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Latinoamérica

10 de diciembre del 2002

La función criminal de los medios de comunicación en la psiquis del venezolano

Adriana Oviedo
Es difícil hacer en estos momentos un análisis cuantitativos de los efectos dañinos producidos por los medios de comunicación en Venezuela en los últimos ocho meses en la psiquis del venezolano.
Han sido ocho meses de ataques sistemáticos a la psiquis de la ciudadanía por parte de los medios de comunicación para impedir que los venezolanos piensen y reflexionen sobre los hechos acaecidos el 11 de abril en Venezuela. Por el contrario se ha alimentado a la población día y noche con una campaña permanente de incriminación al gobierno de las muertes ocurridas ese aciago día.
A la oponión pública se han presentado pruebas de francotiradores disparando contra manifestantes de la oposición aquel día (debemos agregar que aquellos que dispararon fueron sospechosamente dejados en libertad por el espúreo gobierno de Carmona, en las cuarenta y ocho horas que duró su gobierno); pues bien no ha servido de nada.
Se ha alimentado, decimos el odio desde los medios de comunicación a través de los programas de opinión que se suceden a toda hora del día, de la imposibilidad que hay según ellos, de hablar con el gobierno, pues éste, según los mismos, se niega a oirlos o escuchar sus opiniones y reclamos. Hecho por lo demás falso puesto que si algo ha hecho el gobierno de Hugo Chávez ha sido precisamente abrir canales de comunicación a través de las mesas de diálogo nacional que se ha realizado con resultados evidentes con todos los factores de la vida nacional y que ha dado como resultados importantes acuerdos con algunos sectores productivos, sindicales y profesionales.
Sin embargo, el trabajo de zapa que han realizado los medios de comunicación, escrito y televisivos sobre la ciudadanía, han sido superiores a la hora de crear una matriz de opinión que traspasa la natural oposición ante el gobierno y han generado un envenenamiento generalizado que ha servido para movilizar grandes marchas con el objeto de forzar la renuncia del Presidente de la República o han servido para entorpecer el normal funcionamiento de la vida ciudadana sobre todo en la capital de la república, e incluso ha servido para que cierta parte de la población desarrolle y exhiba una conducta agresiva que se manifiesta en conductas tales como agredir a funcionarios públicos, tocarles caserolas y obligarlos a retirarse de restaurantes cuando los mismos quieren ir a comer en ciertas partes de la capital. Y también presentarse delante de la residencia de altos funcionarios de la administración pública o de la vivienda de altos generales y proceder a pintarles las paredes de su residencia con mensajes que van desde la amenaza hasta las groserías simplemente con cámaras de televisión disfrutando de semejantes posiciones fascistas.
Igualmente desde los medios se han propiciado marchas y paros no sólo a trávés de los programas de opinión sino de mensajes de la misma emisora en torno a la necesidad de ejercer una resistencia civil que se ha convertido en la práctica en vandalismos todo muy bien reseñado y presentado como resistencia legítima frente a un régimen que ha permitido toda clase de protesta incluso a tolerado los excesos de quema de carros en las principales arterias viales de la capital.
De igual manera, paros y marchas se han sucedido a todo lo largo de estos ocho meses con la expresa intención de salir del gobierno legalmente establecido en Venezuela. En general cada marcha ha sido antecedida con una previa preparación en la que los medios de comunicación han pasado escenas de ese 11 de abril culpabilizando al gobierno y mostrándole a esa misma población que esa vez si puede ser la definitiva para derrocar al gobierno del presidente Chávez.
Ejemplos como el pronunciamiento de los militares disidentes del 11 de abril en una plaza de la capital de la república se han presentado como un evento glorioso de resistencia de la "sociedad civil" frente a la tiranía del gobierno de Hugo Chávez. En este sentido hemos visto durante semanas enteras a los medios de comunicación tratando como héroes a unos militares que han llamado al Presidente de la República con calificativos de todo tipo y que van desde asesino, crápula, cobarde, hasta términos racistas como simio o mono simplemente.
De esto somos testigos asombrados todos los venezolanos como cada día los últimos dos meses han ido desfilando militares, políticos, sindicalistas llamando desde la plaza Altamira a la rebelión militar, incluso casi rogándoles a las fuerzas armadas nacionales que le hagan el trabajo que la oposición no ha podido hacer por si misma, es decir la toma del poder político por los medios constitucionales que ofrece de la República Bolivariana de Venezuela.
Desde los mismos medios se ha llamado a sabotear las acciones del gobierno como la obligación de pagar los impuestos adeudados al fisco nacional. Igualmente los mismos medios han servido para hacer llamados de paro indefinidos y hacer colapsar la economía nacional. Lo último que ha acontecido lo hemos visto entre asombrados e indignados muchos de los ciudadanos que vivimos en Venezuela ha sido lo del paro decretado por la mayor centra sindical del país la CTV la cual en un gesto sin precedente en la historia del sindicalismo de este país se ha unido en una alianza impensable entre la CTV y la patronal venezolana FEDECAMARAS para hacer colapsar la economía nacional.
