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El fantasma de los saqueos aparece y
ahora nadie sabe quién lo organiza
La policía bonaerense advierte que hay grupos que hacen correr el rumor de reparto de comida para que la gente estalle ante la frustración. Pero dicen que no saben quiénes son. Refuerzan custodia en supermercados
Por Raúl Kollmann
–Mire, va gente por las casas y avisa que el supermercado va a
distribuir bolsones de comida. Entonces los vecinos se empiezan a juntar frente
al supermercado y, por supuesto, la empresa no arregló nada de nada ni
tenía en sus planes entregar los bolsones. Como es lógico, la
gente se calienta y se produce un conato de saqueo –relata uno de los máximos
responsables de la seguridad nacional.
–¿Pero quiénes son los que supuestamente arman eso? –pregunta este diario.
–No, sabemos.
–¿Cómo que no saben?
–Y... hemos detectado que en Campana se movían en dos autos Peugeot sin chapa y en otros lugares también se mueven organizadamente.
–¿Y nunca pudieron identificar a nadie?
–No.
Este diálogo esboza los fundamentos por los que ayer el Gobierno nacional y el bonaerense resolvieron montar un amplio operativo de custodia de supermercados. Se supone que hay conatos de saqueos, pero nadie sabe quién los protagoniza.
El superintendente de la Policía Bonaerense, comisario Amadeo Dángelo, reconoció que "se reforzó la vigilancia en supermercados en prevención de desmanes con desocupados que reclamen alimentos. Son dos o tres lugares que son de máximo riesgo y allí concentramos la mayor parte del personal por razones de prudencia".
Aunque Dángelo no reveló cuáles son las zonas de conflicto, se menciona que en los alrededores de Ezeiza y en el oeste del Gran Buenos Aires, se están dando los conatos de saqueos. La preocupación debe ser grande ya que el Gobierno Nacional aceptó que efectivos de Gendarmería y Prefectura refuercen a la Bonaerense en el patrullaje de esas zonas.
En verdad, los dos casos concretos del martes –en Campana y City Bell, cerca de La Plata– no han sido esclarecidos. El Gobierno y las fuerzas de seguridad dicen que son "activistas" de izquierda los que hacen correr la voz de que los supermercados o un frigorífico, como en el caso de City Bell, van a distribuir la comida. Pero lo cierto es que transcurridas las horas, no hay una prueba ni una evidencia dejada por los supuestos activistas. Es más, en Campana se menciona la utilización de vehículos, pero tampoco se identifican ni los coches ni quienes iban adentro.
El diagnóstico más serio, realizado por un alto jefe de una fuerza de seguridad, indica que hay bandas en villas de emergencia que organizan los "aprietes" a los supermercados y frigoríficos. No se trata de un movimiento político, sino que surge en el ambiente de los carenciados, sobre todo entre los más jóvenes, agobiados porque no tienen nada de nada. Ayer, el dirigente de la Federación de Tierras y Viviendas, Luis D’Elía, salió de la virtual calma en la que había entrado en las últimas semanas y disparó con munición gruesa: "La gente de los countries, los de la alta sociedad, tienen razones para estar preocupados y tienen que cuidar sus bienes. Hay mucha tensión en el conurbano y con este presupuesto que quiere aprobar el Congreso, desde abril, el país se transformará en un polvorín".
Lo curioso es que casi todos los hombres de las fuerzas de seguridad reconocen que gran parte de los saqueos de diciembre fueron armados por punteros justicialistas bonaerenses, el aparato que comandaba en ese momento Eduardo Duhalde. Ahora el fantasma vuelve a aparecer, pero parece que menos controlado que antes. Por las dudas, en las puertas de los supermercados están desde ayer los policías, prefectos y gendarmes.