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Menem: el dinero del desengaño
Proceso / Mexico
Ginebra.- Las autoridades suizas señalaron desde el pasado mes de octubre
que el expresidente argentino Carlos Menem estaba relacionado directamente
con dos cuentas bancarias abiertas en la vasta plaza financiera helvética.
En total, el monto alcanza "una cifra inferior a los 10 millones de dólares",
según palabras del propio juez de instrucción que llevaba el
caso, Claude Wenger, quien ordenó el bloqueo inmediato de esos fondos.
La razón --de acuerdo a fuentes judiciales de Ginebra-- se atribuye
a un proceso de "enriquecimiento ilícito durante su mandato".
Es decir, al lavado del dinero resultante de las transacciones de armas a
Croacia y Ecuador, realizadas entre 1991 y 1995 y que, según las investigaciones
del Parlamento argentino, habrían dado beneficios por 60 millones de
dólares, especialmente a los Menem.
Gracias a una ley suiza promulgada en 1998 en virtud de la cual se obliga
a las instituciones financieras a comunicar al Ministerio de Justicia toda
cuenta que pueda parecer sospechosa, varios bancos revisaron las fortunas
de sus "destacados" clientes y de esta forma las dos cuentas fueron
descubiertas.
La primera de ellas, de 650 mil dólares depositados en una sucursal
ginebrina del banco UBS, beneficiaba a la primera esposa de Menem, Zulema
Yoma, y a la hija de ambos, Zulemita, pero consta que fue abierta por el propio
ex mandatario, según aclaró en su momento Wenger.
La segunda, cuyo monto permite que el total de ambas se acerque a los 10 millones
de dólares, está a nombre de una sociedad detrás de la
cual se encuentra Ramón Hernández, el antiguo secretario personal
del otrora mandatario rioplatense.
Suiza reaccionó seriamente a este caso, sobre todo por su necesaria
política interna que urge a los bancos a limpiar la imagen de paraíso
fiscal que se han forjado por casos parecidos a éste.
Por ello, y dada su relación familiar con una ciudadana argentina,
Wenger dejó la investigación en manos de Paul Perraudin, el
mismo magistrado que indaga desde hace varios meses sobre la fortuna de otro
expresidente latinoamericano que acumuló fondos presuntamente turbios
durante su mandato: Carlos Salinas de Gortari, sobre quien, según trascendió,
deberá finalizar sus investigaciones en los próximos días
y decidir sobre los 140 millones de dólares que se le atribuyen.
Las conexiones
De acuerdo con una investigación periodística publicada en el
semanario ginebrino L’Hebdo, el juez federal argentino Jorge Urso reaccionó
a la iniciativa helvética y se apresuró a entregar a Perraudin,
el 20 de septiembre pasado, una lista con 200 nombres de personas sospechosas
y cercanas a Menem.
Según las indagaciones de las dos periodistas a cargo de la nota --que
cuentan con copia de todos los documentos y las revelaciones de varias fuentes--
, "el tráfico de armas a Ecuador y Croacia, en el cual Menem está
mojado hasta el cuello, habría significado unos 100 millones de dólares,
según consta en las demandas judiciales ".
La lista que recibió Perraudin vincula también a Monzer Al-Kassar,
el traficante de armas de origen sirio, primo lejano de Menem y ya conocido
por la justicia de Ginebra: en julio pasado las autoridades locales congelaron
sus cuentas por su responsabilidad en la venta ilegal de armas polacas en
los Balcanes, violando el embargo decretado por Naciones Unidas.
Otro personaje conocido de la política bonaerense, Alberto Kohan, ex
secretario general de la presidencia de Menem e íntimo de éste,
también está bajo la lupa de Perraudin, tras dos comisiones
rogatorias enviadas por la justicia argentina solicitando antecedentes sobre
sus posibles cuentas en Suiza.
Kohan es procesado por las autoridades de su país por enriquecimiento
ilícito entre 1989 y 1999. Su nombre aparece en las investigaciones
sobre corrupción, pero también sobre el mismo caso de tráfico
de armas.
En este contexto, el juez de Buenos Aires solicitó a su homólogo
suizo especial cooperación con tal de ver los alcances internacionales
de las negociaciones de Kohan y así poder avanzar en la complicada
madeja de la corrupción.
Entre los datos facilitados por la justicia argentina destaca uno: Kohan es
el único propietario de la sociedad minera Argmine Investments, con
sede en las Islas Caimán, y en la que la empresa suiza Cap Con S.A.
poseería un 10% de participación.
El magistrado argentino pidió los eventuales movimientos bancarios
entre las dos sociedades para encontrar el rastro de la cuenta BSWI 902 SU
9504 ARG, en el banco SBS, hoy perteneciente a la UBS.
Según la investigación de la revista L’Hebdo, un nombre clave
en la vida política y en la suerte de Menem cayó en manos de
la investigación alpina. Se trata del actual procurador general de
Argentina, Nicolás Becerra, gracias a cuya sentencia el exmandatario
logró salir en libertad tras las acusaciones por tráfico de
armas que lo retuvo varios meses en arresto domiciliario. Es gracias a él,
también, que Menem logró salir de su país y cumplir con
su promesa de una luna de miel en México con su segunda esposa, la
chilena Cecilia Bolocco. Incluso, fue Becerra quien ayudó a Monzer
Al- Kassar en la obtención de la ciudadanía argentina.
Según Juan Gasparini, periodista que en junio pasado publicó
los resultados de una profunda investigación sobre narcoterrorismo
en Chile y Argentina, en un libro titulado La Delgada Línea Blanca,
la cuenta de Becerra fue abierta en 1991, en Mendoza, cuando el jurista dirigía
un estudio de abogados en esa ciudad.