Pues bien, resulta que el paro indefinido les fallo, y les fallo porque una parte importante del movimiento sindical agrupado en las empresas básicas del estado no ha aceptado sumarse a un paro que no los reivindica en nada. De hecho la masa laboral que agrupa al movimiento sindical petrolero ha conseguido un contrato exitoso en términos económicos para los trabajadores de ese sector. De igual manera el gobierno ha logrado alianzas con otros sindicatos como el de las industrias básicas del estado como el hierro y el aluminio, igualmente con el sector sindical que agrupa a los sindicatos de la electricidad. De la misma forma a conseguido alianzas con sectores del transporte de pasajeros para financiar el transporte urbano e interurbano en el país. Igualmente ha realizado convenios con el sector textil, el metalmecánico y el químico-farmaceútico para reactivar la economía de ese sector. Lo que ha generado que grandes sectores de la vida sindical y del medio empresarial no se hayan querido plegar al paro golpista que pretendían la cúpula sindical y la patronal venezolana.
Entonces la oposición ha recurrido a la carta de parar la industria petrolera del país, empresa que le da de comer a todos los venezolanos. En tal sentido la función de los medios de comunicación ha sido vital en el sentido de promocionar y presentar a los marinos mercantes que transportan el petróleo al exterior y que se han apoderado de barcos de la nación como verdaderos héroes nacionales, mostrando con alegría mientras pasaban las horas del día 4 de diciembre como se sumaban a la paralización de la industria petrolera, incluso dando partes del tiempo que le quedaban al gobierno si se producía una suspensión del transporte de gasolina a todo el país y que sirve de base para el desarrollo de la actividad productiva del país.
Ahora bien, como el gobierno ha logrado revertir las operaciones de sabotaje que ha realizado una parte de los trabajadores petroleros, entonces los medios se han dedicado a promover marcha y contramarchas; a mostrar escenas de vandalismos de ciudadanos realizado quema de cauchos en las autopístas de la capital o la destrucción por el fuego de vehículos que toman por asalto estos ciudadanos que se hayan realizando resistencia civil contra el gobierno de Hugo Chávez trancando vías y perturbando el orden.
Han, otra vez, presentado los hechos de estos "ciudadanos" como una forma más de expresar el malestar de la oposición. En tal sentido hemos visto desfilar políticos de toda laya por los medios de comunicación, mañana, tarde y noche y en discusiones animadas a analizar las posiciones extremas que han tomado grupos de oposición. No ha habido la más mínima condena por parte de los medios de esta posición asumida, sino que se dedicaron a la tarea de mostrarnos imágenes como el logro de la resistencia civil en Venezuela.
Lo último acontecido el día 6 de diciembre han producido en la plaza Altamira y que han tomado como centro de la resistencia de la oposición denominada por los mismos como "territorio liberado" de la autoridad central, la muerte de cuatro ciudadanos que se encontraban en la misma plaza y de inmediato los medios de comunicación han prestado sus cámaras y los periodistas junto a los políticos se han dedicado automáticamente ha asignar responsabilidades al gobierno, sin siquiera el beneficio de la duda y a pedir la inmediata condena por parte del Secretario General de la Organización de Estados Americanos el doctor César Gaviria del gobierno de Venezuela, su destitución y de la convocación a elecciones inmediatas.
Vale la pena resaltar que el gobierno es el menos interesado en este momento para provocar cualquier tipo de disturbio con los grandes problemas que ya tiene, entonces como explicar que sea el mismo quien se embarque por una parte en semejante acción criminal y asesina y en segundo lugar porque desde el punto de vista política es y sería un error garrafal.
Desde aquí le pido a los amigos que conocen la situación del país, la función que han cumplido tanto en el golpe militar los medios de comunicación el 11 de abril así como la misma actitud que han tenido estos mismos medios para impedir toda reconciliación entre los partidarios del gobierno y de la oposición, lo que ha permitido que se produzca un verdadero abismo fomentado desde y por los medios de comunicación aunen esfuerzos para divulgar la función criminal que están cumpliendo e incluso en esta hora aciaga para los familiares de las víctimas, pasando una y otra vez las imágenes y acondicionan a la gente de la oposición para que tome las calles y creen disturbios en todo el país.
El resultado ha sido que ciudadanos de la oposición han salido enloquecidos y han quemado locales donde funciona el partido de gobierno, han golpeado a simpatizantes del gobierno en diversas partes del país, etc. Todo auspiciado desde los medios de comunicación que llama a la gente abiertamente a través de sus voceros y periodístas a la rebelión civil y a terminar con el gobierno del presidente Hugo Chávez.



Adriana Oviedo. Profesora de la Universidad Central de Venezuela