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Latinoamérica

Pinocho anticubano

Max Lesnik

Y se llama Otto Reich. Su cargo oficial: subsecretario de Estado de los Estados Unidos para Asuntos Latinoamericanos. Su dedicación: hacer trampas y trucos. Y decir mentiras contra gobiernos que no son de su agrado o los que de alguna manera Washington no considera "políticamente correctos".
En sus tiempos de funcionario de otra administración republicana conservadora, cuando Ronald Reagan era presidente en los años 80, este mismo Otto Reich hizo más de una trampa y expresó más de una mentira en lo que se conoció como el escándalo Irán-contra.
Quizás por su vasta experiencia en el arte de falsear los hechos, ocultar la verdad y decir mentiras es que este anticubano ultraconservador haya alcanzado tanta prominencia.
Lo que nos faltaba a los cubanos. Un muñeco de palo en el Departamento de Estado a quien le crece la nariz cada vez que dice una mentira. ¡Pinocho!
Pero como dice un refrán, más pronto se descubre a un mentiroso que a un cojo. Y mucho más si se sabe de qué pata cojea el mentiroso.
La última de las falsedades de Otto Reich ha sido afirmar que el día del Golpe de Estado contra el presidente Chávez en Venezuela, había en el aeropuerto de Caracas cuatro aviones cubanos misteriosos en una misión secreta. No dio más detalles. Ni presentó pruebas. Ni fotografías. Ni testimonios. Nada. Absolutamente nada. El Pinocho anticubano plantó la mentira de los aviones cubanos en el aeropuerto de Maiquetía y siguió por las calles de Washington caminado tan campante, dando saltos con su esqueleto de palo.
No es de extrañar que las declaraciones de su colega en el Departamento de Estado John Bolton "denunciando" que Cuba pueda estar envuelta en proyectos para desarrollar armas biológicas, sean también "municiones" del arsenal de mentiras elucubradas por Otto Reich con el propósito de ponerle piedras en el camino a la anunciada visita del ex presidente Jimmy Carter a La Habana.
Que Cuba tiene capacidad en sus laboratorios de tecnología avanzada, es cierto. Si no fuera así ¿cómo iba a producir la vacuna contra la meningitis, la misma vacuna que inmuniza hoy a los niños de Uruguay, regalo del gobierno cubano, a pesar del voto de ese país contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra?¿ Es por eso Cuba un país terrorista?
¿Acaso admite Estados Unidos que es un país terrorista porque en sus laboratorios se experimenta con el germen del ántrax o tenga en sus arsenales 20 000 bombas atómicas?
Nada más absurdo que una mentira absurda.
Hasta dónde quiere llegar Otto Reich, no lo sabemos. Ni tampoco sabemos hasta donde quiere llegar el que maneja las cuerdas del muñeco de palo. Lo que sí sabemos es que Pinocho tiene la nariz cada vez más larga. Tan larga como su última mentira.
*Max Lesnik es periodista cubano radicado en Miami