de la anécdota, lo más delicado de esas reuniones es que se explican las supuestas motivaciones que habría tenido la abogada veracruzana para suicidarse. En este capítulo, tanto Sales como el abogado Flota dan extensas explicaciones que ponen en cuestión la personalidad conocida de Digna Ochoa y resaltan rasgos de su carácter ajustados a la tesis de la PGJDF. También alimentan la idea del "martirio cristiano". "Para sostener esta versión se requiere asestar una segunda muerte a la abogada, privarla de la fama pública", escribió hace días el periodista Miguel Angel Granados Chapa.
La abogada de la familia Ochoa, Bárbara Zamora –quien recibió amenazas de muerte el 19 de marzo pasado–, sostiene que "la labor de cabildeo de la Procuraduría para convencer a la gente de que Digna se suicidó es deshonesta y antiprofesional. No están cumpliendo su labor de investigar delitos y procurar justicia. Cabildean para que cuando presenten sus conclusiones reciban el apoyo de todo mundo. Eso da qué pensar. Es un elemento de sospecha, ¿por qué hacen eso?"
"La Procuraduría –continúa Zamora– no ha hecho un trabajo cuidadoso ni profesional. Ha habido filtraciones y no se ha sancionado a nadie. El mismo fiscal Renato Sales da información del expediente a la gente que se reúne con ellos. Esto es indebido".
Según Zamora –quien coordinó los últimos casos que asumió Digna–, "todo parece indicar que no se trata de una investigación imparcial. La actuación de las autoridades pone en riesgo la credibilidad de las mismas investigaciones. Por qué en lugar de dar conclusiones se reúnen con gente en lo oscurito para convencerla de sus hipótesis. Con ello, está claro que no están madurando la investigación sino afinando su propia explicación. Sólo están indagando en una sola dirección y no investigan la línea del crimen político".
"¿Por qué desmantelaron el lugar de los hechos?, ¿qué va a verificar algún perito independiente si la 'escena del crimen' está alterada?", se pregunta la abogada del bufete jurídico Tierra y Libertad. Sobre ello, hay otros hechos graves: la "desaparición" de evidencias en el despacho, como las manchas de sangre, los rastros de almidón y otras posibles huellas. Entregaron la oficina limpia y hasta aspiraron la alfombra.
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No todo le ha salido bien a la PGJDF en su estrategia. En abril pasado, una delegación estadounidense se entrevistó con el procurador Bátiz para saber de los avances de la investigación. En ella participaron integrantes de Global Exchange, que hace unos días hizo público un informe en el que señala que "la investigación del asesinato de Digna Ochoa se ha caracterizado por el intento de denigrar la reputación de la víctima y la falta de objetividad".
Global Exchange rechazó las tesis presentadas por la Procuraduría por estar "contaminadas" con una "postura política" y porque "no ha sido una investigación criminal seria". "La indagatoria ha estado enfocada en su salud mental y sus relaciones personales y profesionales antes que en las amenazas previas a su muerte y el secuestro que sufrió", alega la organización estadunidense.
Para este organismo, como para activistas de los derechos humanos en México, "una investigación competente tiene que centrarse en las personas, instituciones e intereses que más amenazaron la vida de trabajo en los derechos humanos de Digna Ochoa".
En el mismo sentido, Jesús Ochoa señala que su hermana sufrió durante los últimos cinco años de su vida amenazas de muerte, secuestros, torturas psicológicas y atentados en su contra. "Todo eso se tiene que analizar y dar con los responsables, los que es muy probable tienen que ver con su muerte. Digna señalaba a miembros de la policía y del Ejército", subraya.
En entrevista, Ochoa cuenta de algunas irregularidades que ha presenciado durante el proceso: "Tuvimos que hacer un plantón en el Zócalo para tener acceso al expediente. Luego, el 11 de enero nos entregaron el departamento de Digna. Allí encontramos algunas cosas que los agentes no vieron, como fotografías de los casos del Ejido Morelia, Chiapas y de campesinos ejecutados en Veracruz; los boletos que usó Digna en su último viaje a Guerrero. El 22 de enero entraron gentes extrañas, movieron todo y apareció un frasco en el tocador. La PGJDF nos dijo que ellos no fueron".
