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Latinoamérica

Homenaje a GERARDO GATTI

Dos hondos textos de Raúl Olivera e Ignacio Martínez

La fotografía muestra al Perro sosteniendo un diario argentino del día, como demostración de que Gerardo, acostado a su lado, todavía sobrevivía a la tortura. La foto es parte de la trama siniestra de un secuestro extorsivo realizado por militares uruguayos y argentinos al P.V.P.

A.L.Q.L.
30/4/00
Raúl Olivera *
Gerardo Francisco Gatti Antuña, nació un día como hoy de 1931, casado con Marta Casal, padre de 3 hijos, Daniel, Gabriel y Adriana. Esta ultima fue asesinada en Argentina el 8/4/77. Su sobrino Simón Antonio, el hijo de Mauricio y Sara Méndez, fue secuestrado en Bs. As, cuando tenia 20 días y aun continua desaparecido. Fue fundador de la CNT y formó parte de su primer secretariado; fue dirigente de la ROE, la FAU y del Partido por la Victoria del Pueblo. Fue secuestrado el 9/6/76 por militares argentinos y uruguayos en Buenos Aires y aun continúa desaparecido.

No es de estilo usar una columna periodística, para saludarte en el día que cumplís año. ¿69 años, verdad? ¡Cómo pasa el tiempo!.
Pero tu vida (y no puedo decir tu muerte, carajo), no fue del "estilo" de mucha gente, fuiste un trasgresor. Perdón, sos un trasgresor, aún hoy.
Cuando te desaparecieron, no imaginó Gavazzo, ni Silveira, ni Cordero, ni Campos Hermida, ni nadie de la patota criminal, que 24 años después, seguirías cumpliendo años. Tus transgresiones hacen que el almanaque de los años, no lo hayan podido detener, cuando te desaparecieron. Diríamos que técnicamente, jurídicamente no estas muerto, y por ello es legítimo y no es de mal gusto, que hoy nos juntemos con Marta, con Daniel, y otros compañeros, para recordar que cumplís un nuevo año.
Claro que no estaremos todos, Raúl quiso dejar de cumplir años; Mauricio, dejo de cumplir años sin quererlo y tampoco estará el "Loco" y los que aún no les hemos parado el calendario y siguen cumpliendo años, se siguen volviendo viejos, pero no están, como vos. No podrá estar María Elena, que envejeció buscándote. Y me pregunto Gerardo, y te lo pregunto para que desde ese catre en que te fotografío Gavazzo, te levantes y me contestes, ¿ El querer que no seas un desaparecido, no es querer que estés muerto?. Perdona, pero esta idiotez, podés contestarla sin levantarte.
Mejor no me respondas. No quiero esa respuesta, no quiero que me hables desde ese patrimonio mortífero, de desaparición, de muerte, de sufrimientos y desgarramientos que superan la capacidad del lenguaje. Queremos sentirte desde ese silencio que surge de esa fotografía en la que estas en Orletti, donde parece que no hay nada que decir y que sin embargo dice tantas cosas. Es desde esa desaparición, desde esas fronteras en que se acaba el lenguaje, y que sin embargo tiene una elocuencia que nos convoca, que hoy queremos sentirte.
Dicen que el terror puede servir para muchas cosas, pero no sirve para pensar. Sin embargo desde ese lugar que sin duda simboliza el terror, tu mirada serena, como siempre, nos convoca al desafío de pensar.
Pero los cumpleaños, y hoy, - lo vuelvo a repetir-, cumplís 69 años, no se hacen para pensar mucho, ni para derramar lágrima de cocodrilo. Con la irreverencia que nos legaron años de militancia anarquista, nos reiremos de las invocaciones al olvido y al perdón, y de las razones del Estado explotador. ¿Te pidieron autorización para perdonar en nombre tuyo? Porque es muy fácil esto de perdonar en nombre de otro.
Hay quienes no quieren reclamar Justicia. Dicen algunos, que esta es una justicia burguesa. Otros, han renunciado estrepitosamente a ella. Sin embargo la emergencia de la Justicia, implica entre otras cosas, un problema de igualdad, y esa idea nos es aun tan cara en nuestras utopías.
Siempre fuiste un justiciero, y aun lo sos desde esa particular ausencia. Esa fue la ética que nos enseñaste, la de determinadas ideas generales que debíamos tener siempre en cuenta para aplicarlas en todas las situaciones particulares.
También, nos enseñaste lo que es tener una moral revolucionaria y ¡qué ejemplo nos dejaste de cómo ella debe ser aplicada en toda circunstancia (secuestrado), en todo tiempo (1976), en todo lugar (Orletti)!.
Sé que cada día cuesta más trabajo, pero busco encontrar cada día en los que marchan los 1º de mayo, en los que organizan sindicatos, en los que sienten aun la capacidad de indignarse ante las injusticias, ese mensaje al que aludo en el titulo: ¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!.
Hoy que cumplís 69 años, con la sabiduría que sin duda acumulamos desde la ultima vez que nos vimos, espero que me lo vuelvas a afirmar. Sé que así recibiré el acostumbrado regalo, que debería hacértelo a vos. Pero así están las cosas, algo confusas y entreveradas.
* Publicado en el diario La República el 5/5/00. Raúl Olivera es un militante de larga trayectoria gremial que hoy forma parte de la Secretaría de Derechos Humanos del PIT-CNT.



