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4 de febrero del 2002
De cara a las elecciones presidenciales de noviembre en Brasil
La izquierda apuesta a la democracia interna
o Lula o Suplicy...esa es la cuestión
Entrevista con Eduardo Suplicy, pre-candidato presidencial
Sergio Ferrari, enviado especial , desde Brasil
Intelectual y pluralista hombre político, senador de la república
en dos períodos consecutivos -hecho relevante y no muy habitual en
la tradición brasilera- Eduardo Suplicy se presenta como pre-candidato
electoral en las internas del Partido de los Trabajadores, forzando un renovado
ejercicio democrático interno en el principal partido opositor de Brasil.
El próximo 17 de marzo los 800 mil afiliados del PT serán llamados
a pronunciarse por el dirigente histórico y carismático del
partido, Luis Ignacio *Lula* Da Silva o a favor de Eduardo Suplicy, el nuevo
emergente, menos carismático pero extremadamente próximo al
movimiento social brasilero. Una interna sin precedentes en el mayor partido
latinoamericano de izquierda.
P: ¿Cóme ve usted las perspectivas reales del Partido de los Trabajadores
(PT) en las elecciones de fines de este año?
R: Sin duda alguna, el PT es hoy el partido con objetivos más consistentes
en busca de la realización de la justicia en mi país. Es el
partido con la mayor historia de empeño por la democratización
de Brasil, en pro de las igualdades sociales, reconocido por su gestión
seria en gobiernos municipales y estaduales. Y por todo eso tiene la posiblidad
concreta de vencer en las elecciones presidenciales. Hoy, según las
encuestas de opinión, es el partido que va al frente. Además,
por primera vez en la historia del país, el PT realizará una
votación interna (ndr: el 17 de marzo próximo) para escoger
su candidato. Ejercicio que se realizará también en algunos
Estados, paralelamente, al proceso para elegir los candidatos a gobernadores,
como es el caso de Río Grande del Sur.
P:¿ Cuáles son los dos candidatos a las presidenciales en su fase primaria?
R: Lula y yo.
P: ¿ Se ve Usted realmente como posible presidente de Brasil?
R: No puedo evaluar hoy por hoy mis posibilidades reales. Los institutos de
encuesta anticiparon que recién en febrero van a considerar mi nombre
como potencial candidato. Yo tengo la certeza que podría llevar al
PT a la victoria en las presidenciales. El compromiso que tenemos tanto Lula
como yo es que el que pierda en las internas apoyará con todas sus
energías al candidato oficial del partido.
P: Una interna contra el carismático Lula significa un desafío
enorme...¿Porqué tomó esa decisión tan osada?
R: Hay un número considerable de personas que me hizo saber su interés
para que yo asuma esa candidatura . Dicen que sería muy importante
para el partido que pueda pueda presentar mis ideas. He hablado con Lula diciéndole
que más que ser o no candidato, lo esencial es abrir un espacio interno
donde cada uno pueda presentar sus ideas. De mi parte, un punto clave de mi
programa es el del « ingreso básico y mínimo para todos » ,
a lo que llamo ingreso de ciudadanía. Estoy lanzando un libro que se
llama « Ingreso de ciudadanía, la salida por la puerta » donde desarrollo
esta propuesta. ¿Por dónde la gente sale de la casa sino por la puerta?
Es la idea de un paso clave hacia la dignidad social.
P: Lula, dirigente carismático, no pudo ganar las eleciones a pesar
de haberse presentado ya tres veces... ¿ Usted piensa que su perfil, menos
carismático pero más de estadista le puede dar la fuerza necesaria
para ser el primer presidente brasilero de izquierda?
R: El pueblo evaluará. Insisto en que en esta consulta inerna más
de 800 mil afiliados del PT podrán elegir. Tengo por Lula un gran respeto,
cariño y amistad . Desde 1975 actuamos como amigos y compañeros.