Preocupada "por el desaseo, la ineficacia y la irresponsabilidad de la Procuraduría", Bárbara Zamora, también defensora de los acusados en la masacre de El Charco, Guerrero (1998), advierte que "las mismas autoridades están minando la credibilidad de sus resultados. Pero lo más grave es que están poniendo en cuestión la misma causa de los derechos humanos que Digna defendió y la autoridad moral de los defensores de derechos humanos. ¿Quién les va a creer cuando denuncien alguna amenaza? La impunidad de este caso alentará a los enemigos de los derechos humanos".
"¿A quién beneficia esta hipótesis?", se pregunta la abogada. "Obviamente a los violadores de derechos humanos, a los gobernantes en turno porque con ello eluden su responsabilidad de procurar justicia", se responde. A ellos, y en vista de las fallas de la investigación con todo y filtraciones, a todos los interesados en que así los investigue la Procuraduría para quedar impunes.




El martirio o la peor hipótesis
Arturo Cano y Alberto Najar
Es la conclusión menos "políticamente correcta" y va a propiciar que el gobierno perredista de la capital se "enemiste" con sus aliados naturales y tampoco logre "conciliarse" con sus enemigos naturales. Pero el subprocurador de Averiguaciones Previas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Renato Sales Heredia, está convencido de que Digna Ochoa se suicidó. Y sustenta su "hipótesis más fuerte" en datos como la reconstrucción detallada de la forma como murió Ochoa, en la propiedad del arma –que era de la abogada– y en el hecho de que es "prácticamente imposible" que hubiera otra persona en el despacho donde se cometió el crimen.
En su portafolios, Sales Heredia carga los documentos claves del caso y una pistolita de juguete con la que él mismo escenifica la forma en que, según sus propias conclusiones y las de los "tres mejores" peritos de la PGJDF, se habría suicidado la abogada veracruzana.
Bajo fuego por varios flancos, Sales Heredia niega que el suicidio sea la hipótesis más cómoda para el gobierno foxista y su imagen internacional, para el gobierno perredista capitalino y sus relaciones con sus adversarios, o para una comunidad de derechos humanos conmocionada con el giro del caso.
"Al contrario, asevera, es la más difícil. Esta hipótesis enemista a un gobierno de izquierda con sus aliados naturales y no lo concilia con sus enemigos naturales. Para nosotros sería mucho más sencillo decir, bueno, el Ejército puede ser, encontremos a un militar y que sea el culpable, pero no se trata de inventar culpables. Nosotros no vamos a desenterrar calaveras".
Una "pieza que no cuadra"
Digna Ochoa recibió amenazas escritas el 7 de agosto, el 10 de agosto y el 16 de octubre de 2001. Fueron encontradas en su casa en una diligencia de inspección efectuada el 1 de noviembre del año pasado. A los sobres que contenían los papeles con las amenazas se les practicó una prueba de ADN. El resultado fue que la saliva correspondía a un hombre, no a una mujer. ¿Tuvo Digna Ochoa un "cómplice" en sus intenciones "suicidas"?
El subprocurador Sales acepta que el examen de ADN confirmó que los sobres fueron manipulados por un varón.
–¿Y?
–Es una pieza que efectivamente no cuadra con esta hipótesis, totalmente de acuerdo, pero es como un gran rompecabezas, si falta una pieza y el rompecabezas muestra la figura de una casa y un caminito, y falta una pieza del caminito, bueno, pues no afecta la figura. Aquí no podemos tener verdad científica, la verdad jurídica no es científica, no teníamos una cámara filmando lo que pasó. Tenemos un cúmulo, un concurso de circunstancias. Estamos, por supuesto, tratando de localizar a la persona que cierra estos sobres, ciertamente no hemos encontrado a la persona y viene a ser una contraprueba, pero no derrumba la hipótesis.
–Pero sí derrumba la hipótesis de que ella hacía las amenazas...
–No.
–¿Por qué no?
–Es meramente especulativo, pero yo le puedo pedir a un amigo: "Oye, me cierras estos sobres, por favor".
El circuito descompuesto
–En 1999, Digna Ochoa denunció haber sido secuestrada en su domicilio y dijo que la habían atado y abierto la llave del gas. Llama al Centro Pro y acuden a verla. Al mismo tiempo, alguien entra a las oficinas del Pro y deja amenazas en los escritorios. Ella estaba en otro sitio.