GERARDO
Ignacio Martínez
A las aladas almas de las rosas
de almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañeros del alma, compañero
(Elegía. Miguel Hernández)
Todavía muy joven, allá por la década del 50, estuvo con los gremios solidarios. En las huelgas generales del 51 y 52 aprende, junto a muchos otros, que el vocablo solidaridad no significa dar lo que sobra sino ofrecer todo lo que se tiene. Es que para Gerardo dar la vida era un acto de todos los días, con la sonrisa fraterna para el compañero y la firmeza intransigente contra el atropello del sistema concebido o la mentira de los falsos profetas que se adjudican las verdades absolutas a nombre de un socialismo de cartón.
Desde las Juventudes Libertarias abraza la idea de la construcción sostenida de la organización revolucionaria que tendrá su máxima expresión en la fundación de nuestro partido en 1975, que lo elige Secretario General.
En ese proceso de construcción de la herramienta que ayude a orientar las luchas obreras y populares, su programa y su organización, Gerardo estuvo entre los fundadores de la FAU en 1956 y dirigió el periódico LUCHA LIBERTARIA.
Gerardo pudo haber sido un destacado universitario. Tal vez, incluso, pudo ganar un lugar dentro de la intelectualidad. Sin embargo, muy lejos de subestimar aquellas posibilidades, Gerardo hace una opción: se incorpora al movimiento obrero desempeñándose como trabajador gráfico, ganándose un lugar en la dirección del gremio y volcándose decididamente a trabajar por la unidad del movimiento obrero que, luego de un complicado proceso, reñido, contradictorio, difícil, culminó en la fundación de la CNT en 1964.
Gerardo integró el primer Secretariado Ejecutivo de la joven central que logró su afianzamiento con el plan de lucha que culminó en el paro general del 6 de abril de 1966. Por eso es que hablar del movimiento obrero y su organización sindical en los últimos 30 años, es hablar, junto a muchos compañeros, de Gerardo Gatti, siempre dispuesto a escuchar y aprender, pero también a dar toda su capacidad.
La difusión de las ideas y el debate permanente como formas de ir avanzando en la construcción revolucionaria, en los instrumentos organizativos, fueron también preocupación permanente de aquel hombre vital. En 1967 Gerardo fue director del diario EPOCA. En diciembre un decreto del pachecato lo clausura para siempre.
La reacción avanza. Las luchas populares también. Había que buscar nuevas formas de darle a la militancia avanzada del movimiento de masas un lugar y es así que en 1968 Gerardo participa en la fundación de la Resistencia Obrero Estudiantil (ROE) tratando de organizar a cientos de militantes que se incorporaban a la lucha popular.
Gerardo estuvo entre los cientos de luchadores sociales y políticos que en los años 70 y 71 conocieron la prisión. El sabía que la cárcel es un lugar de dolor, pero también sabía que es un lugar de lucha y que la huelga de hambre bien podía ser –como lo fue-, una forma de denuncia, de resistencia, de dignidad, tratando de mostrar la otra cara de un proceso electoral con clausuras, presos políticos, perseguidos, humillados.
En aquellos años la historia marchaba acelerada, los tiempos políticos transcurrían vertiginosamente, las atenciones de las múltiples tareas absorbían a los militantes. Por eso Gerardo no pudo ocultar su amargura cuando se resuelve que deje nuestro país en 1973 y pase a vivir en Buenos Aires. Es que era imprescindible pensar. Era necesario construir finalmente un instrumento más avanzado que los que había. Se trataba de confluir en una organización –un partido- donde se condensaran las ideas, las propuestas programáticas, los esfuerzos militantes a partir de los cuales poner los mejores hombres y mujeres "adentro y al frente" de las luchas populares, de las alianzas, de las tareas concretas para los tiempos concretos, vías todas que hacen a la construcción de la estrategia revolucionaria que es la estrategia de los humildes, de los postergados, de los relegados, de los oprimidos, es decir, de las grandes mayorías de nuestro continente latinoamericano.
Y así, desde sus manos blancas, muy blancas y de gestos pausados, desde su ancha sonrisa, desde sus ojos hondos de párpados pesados, Gerardo es, antes que nada, un pensador que dio su aporte en el acierto o en el error, posibilidades ambas donde siempre será un acto de modestia procurar aprender. No hacerlo es sólo mérito de los vanidosos. Por eso Gerardo, como parte impostergable de un colectivo valiosísimo de hombres y mujeres, nos ha dejado un legado irremplazable que tiene que ver con sus aciertos y sus errores. A nosotros, a nuestro compromiso y nuestra voluntad revolucionaria nos tocó darnos la forma de aprender.
En eso estamos.
Gerardo no es un héroe. El mismo estaba muy lejos, ni siquiera, de suponerlo. Era sí un organizador. Transmitía acción, rigurosidad en las tareas, dedicación al estudio y a las lecturas. Fue el principal animador de la forja del partido. Lo recordamos como un apasionado polemista, agudo, categórico sin perder jamás la capacidad para escuchar y comprender.
En 1975 se funda el Partido por la Victoria del Pueblo. El 9 de junio de 1976 Gerardo es secuestrado por fuerzas militares argentinas y uruguayas en un operativo que se realiza en su casa del barrio Belgrano. Varias semanas después Gerardo fue visto en Automotoras Orletti por otros prisioneros que posteriormente fueron trasladados clandestinamente a Uruguay. De Gerardo nunca más se supo.
Entonces tenía 44 años. Por el mundo circularon testimonios de compañeros que lo vieron torturado en cautiverio. Por el mundo se publicó una foto. Gerardo está maltrecho en esa foto, pero sereno. Alguien dijo detrás de los papeles: "Gerardo estaba haciendo tiempo, estaba ganando tiempo por todos nosotros".
Tomado del libro "Avisa a todos los compañeros, pronto..." (1991). Ignacio Martínez es un escritor de amplio reconocimiento que ha publicado numerosos libros infantiles y también ha incursionado en títulos para mayores.