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5 de junio del 2002
Movilización militar en Paraguay
Edgar Ruiz Díaz, Clarín
Las tropas procuran evitar que miles de campesinos movilizados en el interior
del país continúen el bloqueo de rutas. Las protestas se realizan
por la crisis económica y contra el plan gubernamental de privatizaciones
de sectores claves del país.
Fuerzas militares apoyados por helicópteros de guerra comenzaron
a tomar posiciones ayer frente a miles de campesinos que desde hace una semana
realizan manifestaciones y bloqueos de carreteras en el interior de Paraguay,
cuyo gobierno sufre un marcado debilitamiento, mientras realiza el intento de
sobrevivir y convencer a la población de que todo está bien en
un país donde la moneda local, el guaraní, sufre una depreciación
diaria frente al dólar del uno por ciento.
Los campesinos reclaman la suspensión del programa de privatizaciones
de empresas públicas que se propone llevar a cabo el gobierno del cada
vez más acorralado presidente Luis González Macchi, sospechado
de graves denuncias de corrupción, rechazan un proyecto de ley antiterrorista
en estudio y también se oponen a la aplicación del impuesto al
valor agregado a las actividades agropecuarias.
El dirigente sindical Eduardo Ojeda, líder de la Central Nacional de
Trabajadores de Paraguay, denunció ayer que las tropas tomaron posiciones
en la zona de San Pedro, una localidad situada a 250 kilómetros al este
de Asunción, donde un millar de campesinos se mantienen pertrechados
realizando esporádicos o "intermitentes" cortes de rutas.
A su vez, fuerzas policiales antimotines quemaron ranchos y apresaron a una
veintena de campesinos en una colonia del Departamento de Itapúa, a unos
400 kilómetros al sur de la capital paraguaya, según denunció
el dirigente rural Pablo Ojeda, quien señaló que entre los detenidos
se encontraban niños y mujeres. "El procedimiento forma parte de un plan
represivo para persuadir a los campesinos del sur y evitar que prosigan con
los bloqueos de carreteras", añadió Ojeda.
Por su parte, voceros policiales confirmaron que desde el viernes siguen detenidos
más de un centenar de campesinos en la localidad de San Patricio, ubicada
a 180 kilómetros al sur de Asunción, donde se produjeron bloqueos
de caminos.
La movilización militar se produjo 48 horas después de que el
Poder Ejecutivo dispusiera el acuartelamiento de las tropas ante los cortes
de carreteras. Y en un agitado clima político donde circulan todo tipo
de versiones, incluida la renuncia de González Macchi y su posible sustitución
por el vicepresidente Julio César Franco, del opositor Partido Liberal.
La ola de rumores también afectó al sistema financiero del país.
El martes, miles de ahorristas realizaron retiros masivos que llegaron a los
50 millones de dólares en una empresa de inversiones vinculada con el
Banco Alemán, que debió ser auxiliado con una capitalización
de 15 millones de dólares por parte del Grupo Velox .
Es en el contexto de este panorama que líderes campesinos, sindicalistas
y docentes anunciaron el inicio de una huelga general indefinida a partir de
la próxima semana en protesta por la crisis económica y la corrupción
gubernamental.
La semana pasada se conocieron nuevas denuncias de fraude por cuya causaestá
siendo procesado el otrora ex poderoso ministro de la Reforma Juan Ernesto Villamayor,
acusado por una fiscal del crimen de "apañar escandalosos robos" en el
programa de venta de la empresa Copaco, la telefónica estatal guaraní.
La licitación de esta compañía debió haberse realizado
el 7 de marzo pasado, pero González Macchi la postergó hasta el
30 de abril; luego volvió a suspenderla para el 30 de mayo y, ante un
nuevo pedido de los legisladores, prorrogó la apertura hasta el 14 de
junio.
El tema central con esta privatización es que la telefónica tiene
un precio base de 400 millones de dólares, cifra considerada irrisoria
tanto por diputados oficialistas como opositores, quienes resolvieron anular
la vigencia de la ley de privatizaciones ante sospechas de corrupción
en el Poder Ejecutivo. De acuerdo con el criterio de los legisladores, Copaco
debe ser vendida en por lo menos 600 millones de dólares.
Algo similar ocurrió con el programa de privatización de la ESSAP,
la empresa de servicios sanitarios, cuya licitación también fue
postergada hasta el mes de setiembre, a raíz de denuncias de irregularidades.
La venta de esta compañía estaba prevista para el 27 de junio.