Latinoamérica

Pascual Serrano

Bajo el títular "Las semillas de la coca y la guerrilla", el diario español El País publicaba el pasado lunes 24 de junio la tercera entrega de un especial informativo sobre Colombia que denomina "La Colombia que espera a Uribe".
El citado reportaje, que ocupa una página completa con recuadro de llamada a dos columnas en portada, firmado por el enviado especial a Cali José Luis Barbería, consiste exclusivamente en reiterar y reiterar la afirmación que ya adelanta en su entradilla: "El reportaje de hoy se centra en la degeneración del principal grupo guerrillero del país, las FARC. Este grupo revolucionario armado de inspiración marxista-leninista planta, procesa y exporta cocaína a todo el mundo a través de los narcotraficantes. Se ha constituido, pues, un auténtico cartel de la guerrilla que amenaza con disgregar unas FARC que no han sabido adaptar su discurso político y sufren disidencias en sus propias filas".
Durante toda la página, el objetivo es recurrir a determinados testimonios que repitan y repitan la tesis que se ha planteado como objetivo el autor del reportaje. Lo habitual en estos casos es recurrir a fuentes, todas del mismo bando e ignorar a los sectores que pueden discrepar de la tesis oficial a demostrar, dando la sensación así de que el consenso entre los diferentes agentes sociales es absoluto. Pero este reportaje de El País alcanza ya un nivel escandaloso de burla a cualquier principio serio de periodismo e información, en especial a lo referente a las fuentes.
Es evidente en términos de ética periodística que las fuentes deben estar perfectamente identificadas cuando éstas expresan opiniones, y así lo llega a explicitar el Libro de Estilo de El País en el apartado referente a las fuentes de sus principios editoriales: "Hay que evitar el recurso de disimular como fuentes informativas ("según los observadores... ", "a juicio de analistas políticos...") aquellas que sólo aportan opiniones". "En este supuesto –continúa el Libro de Estilo- deberá identificarse a la persona consultada. En otro caso, no resulta interesante conocer una opinión si no se sabe quién la avala"
Pues bien, en el reportaje "El cartel de la guerrilla", las fuentes de las cuales se recogen declaraciones son un total de cinco. Por supuesto, todas en la misma línea: las FARC son una narcoguerrilla que ha perdido sus principios ideológicos". A continuación, la identificación textual del total de las cinco fuentes del reportaje:
1.- "Un taxista de Bogotá le dirá... "
2.- "Los entendidos en la materia (...) piensan que... "
3.- " ...indica un antiguo guerrillero del EPL".
4.- " ...afirma, a su vez, un antiguo miembro del PC que conoce personalmente a varios dirigentes de la guerrilla".
5.- " ...apunta un alto responsable gubernamental."
En cuanto a las declaraciones de las cinco fuentes, todas son valoraciones y opiniones. Y además, las mismas: "son narcoguerrillas", "es evidente que las bases ideológicas se han difuminado", "el componente ideológico de las FARC ha ido debilitándose", "Uribe tiene que castigar a los tres frentes de las FARC que se dedican a procesar la coca", "las FARC tienen muchos combatientes, muchas armas, mucho dinero y mucha droga".
En conclusión, quien quiera dedicarse al periodismo bien pagado, ya sabe el método. Pregunte a su jefe –quien previamente ya habrá consultado a los grandes accionistas de la empresa-, la tesis a demostrar y a defender. Ni se le ocurra consultar a alguna fuente informativa de la que no se tengan garantías de que comparte la tesis de su periódico. Lo mejor es que para no liarse, no consulte a ninguna, redacte varias declaraciones que digan lo deseado en la tesis a demostrar con diferentes palabras. Finalmente, invéntese una fuente (profesional, cargo público, etc...) diferente para cada declaración. Perfecto. Firme su reportaje, no hace falta que lo titule, ya lo hará el redactor jefe. Vuelva a casa y no deje de repetir la imparcialidad y objetividad del medio para el que trabaja.
pascualserrano@wanadoo.es