Bolivia: Elecciones generales marcan nueva etapa en la vida del país
Servicio Informativo "alai-amlatina"
Formalmente las elecciones del 30 de junio transcurrieron con normalidad,
de manera que los observadores de la OEA no tuvieron mucho que observar. Pero
sus sorprendentes resultados tardarán en ser asimilados ya que están
revelando importantes cambios en la vida nacional. No decimos que las elecciones
han producido un cambio sino que han servido para ponerlo de manifiesto. Los resultados electorales
Los datos oficiales proporcionados anoche por la Corte Nacional Electoral (a falta
de un 0,01 por ciento de mesas cuyas actas o se han perdido o están observadas)
son los siguientes:
1.- MNR (22,45 %): Primer lugar en Chuquisaca, Santa Cruz, Beni, Pando. 11 senadores
y 36 diputados.
2.- MAS (20,94 %): Primer lugar en La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí. 8
senadores y 27 diputados.
3.- NFR (20,91 %): 2 senadores y 24 diputados.
4.- MIR (16,31 %): Primer lugar en Tarija. 5 senadores y 26 diputados
5.- MIP (6,09 %): 6 diputados
6.- UCS (5,51 %): 5 diputados
7.- ADN (3,39 %): 1 senador y 4 diputados
8.- LyJ (2,72 %): 1 diputado
9.- PS (0,65 %):1 diputado
10.- MCC (0,63 %)
11.- CONDEPA (0,37 %)
Si bien el MNR ha obtenido el primer lugar, está muy lejos de la cómoda
mayoría que obtuviera en 1993, por el contrario tiene la misma mayoría
precaria que obtuvo ADN en 1997 y que la obligó a conformar la tristemente
célebre "Megacoalición".
La NFR, que en todas las encuestas se perfilaba como segura ganadora de las elecciones,
se desinfló aceleradamente, probablemente como resultado de tres factores:
uno la "guerra sucia" emprendida por el MNR que sacó a luz la verdadera
trayectoria política del candidato Reyes Villa (vinculado a las dictaduras
y comprometido con el gobierno saliente); dos, las contradicciones y errores en
que aquél incurrió en sus apariciones públicas como mentiras
acerca de sus empresas y socios, vinculación sospechosa de sectores militares
en su campaña ("¿Watergate a la boliviana?" titulaba El Deber), o declaraciones
cavernícolas en contra de los homosexuales; tres, la publicación
del apoyo que le presta la "Secta Moon", lo que le creó susceptibilidades
en sectores católicos.
El MIR quedó muy por debajo de sus propias expectativas, pero en realidad
logró mantener su votación de anteriores elecciones (e incluso mejorarla)
pese a ser parte activa del actual gobierno, mientras ADN cargó con toda
la culpa de la gestión Bánzer/Quiroga y estuvo a punto de perder
su personalidad jurídica.
UCS también sufrió el castigo por su estilo político prebendal
y acomodaticio y sobre todo por la pésima gestión municipal de su
jefe y candidato en Santa Cruz, además de renuente deudor moroso del Fisco.
Por lo demás, CONDEPA, que ocupara un tercer puesto el 97, acabó
descompuesta y aniquilada como resultado de su línea política sinuosa
y de su contaminación de los peores vicios del sistema. LyJ no respondió
a las expectativas despertadas al principio, no sólo por la falta de aparato
de su partido, sino también por la falta de carisma y de capacidad comunicacional
de su candidato. El MCC no llamó la atención de nadie, mientras
el PS al menos obtuvo el saludable retorno de su jefe nacional al Parlamento.
Pero a juicio de todos los analistas la gran sorpresa de estas elecciones fue
el resultado obtenido por el MAS y su candidato el líder cocalero Evo Morales
(que además fue elegido diputado uninominal con una votación record
del 85 %). Al ocupar el segundo lugar (en votos y en número de parlamentarios),
puede ser elegido en el Parlamento presidente de la república. Esta mera
posibilidad (junto al hecho de que sigue manteniendo un discurso de oposición
radical al modelo neoliberal y a la injerencia extranjera en el país) ha
desatado una ola de susceptibilidades y preocupaciones, que incluso parecían
poder tener repercusiones en el sistema financiero.