–Tenemos una declaración en ese sentido, de una persona del Pro, que dice que está en otro lado.
–En el Pro había un circuito cerrado, ¿no?
–Un circuito cerrado que curiosamente se descomponía cada vez que colocaban las amenazas.
–¿Qué conclusiones hay sobre estas curiosidades?
–La investigación precisamente por eso tenía tal complejidad, en las averiguaciones previas anteriores, porque apuntaba hacia gente del propio Pro, porque la única forma de desconectar exactamente en el momento en que aparecían las amenazas, el circuito cerrado, daba a entender eso. Sin embargo investigamos, por supuesto, al propio Pro, y en este caso no se advierte ningún hecho vinculativo.
Con respecto a las últimas amenazas, Sales dice que "son muy similares" a la encontrada en el despacho del crimen y a todas las recibidas por personas del Centro Pro desde 1996. ¿Las hizo la misma Digna Ochoa? "No es improbable", dice Sales.
Hasta el 2010
El funcionario admite que miembros del Centro Pro tienen la convicción de que Digna Ochoa fabricó al menos algunas de las amenazas que recibió, pero esta versión no se ha incorporado a la averiguación previa. Pese a las dudas, el Centro Pro, informa el subprocurador, "acaba de exhibir una promoción pidiendo que investiguemos todos y cada uno de los asuntos en los que participó de una u otra forma Digna Ochoa".
Para Renato Sales, cumplir la petición del grupo de derechos humanos implicaría "llevar la averiguación previa hasta el 2010, porque ella participa desde el Centro en la defensa de (Javier) Elorriaga, del subcomandante Marcos, en el caso de Cacalomacán... El Pro no está pidiendo que cerremos la averiguación previa, al Pro esto (la hipótesis del suicidio) no lo ayuda en nada, realmente".
–¿El Centro Pro duda o no de la veracidad de las amenazas?
–Ellos, en un momento dado, no dudaron de las amenazas, tan no dudaron que presentaron las denuncias. Sin embargo hubo un momento en que ya no presentan denuncias, y bueno, ciertamente coincide con el viaje de la licenciada Ochoa a Washington.
El Centro Pro, confirma Sales, le sugirió a Digna Ochoa recibir atención psicológica y ella aceptó. En Washington fue tratada por una especialista. El resultado ha sido solicitado por la PGJDF por la vía consular, pero hasta el momento no lo han conseguido.
Santa Rosalía
De entrada, Sales es reacio a hablar del perfil psicológico de Digna Ochoa y de los hechos que podrían haberla orillado a suicidarse, por considerar que se trata de un terreno "sumamente resbaladizo". Pero poco a poco desliza citas y datos que apuntalan la versión ya difundida de que la PGJDF tenía el perfil del suicida.
El proceso que según la Procuraduría la habría llevado al suicidio fue de "muchos años", pero se "acentúa" en la última etapa de la vida de Ochoa, sostiene Sales, por hechos como su salida del Pro, su abandono del convento y que no es invitada a incorporarse a la Comisión de Derechos Humanos del DF. "Siento que de alguna forma ella se queda sola".
–Pero tenía reconocimiento internacional, novio, según testimonios estaba más feliz que nunca.
–Este reconocimiento internacional se había dado precisamente a través de estas instancias comunitarias en las que ella participaba. Estamos entrando precisamente a ese terreno resbaladizo: caras vemos, corazones no sabemos, y más en la vida religiosa. Detrás de una sonrisa pueden haber multitud de problemas. El ser humano es un bicho complejo.
–¿Quería Digna ser una mártir en el sentido cristiano?
–Pues a lo mejor en el sentido cívico.
–¿Ganar una batalla después de muerta?
–Como el Cid Campeador, ¿no? Probablemente, hay algunos datos que así lo sugieren.