Gasparini afirmó a Apro que la cuenta lleva el nombre de "Naranja,
color de la lista justicialista, su partido", sin precisar el saldo posible.
Los fondos se encontrarían "en una sucursal de Zúrich del
banco Crédit Suisse. El administrador de la cuenta de Becerra, el suizo
Hans Peter Winkler, fue delegado de esa entidad bancaria durante 20 años
en la plaza financiera de Montevideo, nuestro paraíso fiscal de la
región".
Según las informaciones obtenidas por L’Hebdo, Becerra pidió
a Winkler que la correspondencia bancaria no le fuera dirigida a su domicilio,
sino a su agencia de cambios de confianza en Mendoza, Maguitur, de propiedad
de la exdiputada menemista Ana Mosso, hoy involucrada con los carteles colombianos
de la droga, según un informe de la Cámara de Diputados de ese
país.
Winkler, en su aparición en la prensa helvética, admitió
haber realizado repetidos viajes a Montevideo y a Mendoza para atender clientes
y reconoció que trabajó con Maguitur, pero aseguró que
no recordaba a Becerra, sin por ello descartar que éste tuviera una
cuenta en su banco.
Futuro en juego
Desde su liberación, y de manera más elocuente en las últimas
dos semanas, Menem ha aprovechado cada micrófono o periodista dispuesto
a escucharlo para prevenir acerca de su regreso triunfante a la Casa Rosada.
Se presenta como única opción de gobierno. Para ello critica
severamente la labor del nuevo presidente, Eduardo Duhalde, incluso cuando
éste no había siquiera tenido la posibilidad de ejercer su cargo.
Sin embargo, de acuerdo a las conclusiones de las periodistas de L’Hebdo,
el futuro de Menem no se verá en las urnas electorales, sino que se
decide aquí, al borde del lago Leman.
La razón es obvia: si las acusaciones de lavado de dinero se verifican
con las cuentas ya encontradas, sus fechas de apertura y sus montos, será
difícil que el expresidente pueda justificar tal fortuna. Bajo tal
sospecha nuevas investigaciones deberán ser abiertas, esta vez a nivel
internacional. Y la posibilidad de un nuevo mandato peronista liderado por
Menem se perfila extremadamente difícil, pese a sus discursos y planteamientos
optimistas.
Es más, corre el riesgo de volver a la confortable casa de su amigo
Armando Gostanián, en las afueras de Buenos Aires, donde pasó
sus cinco meses de arresto domiciliario.
Es por eso que el exmandatario ha reaccionado rápido a esta situación.
Hace tres semanas, durante sus vacaciones, contrató los servicios de
un abogado para controlar los hechos de Ginebra. Y se inclinó por Pascal
Maurer, el mismo que defendió a Luis Martínez, un paramilitar
argentino, que fuera detenido en Suiza en los años 80 cuando cobraba
el rescate del secuestro del banquero uruguayo Carlos David Koldovski, raptado
en la capital argentina.
Asimismo, Menem ha insistido en desmentir la existencia de las cuentas suizas
pese a las informaciones oficiales dadas por las autoridades judiciales. Incluso
las desafió.
El procurador de Ginebra, Bertrand Bertossa, en una reciente comida informal
con la prensa internacional, sonrió al enterarse de la actitud de Menem,
agregando que no puede "sino confirmar la existencia de ambas cuentas y del
monto de ellas, tal como Wenger afirmó".
Bertossa, preocupado por despejar toda duda respecto a esta situación,
añadió que "personalmente recibí la información
respecto a la existencia de tales fondos hace ya varios meses, tanto de parte
de los bancos como del gobierno argentino".
Según L'Hebdo, los "pataleos" de Menem podrían continuar un
tiempo: los bancos helvéticos aún no se han pronunciado abiertamente
respecto a los demás fondos sospechosos, que podrían dar la
pista del dinero restante. Es decir, posiblemente 90 millones de dólares
más.
El testigo "C"
El 18 de julio de 1994 la población de Buenos Aires no creía
lo que ocurría en pleno centro de la ciudad. Una sangrienta explosión
redujo a cenizas la moderna sede de la Asociación Mutual Israelita
de Argentina (AMIA). Más de 80 personas perdieron la vida y cerca de
200 resultaron heridas.
Después de siete años de investigación, los peritajes
apuntan hacia la pista iraní, y más aún, indican que
Menem, entonces Presidente, habría "guardado silencio" respecto
a las evidencias de que el atentado había sido organizado por extremistas
de Irán. Ello, a cambio de 10 millones de dólares.
La eventual responsabilidad de Menem quedó al descubierto hace sólo
unos días, cuando el portavoz del Gobierno suizo confirmó que
a mediados de diciembre el fiscal de Argentina, Eamon Mullen, solicitó
una nueva investigación a los bancos helvéticos con tal de determinar
si existen cuentas a nombre del exmandatario, de la República de Irán
o de antiguos representantes de ese régimen, que podrían vincularlo
con el caso AMIA.
A lo anterior se suman las declaraciones del "testigo C", un ex
dirigente de los servicios secretos iraníes, que luego colaboró
con la inteligencia alemana. Hoy protegido con nueva identidad, el hombre
asegura que podrá reconocer al emisario argentino que habría
gestionado un cobro de 10 millones de dólares en favor de Carlos Menem
para encubrir a los culpables del atentado.
También afirma que el monto fue depositado en un banco de Luxemburgo
ubicado en Ginebra. La cifra coincide con la descubierta en octubre en la
misma ciudad.