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Latinoamérica

28 de mayo del 2002

Entrevista a Gilmar Mauro, dirigente del MST (Movimento dos Sem Terra- Brasil)

"Derrocar este sistema económico es la única solución"

A luchar por el socialismo n.º 5
El MST es conocido en todo el mundo por su tenaz lucha por la Reforma Agraria en Brasil. El MST actúa en 23 estados de Brasil, involucrando a más de 1 millón de campesinos sin tierra. Con su consiga de "Ocupar, Resistir y Producir" asentó a 300 mil campesinos y hay 80 mil que viven en campamentos, esperando el momento de ocupar un latifundio. El compañero Gilmar Mauro es un importante dirigente del MST que ha estado estos días en Madrid, participando en el Foro Social Transatlántico. Han realizado la entrevista los compañeros Basilio y Maite Vera. Para más información sobre el MST ver su página web: www.mst.org.br
¿Cuándo y cómo comenzó la táctica de ocupar las tierras?

El Movimiento de los Sin Tierra surge en 1984. Pero la ocupación de tierras es anterior, porque el movimiento surge a partir de luchas que había. Cuando decidimos construir un movimiento a escala nacional, entendíamos que la ocupación directa de la tierra era la forma más eficiente de luchar por la Reforma Agraria (RA) en Brasil. Con la ocupación podríamos obtener varias conquistas directas y, además, mostrar a la sociedad brasileña que existían latifundios improductivos en Brasil. De esta manera también obligaríamos al gobierno brasileño a que tomara iniciativas a fin de hacer desapropiaciones y asentamientos, poniendo el tema de la RA en debate nacional.
Para la élite brasileña no existió ni existe la necesidad de hacer una RA como parte de un proceso de desarrollo capitalista en el campo brasileño, como fue el caso de Europa y Japón. En Brasil no hubo esa necesidad. Se aprovechó la concentración de la tierra, se invirtió en tecnología y se logró un gran desarrollo agrícola. Para la élite brasileña no existen problemas agrarios que necesiten ser resueltos.
Pero para nosotros hay muchos. El primero de ellos es la concentración de la tierra: el 1% de los propietarios detenta casi el 50% de las tierras; Segundo: de los 800 millones de hectáreas de tierras que tenemos en Brasil, 400 son tierras fértiles pero, no obstante, sembramos 50 millones de hectáreas menos. Mientras tanto, tenemos 4,5 millones de familias sin tierras, 50 millones de personas que padecen hambre y el problema del modelo tecnológico que sólo se preocupa en producir y ganar dinero y no preservar el medio ambiente.
Los problemas de las condiciones de vida en el campo son gravísimas. Tenemos un alto índice de mortalidad infantil y de analfabetismo. No hay condiciones mínimas: más del 50% de la fuerza de trabajo no tiene ningún derecho social garantizado y el problema de las mujeres es aún más grave. La apertura comercial ha provocado un gran empobrecimiento de los campesinos. Son problemas que, a nuestro entendimiento, la reforma agraria debe resolver.
¿Cómo ha respondido el gobierno brasileño a vuestras reivindicaciones y vuestras luchas?
El gobierno brasileño y la élite, como un todo, nunca permitieron que grandes movimientos sociales se desarrollasen en Brasil (...) la élite brasileña siempre reprimió violentamente cuando no logró integrarlos.
El primer intento fue ignorar al MST. Después vino la tentativa de división interna (...) Como no lo han logrado, vino la táctica de incorporación, que tampoco resultó. Ahora vivimos un momento en que tratan de difamar y desacreditar al movimiento a través de los medios de comunicación, atribuyendo al MST la imagen de violentos, de que queremos hacer una guerrilla en Brasil, de que estamos armados, de que somos corruptos, en fin, que politizamos la lucha.
Esto último es la única verdad, que politizamos la lucha, pues no hay manera de hacer la RA con el modelo económico vigente. La R.A. que queremos es incompatible con este sistema económico.
Por eso hay represión por parte del Estado. Hay un proceso para criminalizar a los dirigentes del MST y la violencia de los paramilitares pagados por los terratenientes. El gobierno acaba de determinar, hace poco días, que todo aquel que ocupa una tierra no puede ser asentado y que toda tierra ocupada no será desapropiada. Esas medidas se parecen al periodo imperial en Brasil en que todo esclavo que huía de la propiedad ya no tendría derecho a la libertad. Es muy similar: quien lucha no podrá recibir tierra. Obviamente, no creemos que éste sea el camino hacia la RA en Brasil (...)
