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Latinoamérica

El negocio del "Doctor" Bosch

EN diciembre de 1968, cuando el juez William O. Mehrtens condena a Bosch a diez años por el atentado contra un barco polaco, el magistrado ya sospechaba que la obsesión del acusado tenía que ver con el lucrativo negocio del "anticastrismo".
Junto con Bosch fueron condenados Andrés Jorge González (a cinco años); Bárbaro Balan García (seis años); Marco Rodríguez Ramos (cinco años); Jesús Domínguez Benítez (18 meses); José Díaz Morejón (seis meses); Jorge Gutiérrez (cinco años); Paulino Gutiérrez (un año), y Aimeé Miranda Cruz (un año.)
Después que un agente del FBI, el investigador Michael Crane, declaró al tribunal que Bosch, desde su celda, seguía conspirando un atentado contra otro barco, el juez comentó:
"Es cierto que Bosch ha profesado desde hace mucho tiempo el uso de la violencia para alcanzar sus objetivos con un desprecio evidente por las leyes de Estados Unidos."
El magistrado calificó al grupo de Bosch de "estúpido", añadiendo: "Es inconcebible para mí que disparar contra un barco polaco pueda interferir en el comercio de Polonia con Cuba. No puedo concebir cualquier beneficio que pueda ser obtenido en su lucha contra el comunismo con tales actividades".
Y ahí el juez apuntó hacia la razón fundamental del proselitismo de Bosch, afirmando que estos actos de violencia tenían "objetivos de propaganda para que Bosch pueda obtener poder en la comunidad, y probablemente, recolectar dinero de la gente en la zona".
Por su parte, el fiscal Ted Klein también opinó: "Bajo el velo de su anti-comunismo pretendido, han realizado actividades terroristas que no tienen relaciones con, ni posiblemente tendrán efecto sobre la Cuba de Castro".
Desde su salida de Cuba, el pediatra asesino siempre supo "rentabilizar" sus patrañas.


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