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Latinoamérica

Costa Rica
El imperio ataca

Miguel Ángel Ferrari
Programa Hipótesis. LT8 Radio Rosario. Argentina, 6 de julio.
Edición en Internet: La insignia
La administración Bush no descansa en sus planes de militarización de América latina. El pasado 6 de junio los gobiernos de Costa Rica y de los Estados Unidos firmaron un convenio con el propósito de establecer una Escuela Internacional de Policía en el país centroamericano. Esta escuela estará dirigida por estadounidenses y tendrá el objetivo de adiestrar a las fuerzas de seguridad de la región, en el marco de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Dicho en buen romance, una nueva versión --a nivel policial-- de la tristemente célebre Escuela de las Américas, que adiestró a los militares latinoamericanos que practicaron el genocidio durante décadas bajo la doctrina de la Seguridad Nacional.
Luego de la visita que realizara a los Estados Unidos, el presidente costarricense Abel Pacheco dio a entender que la idea de la Escuela de Policía se le había ocurrido al presidente George W. Bush, en el curso de la entrevista que sostuviera con él. Pero --en realidad-- este plan venía muy bien enhebrado desde la administración del anterior presidente centroamericano, actualmente investigado por actos de corrupción, con los que matizaba la aplicación de las recetas neoliberales.
No es para nada casual que, el actual gobierno de Pacheco, haya confirmado al anterior ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, y al embajador en Washington, Jaime Daremblun, quienes tuvieron una importante participación en la elaboración de la idea de la escuela policial y que --ahora-- se ha apresurado a convencer al presidente sobre las bondades de este convenio.
Esta iniciativa destinada al fortalecimiento de la presencia militar norteamericana en el continente, se viene trabajando con tal apresuramiento que, antes de ser siquiera informada a la Asamblea Legislativa --el Parlamento costarricense--, el ministro de Seguridad ya tiene elegido el terreno donde se instalará la mencionada escuela.
Originariamente, Washington había pensado en Panamá para su instalación, el anterior lugar de la Escuela de Asesinos de las Américas, pero luego se cambió de opinión y pensó en Costa Rica por la "estabilidad democrática" que este país garantiza.
Si bien esta escuela es de carácter policial, no se descarta en absoluto que cumplirá funciones militares, especialmente en el marco del Plan Colombia, de carácter abiertamente intervencionista en ese país sudamericano y en toda la región. Esta posibilidad quedó ampliamente confirmada cuando el señor Vance Stacy, funcionario de la embajada norteamericana en San José de Costa Rica, señaló el 26 de junio al diario local La República que "en el mundo hay países en los que sus fuerzas armadas cumplen funciones policiales, por esa razón no podemos decir --que en esta escuela-- no habrá militares". Recordemos que el propio presidente Bush ha declarado reiteradamente que --en su guerra contra el terrorismo-- "las fronteras entre lo militar y lo policial han desaparecido".
"Costa Rica está, de este modo, ante un enorme desafío --manifestó José Merino del Rio, coordinador del Foro de Acción Política «Otra Costa Rica es posible, otro mundo es posible»--. Conservar su tradición de país civilista, sin ejército y amante de la paz, o dejarse empujar y adoptar el camino de la locura represiva y belicosa de los ultras que están hoy en la Casa Blanca".
Esta preocupación del dirigente costarricense, seguramente se verá acrecentada hoy cuando ha tomado estado público que el gobierno de Washington ha solicitado permiso a su par de Costa Rica, para que 29 patrulleros artillados y 9 buques de la armada estadounidense puedan ingresar a las aguas territoriales de este país, tanto en el océano Pacífico, como en el Atlántico.
Cuando llegó el pedido norteamericano, el ministro de Seguridad presentó la solicitud al Parlamento en la creencia de que obtendría un trámite rápido, pero allí surgieron dudas y discusiones que impidieron su aprobación en la sesión del pasado miércoles.
Fuentes parlamentarias indicaron que --señala el diario La Nación de San José-- "no es que se plantee el rechazo de tal permiso, sino que la solicitud hecha por la embajada estadounidense ha sido sometida a un profundo debate, al considerarse que en esta autorización no entra el convenio de patrullas conjuntas que tienen los dos países para el combate del narcotráfico". Ocurre que las 9 embarcaciones, de gran porte, son naves de guerra --perfectamente artilladas, con helicópteros de asalto y personal especializado-- que están expresamente excluidas de los convenios entre ambos países.
El embajador estadounidense aclaró que el amarre de las naves forma parte de un acuerdo entre los dos países y "no de una imposición". ¡Valga la aclaración de mal gusto!
Por su parte, los diputados Miguel Corrales y Luis Gerardo Villanueva, del Partido Liberación Nacional, y el diputado Rodrigo Alberto Carrazo del Partido Acción Ciudadana, señalaron que hay zonas oscuras sobre esta intervención militar de los Estados Unidos y que sí ha quedado en claro, es que este operativo no es solamente para el control antidrogas, puesto que el mismo embajador norteamericano señaló "estamos para luchar contra el narcotráfico, el terrorismo y otros delitos", vinculando a ello la instalación de la Escuela Internacional de Policía que funcionará en San José.
Para amplios sectores democráticos de Costa Rica, estas maniobras son parte del Plan (contra) Colombia, ya que Costa Rica tiene fronteras marítimas con Colombia en los dos océanos. Muchos observadores consideran que ésta es una operación de gran envergadura, que excede totalmente la lucha contra el narcotráfico, y la vinculan con una operación contra la soberanía política de Colombia, como una forma de intimidación y --llegado el caso-- estar listos para un desembarco por las dos costas.
El presidente del Partido Vanguardia Popular, por su parte, también señaló que "es una acción contra Colombia". Esta acción contradice la Carta Política de Costa Rica --la Constitución Nacional-- que establece la supresión de las fuerzas armadas.
Distintas organizaciones políticas, sindicales y estudiantiles han denunciado estas maniobras de la Armada de los Estados Unidos y han invitado a "los demócratas y defensores de la libertad" a que se pronuncien frente a las embajadas costarricenses de todo el mundo, rechazando esta intervención militar estadounidense