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Latinoamérica

8 de februari del 2002
Parapolicial asesina a un piquetero
Todos somos Hugo Javier Barrionuevo

Guillermo Cieza
Retruco

E
n las primeras horas de la madrugada del 6 de febrero, un coche falcón conducido por Jorge "Batata " Bogado, sorteó la custodia policial y cruzó la primera línea de un piquete organizado en el barrio el Jagüel de Esteban Echeverría por desocupados integrantes de la Coordinadora Aníbal Verón. Un grupo de desocupados se acercó a increpar al conductor y por toda contestación recibieron numerosos disparos. Uno de ellos acabó con la vida de Hugo Javier Barrionuevo.
Jorge "Batata" Bogado es un ex–policía, dueño de una parrilla de la zona, y además un conocido puntero del intendente justicialista de Ezeiza Alejandro Granado.
Hugo Javier Barrionuevo era un joven que trabajaba de changas, que no había participado en la organización del corte de ruta. Se había acercado por la noche para compartir la olla popular y solidarizarse con los que estaban reclamando planes trabajar.
El crimen de Barrionuevo no es un hecho privado, donde los móviles pueden rastrearse en enconos personales entre el victimario y la víctima. Es un crimen político y desde ese marco tenemos que intentar una explicación.
El corte de ruta de Esteban Echeverría era parte de un plan de lucha de la Coordinadora Aníbal Verón, que en su última fase abarcaba nueve cortes por tiempo indeterminado. Los reclamos de los piqueteros incluían entre otros puntos la renovación de los planes de empleo en vigencia y el reclamo de nuevos Planes Trabajar encuadrados en la promesa oficial de un millón de empleos. No reclamaban hacer efectivos el millón de empleos, su piso de reclamo eran apenas 3500 nuevos puestos de trabajo, que eran los que se sentían capaces de organizar .
La discusión entre el gobierno y las distintas organizaciones de desocupados en materia de planes de empleos no es una cuestión cuantitativa, sino cualitativa. Las organizaciones de desocupados no superaron nunca el control de un 10% de los planes de empleo. El problema es que los planes Trabajar en manos de los desocupados son una fuente generadora de autonomía del clientelismo político. Las decisiones se toman por asamblea y han dado luz a numerosos proyectos comunitarios (bibliotecas, roperos, guarderías) y productivos (bloqueras, carpinterías, panaderías, herrerías, huertas , talleres de confección , etc.) que van creando las bases de una cultura política y una economía alternativa.
Las políticas sociales orientadas por Duhalde y ejecutadas por Solá en la Provincia de Buenos Aires, contempla un aumento de partidas para el "gasto social", pero también un feroz control político de esos gastos, donde toda expresión autónoma o no alineada con la red clientelista partidaria es considerada " enemiga".
Asignados un 25 % de los planes de empleo correspondientes a la Provincia de Buenos Aires , estos fueron inexorablemente a comunas gobernadas por justicialistas, dando preponderancia a los "amigos" dentro de la propia estructura partidaria.
En la estrategia de utilizar el pago acotado de la deuda social para fortalecer la dependencia política de los sectores mas desposeídos, es fundamental el papel que desempeña la jerarquía de la Iglesia Católica que - presentada como garante de la neutralidad política en la asignación de los planes - actúa como cobertura de la estructura clientelística.
El crimen político de Hugo Javier Barrionuevo, plantea a la Iglesia Católica nuevos interrogante, porque una cuestión es convertirse en tapadera de un desprolijo reparto de planes sociales y otra muy distinta es hacer la vista gorda frente a los crímenes políticos. Que sepamos, las jerarquías eclesiales han pasado por alto el crimen de Barrionuevo. Sería bueno preguntarles que van hacer con los próximos. Cuantos crímenes van a necesitar para tomar distancia del gobierno: ¿ diez, cien. mil, treinta mil... ?
La advertencia no es gratuita. El tratamiento dado al asesino Bogado por parte de la Policía Bonaerense y en los primeros momentos por el fiscal, desnudan una estructura de complicidades, que nos recuerda otras historias.
Quienes hemos seguido de cerca resonantes casos de gatillo fácil conocemos que en el conurbano bonaerense funciona una sociedad mafiosa cuyos miembros se diseminan en la estructura clientelar del Partido Justicialista, la policía Bonaerense y organizaciones delictivas que controlan el trafico de drogas. El caso Cabezas es paradigmatico. Esa sociedad mafiosa ha venido actuando en los últimos años en numerosos aprietes contra opositores políticos en casos que siempre fueron presentados como privados (robos, incendios, palizas propinadas por patotas) , pero su actividad puede incrementarse en la medida en que el gesto de rebeldía individual de un ciudadano que denuncia un negociado es reemplazada por formas mas colectivas de denuncia y oposición como son los piquetes o las asambleas vecinales.
Hacer Justicia a Hugo Javier Barrionuevo, es una necesidad que excede a los familiares de la víctima y del propio movimiento de desocupados, para convertirse en un reclamo que nos compromete al 80 % de los argentinos que creemos que es posible vivir con dignidad en este país. Y que nos lo merecemos.
"Batata" Bogado no tiraba al aire, como declaró. Sus balas apuntaban a todos nosotros.


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