El gobierno hizo mucha propaganda internacional sobre las desapropiaciones realizadas. Pero la verdad es que lo que hizo es muy poco: mientras asentó, desde el 85 hasta hoy, en torno a cuatrocientos y pico mil familias en todo Brasil, perdíamos a 1.300.000 pequeños campesinos y 3.000.000 de empleos. Es lo mismo que ir poniendo con la cuchara y sacando con la pala. Es una lógica perversa. Si no cambiamos toda la estructura de poder y la política económica y agraria, difícilmente se logrará un proyecto de desarrollo agrícola y de la economía que atienda a las necesidades del pueblo brasileño.
¿Qué valoración tienes de ésta Contracumbre de Madrid, de las discusiones? ¿Qué camino debe seguir el movimiento antiglobalización en el futuro?
Yo veo el momento muy similar al de principios del siglo pasado. Hay muchas luchas, muchos movimientos y aunque algunos no tengan muy claro hacia dónde ir, están contra lo que existe. Eso es muy importante porque demuestra que las contradicciones de ese modelo llegan a varias partes del mundo. Y el otro signo importante es el ascenso de la lucha de masas, es lo que fue Seattle, Génova, Barcelona, son los italianos, es América Latina con Ecuador, Argentina, Brasil, en fin, varias partes del mundo. Es un signo muy importante de este nuevo mundo.
Creo que todo lo que se haga en el sentido de discutir la problemática común que tenemos en varias partes del mundo, de analizar esta situación con frialdad y establecer líneas de trabajo y acciones comunes es importante. Va creando las condiciones para quizás, y ése es nuestro sueño, construir efectivamente una asamblea mundial de los pueblos, que pueda no solamente discutir la situación, sino desarrollar acciones en todas partes de nuestro planeta y construir la perspectiva de otro modelo más justo y más igual en todo el mundo (...)
Bueno, pues queríamos agradecer al compañero Gilmar y animarle desde aquí, desde el Estado Español, a que continúen con su justa lucha.
Bueno yo quiero aprovechar para agradecer toda la solidaridad del pueblo español. Hay muchos grupos acá que nos apoyan y la solidaridad es un valor muy bonito, uno de los más bonitos. Creo más que nunca que la solidaridad de clase efectiva se hace cada vez más necesaria para que se puedan obtener victorias en cualquier parte del mundo. Si hay una victoria donde sea es una victoria nuestra, porque los que tienen los mismos objetivos se sienten reflejados y felices cuando hay un levantamiento popular, cuando hay más luchas en varias partes del mundo.
Socialismo o Barbarie
Gilmar Mauro: Es muy especial el momento que estamos viviendo. Quizás se va a notar más dentro de algunos años, pero ha cambiado mucho el carácter de los estados y va cambiando rápidamente el modelo económico que existió después de la IIª Guerra Mundial. El Estado de Bienestar social con algunas conquistas ya no existe más. El "capitalismo venció", no hay más "miedo al comunismo". Hay una tendencia a la acumulación capitalista mucho más acelerada que antes, un proceso de centralización económica muy grande, con grandes grupos y oligopolios, controlando la producción y la comercialización. Una situación donde seis, siete empresas controlan la tecnología, la industria para la agricultura y los mercados internos de alimentación.
Bueno, en este momento se vive una crisis y la estrategia del imperialismo norteamericano es simular una guerra -siempre fue así en todas las crisis: una de las salidas fue la guerra porque quema capitales- y, a la vez, se apoderan de recursos. Es el caso ahora del Oriente Medio por el petróleo y derivados; es el caso de América Latina y las empresas de biotecnología y ahora con el ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas).
Bueno, delante de eso, está la cuestión de la reforma o revolución. Esta cuestión nunca estuvo tan actual como ahora. A nosotros nos gustan mucho las reformas, pero ni reformas son posibles. Creo que es el capital o la humanidad, ése es el problema que se impone ahora, y por tanto la solución debe ser la lucha por derrocar el sistema económico. Socialismo o barbarie, y en muchos países ya se vive la barbarie, creo que ése es el reto del movimiento progresista, del movimiento de izquierdas, de los movimientos sociales. No solamente en los países del tercer mundo, sino de todo el mundo, ya que los enemigos son comunes y debemos hacer la lucha en nuestros países porque ahí es donde se da la explotación de las empresas, es ahí donde está la gente, es ahí donde están las luchas. Pero tiene que haber una coordinación internacional, porque la lucha debe de ser globalizada cada vez más.
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