Ya entrado en el terreno de los "mártires", Sales refiere la presencia de un libro en el lugar de la muerte que estaba mal colocado en el librero: Antología poética de la muerte, de Agustí Bartra. El libro, dice, se abría fácilmente en un poema titulado "Santa Rosalía ve a Jesucristo en el espejo". El subprocurador dice de memoria unos versos: "Mira esta púrpura roja/ que desangrando las venas/ sobre blancas azucenas/ como un clavel se deshoja./ Mira este tormento injusto/ y examina bien si es justo/ y va en la razón fundado/ que yo esté crucificado/ y estés tú entregada al gusto". Y luego, lanzado ya el peso de la literatura añade: "En fin, quizá sea una mera coincidencia".
Coincidencia o no, Sales Heredia vuelve a la idea del suicidio según los primeros cristianos. Y luego cita a Goethe, a Camus, a Cioran, a Santo Tomás.
En el mismo tenor, Sales dice que en el mensaje amenazante encontrado en el lugar de los hechos ("Pros, hijos de puta, si siguen a otro se lo va a cargar su madre, sobre advertencia no hay engaño"), "aparece una cruz roja sobre blanco que es la cruz del martirio, es la cruz griega, es la cruz que también ostenta Santa Rosalía, la cruz de los mártires, que como el padre (Miguel Agustín) Pro dieron su vida por una causa". Y refiere, en relación con el poema, que Digna Ochoa vestía de blanco y rojo el día de su muerte.
¿Así se apuntala la hipótesis? Sales dice que no: "Todos estos datos son circunstanciales, indicios que se vinculan con muchos otros más. Los datos que, digamos, soportan de buena manera la hipótesis son los datos técnicos, periciales en el lugar de los hechos".
Filtraciones
Sales Heredia afirma que en el caso no ha habido sino una "filtración" (la foto de la escena del crimen) y que la persona que la tomó fue plenamente identificada, aunque "lamentablemente murió de un ataque cardiaco, nada que ver" con el caso.
La otra "filtración", asegura, no fue tal, sino el resultado de una audiencia pública en Washington, donde Carmen Herrera, del Centro Pro, le preguntó por qué se había retomado la hipótesis del suicidio. En ese marco es que Sales habla de que el arma es propiedad de Digna Ochoa y de que por sus características no deja residuos que puedan ser identificadas en las pruebas de balística. "No fue filtración sino información que estaba ya en el aire, difundiéndose desde Washington".
La CIDH: de la ejecución a la muerte
Debido a la importancia que el caso tiene en el contexto nacional y para la comunidad de los derechos humanos dentro y fuera del país, dice el funcionario, "hemos tratado de apostar más por la solidez argumental, probatoria, más por la transparencia que por la rapidez" y destaca el hecho de que por vez primera la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tuvo pleno acceso a una averiguación previa.
Tras el informe de Pedro Díaz, en los documentos de la CIDH, dice Sales, ha ocurrido un "importante cambio de semántica", pues el organismo dejó de pedir informes sobre la "ejecución" de Digna y pasó a solicitar datos sobre "la muerte".
Nada en lo oscurito
Sales insiste en que nunca se partió de la hipótesis del suicidio, sino que fue la reconstrucción del crimen la que los llevó a ésta.
Sin embargo, subraya una y otra vez que la PGJDF "no está cerrada". Si los expertos internacionales llegan y demuestran que "los tres mejores expertos en criminalística de la procuraduría, se equivocaron en esto y la regaron en esto otro", la procuraduría lo aceptará. "Aunque no nos crean, no estamos casados con la hipótesis, si nos demuestran que es insostenible, bueno".
Y pese a que la hipótesis del suicidio es la más "fuerte", asegura que las otras no se han abandonado. "Hemos seguido investigando Guerrero, y el entorno social y familiar".
En el caso de Guerrero, señala, no sólo declararon los militares, sino personas relacionadas con caciques y talamontes, con Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel, además de que se realizaron investigaciones "extraoficiales" pues por las condiciones de Guerrero, por el temor de mucha gente, no se podía obtener información actuando abiertamente.
Una línea poca mencionada, que apunta también al estado de Guerrero, es que Digna Ochoa hubiera sido asesinada por presuntos guerrilleros. Sales dice que se investigó, pues se manejó la posibilidad de que ella hubiera formado parte del Ejército Popular Revolucionario y de que personas que se escindieron de éste pudieran ser los asesinos. "Declaramos a ciertas personas y nos dimos cuenta de que no provenía de la extrema izquierda, como en mi opinión no proviene de la extrema derecha, como no proviene de los militares, ni de los paramilitares".
