¿Chávez va dando vuelta el partido?
Los buques cisterna ya están descargando petróleo, pero la oposición dice que no está funcionando ningún pozo en Venezuela.
"¡Gooooool de Pilín León!" gritó el presidente
de Venezuela Hugo Chávez, cuando el buque petrolero Pilín León
cruzó la meta: el puente del Lago de Maracaibo. Desde su programa televisivo
de los domingos, "Aló presidente", y como un comentarista deportivo,
Chávez relató las imágenes de la toma de la marcha del
Pilín León, en manos de las Fuerzas Armadas venezolanas. También
anunció que detrás de la huelga petrolera existen intereses internacionales
que quieren apoderarse de Venezuela, e informó sobre la orden de detención
de cualquier persona que interfiera en el restablecimiento de la actividad petrolera
y otros sectores afectados por la huelga general, que por primera vez en la
historia democrática de Venezuela, hoy empieza su cuarta semana consecutiva.
Además, el mandatario anunció que asistirá a la asunción
del presidente electo del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Y en una
entrevista con el diario brasileño Folha de Sao Paulo, Chávez
aseguró que negocia una salida a la crisis de su gobierno con "sectores
no golpistas" de la oposición, a los que no quiso identificar.
"Cuando el barco pasó por el puente reventaron cohetes por toda Venezuela", relató Chávez cuando el Ejército tomó al rebelde Pilín León, que según el mandatario fue liberado de un "secuestro". Después, el buque fue trasladado a un muelle para descargar los 44 millones de litros de crudo que la tripulación del barco había retenido en sus bodegas. El presidente venezolano también anunció sobre la orden de detener a toda persona que interfiera en el restablecimiento de la actividad petrolera y otros sectores afectados por el paro.
Sin embargo, la tripulación rebelde que había sido arrestada fue liberada por resolución de la justicia del departamento de Zulia, donde está el Lago de Maracaibo. Según la sentencia, la detención fue ilegal pues el derecho a huelga de los detenidos está por encima de las disposiciones del Tribunal Supremo sobre el delito de desacato para todo aquel que atente contra la toma de Pdevsa por parte de las fuerzas militares. Esto puede habilitar a nuevos recursos que abrirán una flamante batalla judicial si Chávez cumple su amenaza de repartir detenciones.
Según el mandatario, la huelga que intenta forzar su renuncia o el llamado a elecciones responde a un plan de sabotaje a Pdvsa y a un golpe de Estado contra su gobierno. Pero "yo me voy cuando Dios y el pueblo lo digan", declaró Chávez. Según el diario Folha de Sao Paulo, Chávez está dispuesto a aceptar una salida del gobierno negociada con sectores no golpistas de la oposición y que no viole la Constitución. "Si doy los nombres, esas personas pueden ser presionadas por los medios", se negó Chávez a identificar a los miembros de la oposición con los que está en conversaciones.
En su programa, Chávez aplaudió la decisión del Tribunal Supremo de justicia venezolana que el jueves ordenó a los trabajadores petroleros regresar a sus empleos. El tribunal también ordenó reanudar la actividad de Pdvsa y "acatar" todos los decretos presidenciales y resoluciones de órganos competentes para reactivar la compañía estatal. En su sentencia la Corte declara que desconocer esa orden implica un desacato a la autoridad, penada con 18 meses de cárcel. Pero la oposición, encabezada por la cúpula empresarial, desafió la orden judicial por considerarla "ofensiva y represiva" y continúa el paro por tiempo indeterminado. Para hoy convocó a una "Marcha de las Antorchas" en Caracas, en protesta contra el gobierno de Chávez. Mientras el mandatario no se cansa de repetir "hemos comenzado a restituir la normalidad", la oposición redactó un informe en el que afirma que de los 179 pozos petrolíferos de Venezuela, ninguno está funcionando. "Acá no se está produciendo petróleo", dijo el líder petrolero Juan Fernández