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Latinoamérica

¡ES HORA DE QUE EL PUEBLO DECIDA!

Atchugarry por Bensión: apenas un cambio de fusible
Fuera la coalición y el FMI del gobierno

Comunicado de la Corriente de Izquierda

1. La crisis socio-económica se agrava día a día. El desempleo, la pobreza, y el exilio económico compulsivo son para decenas de miles de uruguayos y uruguayas, el único futuro a la vista. Ahora se le suma el cierre del servicio de emergencia del Hospital de Clínicas. El gobierno lanza una nueva bofetada en la cara de los más pobres. Hay millones de dólares para pagar los intereses de la deuda externa y subsidiar al "sistema financiero" quebrado por la especulación capitalista, el robo de depósitos y la fuga de capitales. Mientras tanto, no hay ni un peso para el "gasto" en salud, educación, vivienda, empleo. El desastre social producido por el llamado "modelo neoliberal" adquiere una dimensión dramática, la irresponsabilidad y la inmoralidad de la clase dominante y su coalición de blancos y colorados, no hacen más que confirmar que el principal "riesgo país", es la continuidad de este gobierno presidido por Jorge Batlle, pero en realidad, en manos del Departamento del Tesoro norteamericano y el FMI.
2. La renuncia de Bensión -que sólo tiene como antecedente desde 1985, la renuncia de Braga luego del fraudulento caso del Banco Pan de Azúcar- era un desenlace anunciado. No tanto por las exigencias de un Partido Nacional necesitado de oxigeno político para sobrevivir políticamente, ni tampoco por una interpelación que terminó a los besos y abrazos. Por el contrario, el escenario de indignación popular, de protesta, de caceroleos, marchas, paros, escraches, de centenas de miles de firmas contra las privatizaciones, de movilización y organización social, exigía una operación política para descomprimir la olla a presión, crear un clima de expectativa y de "cambio". Quitar al fusible quemado por un "articulador" con experiencia en las trampas parlamentarias. De eso se trata.
3. El prontuario del nuevo ministro de Economía no permite dobles lecturas sobre el personaje cuyo espíritu "dialoguista" tanto seduce a dirigentes y parlamentarios del Frente Amplio: Alejandro Atchugarry, ha sido el principal negociador del Presupuesto y la Rendición de Cuentas de "gasto cero", fue impulsor de la escandalosa privatización de la terminal de contenedores del puerto de Montevideo, y el creador de tres de los últimos impuestos en vigencia: el de las compras por Internet, el de las frutas y verduras, y el Cofis. Convertido al liberalismo por el propio Jorge Batlle, el nuevo ministro Atchugarry fue sub-secretario y ministro de Obras Públicas, y es también dueño de una empresa constructora que ha "ganado" varias licitaciones del Estado. De todas maneras -y para despejar cualquier duda sobre lo que nos espera- el presidente Batlle ha dejado claro que la sustitución de Bensión por Atchugarry no significa un rumbo distinto en la política económica. Ha manifestado, enfáticamente, que los cambios en el Ministerio de Economía y el Banco Central del Uruguay apuntan a "consolidar la orientación de una política económica que tiende básicamente a tratar de devolverle al país la competitividad para poder continuar su impulso exportador".
4. La pérdida de legitimidad del gobierno y la crisis del "modelo neoliberal" no se tapa con un recambio de fusible. Esta política económica de destrucción social, de expropiación de derechos, y de entrega de soberanía nacional, no se puede remendar, mucho menos "humanizar". Es en tal sentido, que la CI critica y rechaza las expresiones de algunos dirigentes del Frente Amplio y del PIT-CNT, que apuntan a generar un clima de "entendimiento" y "diálogo", a "dar una carta de crédito" con este gobierno hambreador. También somos contrarios a que dichos dirigentes hayan participado en el acto de asunción del nuevo ministro. Estas conductas y expresiones, que se ubican en el cuadro de una política de conciliación de clases y de "concertación social" confunden y desorganizan, golpean sobre la acumulación popular, y son funcionales al capital, a los patrones y al imperialismo. Por estas razones, la CI se expresa contraria a la participación del Frente Amplio en el directorio del Banco Central, y en cualquier tipo de Comité Técnico para resolverle la crisis a un "sistema financiero" que viene saqueando al país y a su gente. Se expresa a favor, sí, de la estatización de la banca, la derogación del secreto bancario. Es decir, de la expropiación de los expropiadores.
5. La salida a la crisis no pasa por la "colaboración" con el gobierno de coalición, ni con reuniones con el FMI, ni por esperar al 2004 para decidir qué gobierno y qué país queremos ¡es la hora de que el pueblo decida! Para que se pronuncie por la derogación de los artículos 612 y 613 del presupuesto que implican la privatización de ANTEL. Y nos manifestamos en contra de la derogación de estos artículos en el parlamento y contra la burla a la soberanía popular. Para defender a ANCAP en la recolección de firmas y derrotar la ley de privatización llamada hipócritamente de "asociación". Para impulsar una Ley de Iniciativa Popular que contenga las transformaciones profundas que el país necesita. Para que decida que proyecto de sociedad y país quiere, en Elecciones Nacionales Anticipadas a todos los cargos de gobierno.
6. Simultáneamente, la CI compromete sus fuerzas militantes en la marcha del 25 de julio en defensa del Hospital de Clínicas convocada por el PIT-CNT; en el acto de solidaridad con la Cuba revolucionaria el viernes 26 de julio en el Palacio Peñarol; en la séptima "Marcha de los Sin", contra el ALCA y por el no pago de la deuda externa a realizarse en la ciudad de Uruguayana el 2 de agosto y convocada por las centrales sindicales del Mercosur; y con la reunión del Foro Social Mundial que se realizará los días 22, 23, 24 y 25 de agosto en Buenos Aires y con todas las luchas y movilizaciones que viene realizando el pueblo uruguayo.