Cabe, ahora, decidir al PT sobre la cualidades de cada uno y si es o no adecuado
que esta vez haya otro candidato que no sea el compañero Lula.
Un lenguaje sin demagogia ni concesiones
Queremos ganar las elecciones para conquistar el gobierno. Intentamos conquistar
el gobierno para superar el actual modelo excluyente. Imaginamos una mayor
equidad social sobre la base de un verdadero desarrollo productivo, un cierto
proteccionismo del mercado interno así como una expansión exportadora
con liderazgo regional.
Silogismo lógico - sin exagerada retórica revolucionaria-, que
sintetiza la actual visión oficial y mayoritaria del Partido de los
Trabajadores (PT) brasilero. Principal fuerza electoral de izquierda de toda
Latinoamérica y una de las más fuertes del planeta; sostenida
por importantes movimientos sociales como los sin tierra o las extendidas
redes de organizaciones urbanas de Brasil, el PT vive hoy un « sinceramiento
» interno que crea dudas al pensamiento *radical* y que dará que hablar
en los próximos meses, tanto por derecha como por izquierda.
« NI LA TRAICION DE LA RUA, NI LA TRAGEDIA HISTORICA DE SALVADOR ALLENTE »
Todos los modelos y experiencias históricas y actuales del continente
pasan por el tamiz de la visión crítica del PT brasilero. Tal
como lo expresa su secretario de relaciones internacionales y economista de
talla , el diputado federal Aloisio Mercadante, « no queremos llegar al gobierno
para repetir la traición de (Fernando) De la Rúa, en Argentina.
Pero tampoco queremos repetir la tragedia historica de (Salvador) Allende
en Chile en la década de los 70 ».
Aunque si de inmediato confirma que « en lo personal prefiero morir con el
heroismo de Allende y no vivir con la carga de la traición de De la
Rúa » para el dirigente petista el marco de acción en la realidad
actual brasilera y latinoamericana no acepta matices.
En su óptica, y la de la dirigencia de su partido, la base de la equidad
social a construir está en el desarrollo de las potencialidades productivas
de la nación, sin negar las aspiraciones al liderazgo sudamericano
que Brasil intenta desplegar a través del MERCOSUR (Acuerdo comercial
del Cono Sur), confrontando, así, la iniciativa norteamericana de imponer
el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) bajo la hegemonía
de Washington.
Trás esa concepción de base, el convencimiento que Brasil no
es un país pobre, que tiene todas las potencialidades para despegar
definitivamente y que no debe aceptar recetas ni slogans de ninguna parte.
NINGUN SLOGAN « CONVENCIONAL »
« No estamos por la anulación de la deuda externa privada del país
y apostamos a la renegociación de la deuda pública », sentencia
Mercadante. Eso significa , en caso de ganar las elecciones, que el PT no
se opondrá a que la empresa privada pague los 236 mil millones de dólares
que debe. Aunque propiciará una discusión con los organismos
internacionales y los donantes en general para rediscutir los 90 millones
de compromisos públicos contraídos y pendientes. Y buscará
aplicar mecanismos de control de los capitales financieros internacionales
que ,a partir de su enorme volatilidad especulativa, amenazan a Brasil y a
todo el Sur a fugas y quiebres impensados en escasas horas.
Si esta visión puede chocar con el argumento de la anulación
de toda la deuda del Sur que propician organizaciones y redes ciudadanas del
Norte y del Sur, sin embargo consensuará con el planteo del PT brasilero
a favor de la « anulación de toda la deuda de los países pobres
del mundo »
El programa de gobierno petista contempla como puntos cruciales el aumento
de las exportaciones - sin piedad en cuanto a la competencia regional incluso
con sus aliados conosureños-; la sustitución de las importaciones
que desequilibran hoy la balanza de pagos del país; un proyecto de
alianzas operacionales e intercambios prioritarios con países como
India, Sudáfrica o China y el fortalecimiento del MERCOSUR.
