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Latinoamérica

VIOLENCIA EN COLOMBIA: NARCOTRAFICO Y GUERRILLA

El desvío de la ayuda de EE.UU.

Documentos desclasificados de la CIA y la DEA revelan que los fondos para luchar contra los narcos se usaron para combatir a grupos insurgentes. Asi, Washington se ve involucrado en la guerra antisubversiva.
WASHINGTON AP Y DPA. /CLARIN

Una serie de documentos desclasificados en Washington muestran que Estados Unidos está involucrado en la lucha contra la guerrilla colombiana, desde hace al menos 14 años, según informó ayer el Archivo Nacional de Seguridad, que había solicitado la divulgación de esos informes.
Se trata de 70 documentos del Departamento de Estado, la DEA y la CIA, entre 1988 y 2000, que demuestran cómo la ayuda norteamericana a Colombia para la lucha contra el narcotráfico fue virando hacia las operaciones antiguerrilleras.
Según indicó el Archivo Nacional de Seguridad, estos documentos "muestran que a pesar de los límites legales y de las repetidas afirmaciones de los funcionarios de gobierno, la asistencia estadounidense ha desdibujado las líneas entre contranarcotráfico y contrainsurgencia, y que (EE.UU.) está a punto de involucrarse aún más en el conflicto colombiano".
El Archivo Nacional de Seguridad, una organización no gubernamental que funciona en la órbita de la Universidad George Washington, solicitó al gobierno la desclasificación de los papeles amparándose en la Ley de Libertad de la Información.
Inicialmente, el acuerdo entre Estados Unidos y Colombia para la lucha contra el narcotráfico establecía que la asistencia sólo podía ser utilizada en áreas de producción de drogas o para operaciones contra el tráfico. Los documentos indican que EE.UU. redefinió el área en que la asistencia podía ser utilizada, y la amplio a "todo el territorio nacional de Colombia".
Esta estrategia fue utilizada también en Perú, bajo la noción de que la guerra contra las drogas no podía llevarse a cabo de manera eficaz sin ayudar a los gobiernos a cumplir con la prioridad de combatir a las guerrillas, según indican los documentos.
Uno de los documentos desclasificados es un informe de la CIA que concluyó que "si se da a los gobiernos de Lima y Bogotá asistencia para la lucha antidrogas con propósitos de contrainsurgencia, los funcionarios van a convertirlo en operaciones puramente antiguerrilla, con poco resultado contra el tráfico".
Un documento del 26 de abril de 2000, pone en evidencia que la embajada norteamericana en Bogotá apoyó una propuesta a través de la cual el banco estadounidense Export-Import financiaba la compra de 14 helicópteros Black Hawk por parte de las fuerzas armadas colombianas.
"La Embajada ha recibido garantías del Ministerio de Defensa colombiano que estas aeronaves serán usadas primariamente en operación antidroga y antiterroristas", dice el cable.
"Pero muchos años antes, Washington ya había establecido una conexión entre narcotráfico e insurgencia", indica otro documento. El texto, preparado por el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca previo a una cumbre antidroga con los países andinos, y fechado el 1° de noviembre de 1989, señala que operaciones antidroga exitosas requerirán que los gobiernos anfitriones "otorguen seguridad contra la habilidad de los movimientos insurgentes para perturbar sus esfuerzos".
Otro documento de 2000 muestra cómo Washington hace la vista gorda a violaciones a los derechos humanos cometidas por militares colombianos que recibían ayuda norteamericana para sus operaciones.
El respeto a los derechos humanos es una condición exigida por Washington a la hora de brindar asistencia.
Otro cable de la Embajada de EE.UU. en Bogotá, del 28 de mayo de 1997, indica que mientras se negociaba con el gobierno colombiano el acuerdo para limitar la ayuda a operaciones antinarcóticos en zonas productoras de droga, el representante republicano Dennis Hastert —actualmente presidente de la Cámara Baja— alentó secretamente a militares colombianos a ignorar las condiciones de derechos humanos impuestas por la ley estadounidense.
Hastert prometió a los militares "remover las condiciones a la ayuda" y se quejó porque el Congreso estaba "dominado por izquierdistas que usan los derechos humanos como una excusa para ayudar a la izquierda en otros países", dice el texto.
EE.UU. acaba de certificar que Colombia cumple con todas las condiciones para seguir recibiendo asistencia de Washington, que se traduce en 62,4 millones de dólares. Además, el presidente George Bush pidió en marzo al Congreso que desembolse otros 35 millones este año, y la autorización para usarlos en "la lucha contra actividades terroristas".