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Colectivo y singular
Rodolfo Livingston
supernova@houseware.com.ar
El tema que más atrajo mi atención durante el discurso de Fidel
en el reciente congreso de periodistas en La Habana, al que tuve el privilegio
de asistir, fue "el uno por uno". "Quiero saber el nombre y la dirección
de cada uno de esos niños desnutridos", dijo el Comandante aquella
noche refiriéndose al resultado de una estadística. "La desnutrición
temprana produce daños permanentes. No debe haber ni un solo niño
desnutrido en Cuba", agregó. Fueron movilizados entonces miles de trabajadores
sociales y poco tiempo después quedó encauzada la corrección
y el seguimiento afectuoso de cada uno de esos casos.
Los planes estatales para construcción de viviendas —entre los que
hoy se destaca la veloz reparación de los daños producidos por
el huracán Michelle— se complementan con el programa nacional "Arquitectos
de la Comunidad", inédito en el mundo, consistente en atender una
por una a las familias del país que así lo requieran (1).
Los principales temas de consulta son el proyecto de casas nuevas, reformas
y patologías de viviendas existentes. El programa no incluye la provisión
de materiales, muy escasos durante el período especial, pero sí
el pensamiento previo a la obra que, en ciertos casos, no requiere de materiales,
sino de una resignificación de espacios, como, por ejemplo, el cambio
de lugar de la puerta de entrada en una de las casitas de dos familias en
conflicto, lo cual solucionó, no solo la circulación interior
en una de ellas, sino también el conflicto. La economía en una
obra empieza con el pensamiento previo, con el diagnóstico, antes que
con los materiales. En ocasiones una casa puede "crecer sin crecer", aunque
parezca imposible.
Comprobamos que al operar sobre los límites interiores de una casa,
operamos también sobre cada familia. Descubrimos así necesidades
nuevas, algunas generalizables, como un rincón para estudiar en el
dormitorio de los padres (poco utilizado durante el día), que solo
precisaría 60 centímetros más en uno de los lados, biblioteca
incluida. Esta interacción entre lo individual y colectivo es un pensamiento
superador del concepto de "vivienda tipo", iguales para las familias, en todos
los lugares.
Aquel "uno por uno" del discurso de Fidel, me impresionó tanto quizás
porque vivo en un país donde los humanos somos apenas estadísticas
para el Estado, pero en Cuba, ¿no fue acaso un solo niño, uno solo,
Elián, quien se transformó en causa nacional hasta lograr su
recuperación? Cinco cubanos presos en los Estados Unidos sienten que
un país completo —el suyo— los quiere y luchará por ellos, sin
olvido posible. Esta vinculación entre lo colectivo y lo singular,
entre la política y los afectos, es algo nuevo en el mundo.
"Todos somos uno al mismo tiempo y en todas partes", dijo una vez el capitán
Núñez Jiménez en los primeros años de la Revolución.
Todos son también diferentes y singulares, pero son uno. Y ese uno,
contiene a todos. Por eso son invencibles.
(1) Los grandes impulsores del programa fueron el comandante Jesús
Montané Oropesa — recientemente fallecido y de imborrable recuerdo
para todo el pueblo cubano— y la arquitecta Selma Díaz. Casi todos
los municipios del país cuentan hoy con un consultorio de arquitectura.