Nada en Guerrero, pues, según el funcionario. "Si algún dato vinculara a paramilitares, al Ejército, a los talamontes, estaríamos absolutamente convencidos de consignar a la persona responsable, sin temor a ninguna presión política, sin ningún arreglo o componenda en lo oscurito. Antes de inventar un culpable o prestarme a componendas, prefiero renunciar, y no lo digo de dientes para afuera".
Sin expertos a la vista
Pese a su interés, la PGJDF no ha logrado conseguir a los expertos internacionales. En el caso de la CIDH, dice Sales, "no se ha acreditado el financiamiento" y varios expertos de plano han dicho que no.
La procuraduría busca a tres peritos: uno criminalista, otro forense y uno más experto en balística.
–Quisiéramos que fuera con el aval de la CIDH, que fueran designados por ellos.
–Pero ellos no quieren.
–No hay indicación oficial, no han dicho ni que sí ni que no.
–Si no es la CIDH, ¿qué alternativa?
–Veremos que sean peritos quizá sugeridos por las ONG imparciales, equitativos, sin bandera política. Hemos reiterado la invitación a la familia de que los expertos no tienen por qué llegar después, que ellos los pueden sugerir.
Conclusiones, en dos meses máximo
En "uno o dos meses, no más" se presentarán los resultados de la investigación, se haya contado o no con la participación de los peritos internacionales, sostiene Sales.
"Si desgraciadamente esta hipótesis es la que se soporta tendremos que enfrentarla con todos los riesgos, con todas las cargas políticas que conlleva".
Vinculado desde la academia al mundo de los derechos humanos, con estudios en México y España, Sales Heredia también llegó a colaborar con el Centro Pro, en la elaboración del libro Injusticia Legalizada. Subraya su trayectoria y su militancia ("nunca trabajé en un gobierno priísta, soy perredista") para insistir en que "de ninguna manera me prestaría yo a defender o a encubrir al Ejército, a los paramilitares o a los talamontes".
Y enseguida pregunta, ya para cerrar: "¿Por qué si se suicidan sacerdotes, si se suicidan niños de 13 años, escritores, muchachos de 18 años que terminaron con su novia, por qué no va a ser posible, posible digo nada más, hipotéticamente posible que se suicide una defensora de derechos humanos, tan humana como todos los humanos, con problemas como todos?
¿Posible? En algo tiene toda la razón el subprocurador Sales Heredia: el suicidio no es "la hipótesis más fácil, porque nadie la va a creer".



El Crimen
Muchos son los datos que según la procuraduría apuntalan la hipótesis del suicidio:
• La pistola era propiedad de Digna Ochoa.
• No se forzaron las cerraduras del despacho ni de su casa.
• El almidón hallado en la escena del crimen estaba "uniformemente cubriendo las manos de la víctima". "Si el polvo se lo hubieran puesto antes de ultimarla cualquier mínima repulsa al polvo hubiera marcado esa distribución en el lugar. Si el polvo se lo hubieran puesto después de ultimarla, la sangre de la herida de la cabeza hubiera caído sobre la blusa, y no hay marca de sangre en esa posición, en la blusa.
• Ella le dice a su novio que se va a su casa y sin embargo permanece en el lugar de los hechos (según testigos traía la misma ropa el día anterior a su muerte).
• Entre cada sillón hay un metro 30 centímetros de distancia, a la mitad hay un buró con una papelera encima. Nadie cabía ahí.
• "Si una persona la hubiera matado, tendría que ser –perdónenme la expresión– el hombre de chicle", dice Sales al tiempo que trata de colocarse él mismo en una posición inverosímil.
• Las pruebas de balística demostraron que el arma tuvo que ser disparada por ella para que el casquillo quedara en el sitio donde fue encontrado.
• "Es muy difícil que alguien le haya colocado el polvo y que ella no haya realizado ningún tipo de resistencia".
• Si alguien que estaba de pie le hubiera disparado, las manchas de sangre estarían en el librero y no en el segundo entrepaño.
• No hay ningún indicio de que otra persona estuviera allí. "No tenemos ni una pestaña de un probable responsable".