Comunicadores y analistas que antes descalificaban a Evo (por su posición
"intransigente" y bloqueadora) y que al final de la campaña empezaban a
tratarlo con respeto y aparente simpatía (empezaba a perfilarse como importante
líder de la oposición) ahora pasan a darle consejos, en el sentido
de que abandone sus posiciones, entienda que el neoliberalismo es nomás
lo mejor que podemos tener y se vuelva un político concertador y "viabilizador".
Por su parte el MAS ratifica que no negociará alianza ninguna con los partidos
del modelo, a la vez que afirma estar dispuesto a asumir el gobierno del país.
La nueva situación que estas elecciones ponen de manifiesto
Como analiza certeramente Álvaro García Linera, las pasadas elecciones
vienen a confirmar tres hechos políticos importantes. El primero es que
el modelo de estado neoliberal, inaugurado en 1985 y plenamente consolidado en
la década de los 90, ha empezado a agotarse, ha mostrado sus contradicciones,
ha perdido consenso social y ha dado paso a una etapa de "transición" que
promete ser agitada e inestable (como toda etapa de transición, pensemos
en los años 1936-1952, o en los años 1978-1985). Lo grave es que
en este caso no se trata de un modelo interno, sino impuesto desde afuera, lo
que hará de la transición una etapa muy dura.
El segundo hecho que se revela en los resultados electorales es la irrupción
de los pueblos originarios (MAS y MIP) en la vida política nacional. No
es que tal o cual líder indígena participa en uno u otro partido
y llega al Parlamento; esta vez son instrumentos políticos de los pueblos
originarios los que como tales ocupan un espacio decisivo en el escenario político.
Será la primera vez en la historia del continente que el Congreso de una
de estas repúblicas esencialmente criollas se vea físicamente y
políticamente inundado por representantes indígenas de ambos sexos.
Es la primera vez que una masa importante de población (incluyendo sectores
citadinos, mestizos, intelectuales) ha votado para presidente por un indígena
sin título universitario, avalado sólo por su irreductible lucha
por la soberanía nacional (precisamente en momentos en que el presidente
Quiroga afirma que "la soberanía es un concepto obsoleto"). Nos encontramos
pues ante un nuevo liderazgo social indígena nunca visto.
El tercer hecho novedoso es que el MAS (al igual que el MIP), legalmente registrados
como partidos políticos, en realidad son movimientos sociales. Se ha invertido
el juego: mientras los partidos siempre se afanaron por penetrar los movimientos
sociales, ahora son los movimientos sociales los que invaden el espacio reservado
a los partidos. Si dichos movimientos son capaces de conservar su esencia, de
expandirse y articularse como movimientos sociales, y además son capaces
de llevar el Parlamento a la sociedad movilizada, la historia del país
puede empezar a dar un vuelco significativo. Perspectivas para el período 2002-2007
En estas circunstancias resulta difícil prever la formación de un
gobierno con esa sólida mayoría que hace posible la famosa "gobernabilidad",
algo que todos los analistas y voceros de prensa consideran necesario o por lo
menos deseable, sin caer en cuenta que es precisamente esa "gobernabilidad" la
que luego se traduce en el odioso "rodillo" parlamentario y hace posible que en
los hechos el Poder Ejecutivo tenga bajo su control al Legislativo. Por tanto
cabría esperar que la ausencia de esa mayoría aplastante vaya en
beneficio de una discusión más libre y democrática de los
grandes temas nacionales. Con estas limitaciones se perfila con mayor probabilidad
una alianza del MNR con el MIR y la UCS (83 parlamentarios), pues está
claro que el MAS no negociará una alianza con nadie, mientras la NFR asegura
que no votará por el MNR ni por nadie. En esta hipótesis la oposición
sería muy fuerte (sin su concurso nunca habría dos tercios, ni siquiera
en el Senado) y el gobierno tendría que aprender a practicar algo más
de respeto por la oposición y por la población. Si a esta novedad
el gobierno podrá gobernar pero no abusar le añadimos el mencionado
agotamiento del modelo y la también mencionada irrupción de los
movimientos sociales en la vida política formal, significa que se avecinan
tiempos de creciente inestabilidad.
Además no debemos olvidar que Bolivia está rodeada de vecinos cuya
profunda crisis económica puede desembocar en crisis política (ya
es el caso de la Argentina), y que el MAS y el MIP se verán fácilmente
articulados en una red latinoamericana de contestación al modelo. Peligroso,
pero prometedor, ¿no creen ustedes? Bolivia Press 2002, Nr. 11 (09 de julio del 2002)
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