Comisión Ejecutiva de la Corriente de Izquierda 24 de julio 2002


El gatopardismo vive y lucha en Uruguay

Andrés Capelán
Comcosur
ALAI-AMLATINA, 124/07/02, Montevideo

. El nuevo ministro de Economía, el abogado Alejandro Atchugarry, tiene 50 años de edad, es viudo, tiene tres hijos y hace unos años un aneurisma lo llevó al borde de la muerte. Es abogado, pero siempre ha estado relacionado a los temas económicos, siendo el principal negociador de todos los proyectos de Presupuesto y de Rendición de Cuentas que se presentaron en los últimos años. Fue impulsor de la escandalosa privatización de la terminal de contenedores del puerto de Montevideo, y el creador de tres de los últimos y más cuestionados impuestos en vigencia: el de las compras por Internet, el de las frutas y verduras, y el Cofis. En los años 70 militó en la izquierda radical durante su pasaje por la secundaria, pero en los 80 el hoy presidente Batlle lo convirtió al liberalismo. Atchugarry fue sub secretario y ministro de Obras Públicas, y es también dueño de una empresa constructora que ha ganado varias licitaciones del estado.
El nuevo ministro está bien visto hasta por la oposición. Al definirlo, todos y cada uno que lo hacen se refieren a su espíritu "negociador, articulador y/o componedor." Es que Atchugarry es un tipo simpático, educado, mesurado y gentil, que siempre ha tenido un buen relacionamiento tanto con tirios como con troyanos. Al poco rato de ser designado, y desde la misma Casa de Gobierno donde aceptó el cargo, comenzó a comunicarse telefónicamente con líderes y legisladores de todos los partidos políticos para expresarles su disposición a dialogar. De todas maneras, el presidente Batlle ha dejado claro que la sustitución de Bensión por Atchugarry no significa un cambio en la política económica que viene siguiendo el país. Dijo muy claro que los cambios en el Ministerio de Economía y el Banco Central del Uruguay apuntan a "consolidar la orientación de una política económica que tiende básicamente a tratar de devolverle al país la competitividad para poder continuar su impulso exportador".
En el mismo sentido concurre la designación como subsecretario de Economía del economista Isaac Alfie, quien desde hace años es coordinador de asesoría macroeconómica y financiera de esa cartera, y en los últimos tiempos asesor personal del ex ministro Alberto Bensión. Alfie es definido como un liberal ortodoxo, y fue señalado por el periodista Samuel Blixen (semanario Brecha) como uno de los altos funcionarios gubernamentales que vació sus cuentas bancarias días antes de que se aprobara el último ajuste fiscal, cuando corrían insistentes rumores sobre la implantación en nuestro país de un "corralito" al estilo argentino. Alfie partió el martes hacia Washington a negociar los préstamos con los organismos internacionales, junto con el titular de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Ariel Davrieux.
Davrieux está en ese cargo desde 1995, cuando fue designado por el presidente Sanguinetti, y parece ser la verdadera "eminencia gris" de la economía uruguaya. De hecho, es el único integrante del núcleo central del equipo económico que ha permanecido en su cargo luego de la interpelación al ministro Bensión a mediados de este mes de julio. Que hayan sido precisamente él y Alfie los designados para ir a negociar con el Fondo Monetario Internacional la continuidad de los préstamos prometidos, es sumamente significativo. Es evidente que lo que intenta el presidente Batlle es tranquilizar al FMI, demostrándole la continuidad de la política económica pactada con ese organismo mediante el envío de emisarios confiables y conocidos. Puestas así las cosas, es difícil entender el alivio y la simpatía con que la oposición del Encuentro Progresista ha visto la designación de Atchugarry. El senador Rafael Michelini, del también opositor Partido del Nuevo Espacio, fue mucho más cauto, sugiriendo esperar a ver qué medidas propone el nuevo ministro antes de adelantar una opinión. Por otro lado, los especuladores financieros (que lógicamente suelen ser los más informados en estos temas) siguen demostrando falta de confianza, y han llevado el dólar estadounidense a los 30 pesos a la venta, y el riesgo país a 2.186 puntos. Es que si las cosas estaban mal con Bensión y el presidente Batlle dice que la gestión de Atchugarry reafirma la continuidad de la política económica del gobierno, nada indica que ahora vayan a mejorar, por más que Atchugarry sea mucho más simpático que Bensión