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Latinoamérica

"Si por alguna casualidad nosotros no ganamos las elecciones, la bomba de tiempo puede detonar en la falda de ellos"

Nos fuimos a Brasil, vía telefónica. Hablamos con el secretario de Internacionales del Partido de los Trabajadores, José Marín. Fue así que nos enteramos de que allá y acá los que quieren mantener el mismo modelo neoliberal dicen y hacen lo mismo. Unos en portugués, otros en español. Pero el original viene en inglés.

"No tenemos ninguna raíz en el populismo, ni ninguna formación como partido populista".

RAUL LEGNANI

--Hoy se habla mucho de que la crisis que está viviendo Brasil es debido a que Lula va primero en las encuestas. ¿Qué apreciación tienen ustedes del momento que están viviendo?
--La desestabilización en por un terrorismo que se está creando en los medios financieros internacionales, fundamentalmente de algunas entidades financieras estadounidenses. También por responsabilidad de una actitud incorrecta del gobierno brasilero al no dar una respuesta de altura a este tipo de actuación. Esta es la verdad. Si habla mucho del "factor Lula" y que por eso aumenta el riesgo país y aumenta el dólar, pero lo que no se dice es que todo esto viene ocurriendo por la alta tasa de deuda externa que el país ha contraído y que el gobierno debería tener una respuesta para las instituciones financieras internacionales. Este es el mayor problema.
--Se dice, también, que el mayor problema para América Latina es el populismo. Teóricos de la derecha y ahora también el ex presidente Julio María Sanguinetti están haciendo esas formulaciones, identificando a Hugo Chávez, a Lula y a Tabaré Vázquez con el populismo. ¿Hay una ofensiva muy grande de los centros financieros?
--Sí, claro. Eso del populismo lo hemos leído mucho en la prensa, donde se está hablando mucho de esto, acusando al propio Tabaré Vázquez de toda esa historia. Nuestros movimientos son completamente diferentes y no se pueden comparar. En el caso nuestro, como seguramente en el caso de Vázquez, no tenemos ninguna raíz en el populismo, ni ninguna formación como partido populista. Tampoco a Lula se le puede caracterizar como populista. A la vez no nos asociamos a esa identidad, por el contrario tenemos un proyecto de desarrollo para el país, basado exactamente en las decisiones democráticas que la población debe tomar.
--Uno tiene la sensación de que los teóricos de los centros financieros le llaman populista a todo aquel que quiera hacer una política distinta a la neoliberal...
--Hoy día hay que encontrar una salida para darle respuesta al neoliberalismo, incluso para ellos mismos. Ellos necesitan tener alguna cosa que se anteponga al fracaso de ellos, para decir "somos nosotros o nada vale". Ahora el populismo pasó a ser una palabra, digamos, de bajo calor. ¿No? Esto es para vilipendiar a la izquierda y a los movimientos populares. Por eso la palabra populismo pasó a ser una palabra grosera, porque evidentemente ellos no quieren asumir ninguna culpa, ningún tipo de posición crítica con relación a su actuación, con relación a los lucros enormes y exorbitantes que los medios financieros internacionales tienen en los países de América del Sur, principalmente. La banca internacional lucra como nunca, no paga los impuestos que debería pagar y, sin embargo, cuando surge cualquier posibilidad de que exista una medida económica que bloquee de alguna forma este tipo de evasión de divisas de los países, ellos lo llaman populista, de peligroso, de todo esto. Esta actitud es inherente a quien no quiere perder el espacio de poder que tiene en América Latina.
--Desde acá, desde Uruguay, uno pudo haber llegado a pensar que el presidente Fernando Henrique Cardoso iba a tener la estatura política suficiente para permitir una transición de Brasil hacia un gobierno de Lula. ¿Fernando Henrique está jugando limpio o está poniendo piedras en el camino de un cambio progresista en Brasil?
--El presidente no está neutro ante este cambio que se avecina en Brasil. Fernando Henrique Cardoso, con sus declaraciones, y sus ministros, como Pedro Malán, dan la orden de poner piedras, de todas las formas posibles, al triunfo de Lula. Y esto lo hace de la forma más descarada posible. En sus declaraciones no hay ningún reparo: crea pánico a través de la prensa y después sale a decir que los observadores se sobrepasan en sus consideraciones. Esto lo hace para la prensa nacional, pero para la prensa internacional hace declaraciones absurdas, nos acusa de irresponsables, porque no aprobamos la Ley de Responsabilidad Fiscal. Pero esa ley la tuvieron que crear ellos para poder frenar, de cierta forma, los eternos robos que estaban aconteciendo en la mayoría de las alcaldías, en las prefecturas y en los gobiernos estaduales del país. Mientras que nosotros en los gobiernos que hemos ganado, no hemos tenido una sola acusación sobre rompimiento del compromiso fiscal, corrupción o cualquier malversación de los dineros públicos. Por el contrario, ganamos premios, y premios internacionales, por aplicar políticas públicas que sean de interés de la población. Cuando esto ocurre, cuando no se nos puede atacar por corrupción como futuro gobierno nacional, se nos aplica otro terrorismo, el terrorismo del sistema financiero internacional. Al cual el gobierno de Fernando Henrique le hace eco, completamente, y no hace completamente nada por decir "no, señores, ustedes están jugando con este país". Es que ellos no están pensando que están armando una bomba de tiempo. Si por alguna casualidad nosotros no ganamos las elecciones, la bomba de tiempo puede detonar en la falda de ellos. Esto es un absurdo, es una irresponsabilidad, lo que está haciendo en materia de propaganda, en relación a las elecciones.
--¡Qué casualidad! Ustedes debatieron sobre una ley que se llama de Responsabilidad Fiscal y aquí se acaba de votar otra que se llama de Estabilidad Fiscal. ¿Hay una sola política de los centros de poder mundial para América Latina?
(Se ríe) --Exacto, sin duda. Eso no nos merece ninguna duda. Quien impone ese tipo de leyes es porque tiene la necesidad de crear algunos frenos, que no consigue ponerlos por los mecanismos políticos o de decencia. Si los gobiernos fueran decentes, esas cosas no ocurrirían. Ellos tuvieron que poner un freno al despilfarro de dinero que ellos provocaron. Nosotros no estamos contra la Ley de Responsabilidad Fiscal, estamos contra la forma cómo fue implantada y cómo está hecha. Queremos que tenga algunas condicionantes, que se hagan algunas modificaciones, para que los municipios que no son corruptos puedan mantener su política propia, porque ahora le bloquean toda posibilidad de desarrollo.
--Chile se quedó sin el tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. ¿Qué política tiene el PT para Brasil en materia internacional?
--Nos proponemos, primero que nada, el desarrollo de los mercados regionales, como es el Mercosur. Queremos consolidar el Mercosur, consolidar nuestras relaciones con los países vecinos, para desarrollar un mercado regional democrático, igualitario, que contemple las diferencias económicas de los países. Actuar como la Unión Europea, que primero se propuso ayudar a países como España, Portugal y Grecia, antes de concretar el mercado común. No podemos, hoy, hablar de un Mercosur igualitario, con las condiciones que hoy tiene Paraguay o con las condiciones de país pequeño, en tamaño físico y comercial, como es Uruguay. Nuestra posición principal es buscar un desarrollo de los países del Mercosur igualitario y equitativo. Para nosotros el ALCA, en las condiciones en que está planteado por Estados Unidos, es inaceptable.