Esa transformación del actual modelo económico aplicado por
Fernando Enrique Cardoso, debe estar acompañada por una imprescindible
expansión del mercado interno, en un país en el cual 53 de sus
casi 170 millones de habitanes se ubican hoy por debajo de la línea
de pobreza.
La prioridad de superar la exlusión económica actual por una
« inclusión social sólida y un desarrollo consistente », al
decir del PT, permitiría aumentar la oferta interna, efectivizar la
reforma agraria y el apoyo a la producción rural de tipo familiar -uno
de los caminos para reducir los altos niveles de desempleo-; ampliar le educación
y salud públicas (actualmente en pleno proceso de desmantelamiento)
y dar respuesta a carencias crónicas como las de la falta de vivienda
digna de millones de brasileros, especialmente ubicados en los cinturones
marginales urbanos. Renglones estos que no exigen divisas ni grandes inversiones
para su realización, sino una clara voluntad política para ejecutarlos.
Visión que obliga a una transición paulatina del modelo neoliberal
hacia un mercado interno extendido, rechazando , según Aloísio
Mercadante, « el voluntarismo simple e ingenuo de una parte de la izquierda
latinoamericana que sueña con el futuro sin poder avanzar propuestas
reales y practicables de presente».
A pesar que el discurso socialista clásico no entra en el lenguaje
oficial del actual PT brasilero y del tono mesurado de sus propuestas, dada
la compleja situación mundial, nadie puede asegurar que las elecciones
de noviembre próximo se desarrollen en un ambiente de tranquilo debate
de ideas y posiciones.
El PT no olvida - y así lo explícitan abiertamente sus dirigentes-
la abierta intromisión de la embajada norteamericana en las últimas
elecciones de Nicaragua a fines del año pasado,desacreditando y condenando
de antemano al sandinista Daniel Ortega. Y ve como eventual principal enemigo
en la campaña electoral « el discurso de terrorismo económico
de la derecha » tratando de emparentar a la izquierda brasilera con el fallido
modelo de De la Rúa en Argentina.
Es fundamental prepararse entonces, según la reflexión petista,
a una gestión práctica del poder, con realismo económico
y sin demagogia. « Queremos llegar al poder para ser una verdadera alternativa
popular », tal como concluye Mercadante, aunque esa alternativa se construya
de manera distinta a los paradigmas del discurso socialista de los setenta/ochenta
y *modernizando* los ideales iniciales del partido obrero creado hace y a
varios lustros por un grupo de metalúrgicos paulistas.
« LUCHAR POR LA INCLUSION SOCIAL »
« Es necesario que tomememos medidas prácticas, efectivas e inmediatas
para derrotar a la pobreza », afirma con convicción Benedita da Silva,
vicegobernadora de Río de Janeiro, miembro de la dirección del
Partido de los Trabajadores y mujer emblemática de ese país
sudamericano.
Tenemos que distribuir tierras, resolver el problema de la vivienda, desarrollar
una política de seguridad social, implementar una verdadera propuesta
de género para integrar activamente a las mujeres brasileras y no olvidarnos
de las minorías, de los grupos negros, de los sectores índigenas,
enfatiza da Silva imaginando una victoria electoral de su partido. Sin olvidar,
por supuesto, los sectores juveniles que son el verdadero futuro del país.
« Tenemos que trabajar e impulsar esa política de inclusión...Es
un desafío fundamental integrado en el programa de nuestro partido
», sostiene la vicegobernadora evangélica y negra de Río de
Janeiro que dentro de algunas semanas ocupará la primera magistratura
de su Estado, cuando el actual gobernador deje su puesto para presentarse
a las elecciones en representación de un partido de centro-derecha.
« Para dar respuesta a esos desafíos tenemos que ganar las elecciones
próximas...Pienso que nunca estuvimos tan cerca de la victoria como
ahora.
Y pienso, también, que nunca debimos enfrentar tantos desafíos
como en esta etapa. La única respuesta es elevar la conciencia crítica
de nuestro pueblo »