9 de diciembre del 2002
Perú: ¿Hay condiciones para un Paro Nacional?
Carlos Mejia A.
Instituto de Estudios Sindicales-CGTP
La ultima Asamblea Nacional de Delegados Sindicales en un importante
documento de análisis y propuestas pone como eje articulador de la lucha
sindical de nuestra central mariateguista el tema del "Paro Nacional". Algunas
posiciones dentro y fuera del movimiento sindical señalan que es errado
plantear tal posición en la agenda sindical en la presente coyuntura.
Antes de discutir estos puntos de vista es necesario hacer algunas precisiones.
En primer lugar la política que dicta nuestra central sindical CGTP a
través de sus instancias orgánicas de dirección no es un
simple llamado a una paralización de labores, sino en sentido estricto
establece que el movimiento sindical y la CGTP deben "construir el Paro Nacional
desde las bases" como lo recoge el diario sindical LABOR en su anterior portada.
En la política peruana y en diversas instituciones de la sociedad civil,
en especial en los partidos de izquierda existen ciertos criterios cuya validez
se acepta sin mayor discusión, como algo dado a priori, son una suerte
de verdades "innegables". Estos pre-juicios (puesto que no son productos de
un juicio racional o empírico) distorsionan la percepción y el
análisis social y político.
Una de estas ideas es que para la realización de un Paro Nacional es
suficiente que la Dirección Nacional de la CGTP convoque tal medida y
que su "aparato organizativo" -es decir las redes de articulación social
dentro y fuera de Lima- es suficiente para garantizar una verdadera y efectiva
paralización productiva del país. Craso error.
En general, basta comprobar que la estructura productiva del país ha
cambiado en los ultimas décadas mientras que la membresía sindical
no ha seguido estos procesos. Las principales empresas mineras, en Cajamarca
y Ancash por ejemplo, aún no cuentan con organizaciones sindicales que
protejan a sus trabajadores. Las principales empresas comerciales en Lima como
Saga, Ripley, E. Wong y demás tampoco cuentan con sindicatos, de manera
tal que los sectores tradicionales y modernos de nuestro proletariado se encuentran
indefensos frente al capital. Somos parte de un sindicalismo pequeño,
producto de una década de cambios y dictadura.
Nuestras estructuras organizativas son débiles y pobres. La mayor parte
de los trabajadores no mantiene una relación de lealtad inmediata con
nuestra organización. No se trata aquí de una central sindical
enraizada orgánicamente en las masas trabajadoras. Esa es una tarea por
realizar. Entonces, no basta un comunicado de la Dirección Nacional para
que los trabajadores y trabajadoras peruanos se plieguen automáticamente
a una paralización.
Ahora bien, la experiencia histórica nos muestra (como en el caso del
Paro de Julio del 77 así como en los del 79 y los desarrollados durante
el periodo democrático en los 80s) que sin la presencia de la CGTP tampoco
es posible movilizar a las masas trabajadoras. La CGTP es condición necesaria
pero no suficiente para un paro nacional realmente efectivo.
Por esta razón el acuerdo tomado en la Asamblea Nacional de Delegados
resulta importante y trasciende más allá de la simple consigna
por el Paro Nacional. Los delegados asistentes a la asamblea entendieron que
no basta "convocar" un paro nacional. De lo que se trata es de construir una
corriente de opinión dentro del movimiento sindical y de la clase trabajadora
que permita a la gran mayoría de hombres y mujeres, jóvenes y
adultos, miembros o no de un sindicato, informarse y discutir acerca del sentido,
objetivos y necesidad de una protesta cívica nacional.
En este sentido, algunos analistas y políticos consideran que la "coyuntura
política" no es propicia para una paralización de labores. Asumen
que los paros nacionales son una medida de lucha que pertenece a otra época
mientras que en la actualidad, la agenda política contempla otros temas.
Asumen que la democracia implica necesariamente el consenso y la renuencia a
la presión social. Que las encuestas son un buen indicador del estado
de animo de la ciudadanía y que en resumen, el porcentaje de "aprobación
presidencial" de las encuestas es un resultado pertinente para adecuar la estrategia
sindical. Craso error.
La coyuntura política no es producto de las empresas encuestadoras ni
de los resultados generalmente inexactos de sus predicciones. La agenda política
no es algo que viene de afuera y a la cual accedemos mediante las páginas
del oligárquico diario El Comercio o las declaraciones de un ministro
de estado. La escena política se construye de manera dinámica
en el parlamento, el poder ejecutivo, los pasillos ministeriales, Washington
y también en la calle. Es decir, en las organizaciones populares, en
los conos de Lima y en las provincias del país.
Para nosotros, el tema central en la agenda sindical ha sido y es el cambio
de la política económica neoliberal. Pues es esta política
económica la que golpea al conjunto de la clase trabajadora. Más
allá de la reforma laboral y de la defensa de los derechos sindicales,
la descentralización o el problema de los despedidos que también
son temas importantes, no podemos perder de vista que la política neoliberal
es la base del actual sistema de dominación política. Una década
de aplicación es suficiente para comprobar sus nefastos resultados: polarización
social, exclusión, empleo precario, destrucción de la industria
nacional y debilitamiento del estado nación por un lado; y mayor poder
de las Empresas Transnacionales junto con algunos sectores aliados de la burguesía
nativa, por otro.
Lo que señalamos entonces es que la lucha por el cambio de política
económica es el eje articulador de la estrategia sindical peruana. Los
demás temas, problemas y coyunturas son importantes y necesarios, pero
articulados con nuestro eje. Es necesaria una descentralización democrática,
derechos laborales y sindicales, la reposición de los despedidos y la
solución a los innumerables conflictos locales y regionales, pero no
basta resolver estos problemas para considerar agotada la agenda sindical. La
defensa de TODA la clase trabajadora, obrera, asalariada del país pasa
por el cambio de la política neoliberal.
Es responsabilidad de la CGTP convencer de esta situación a la clase
trabajadora. Nuestro objetivo es convencer a cada trabajador que con el actual
manejo de la economía del país él y sus compañeros
de fabrica han perdido, pierden y perderán siempre.
La única manera de hacer entender al gobierno actual que debe cambiar
la política económica es cuando el pueblo es decir los trabajadores
y todos aquellos que están cerca de ellos expresen su voz de rechazo,
de protesta, de dignidad.
Por esta razón se plantea "construir el paro nacional desde las bases"
es decir, convencer a los trabajadores, visitar cada fabrica, taller, oficina,
hacer reuniones en los barrios, explicar nuestras razones en las asambleas populares,
barriales y sindicales. En las iglesias, los comedores y bibliotecas populares.
De lo que se trata es de rescatar una tradición de activismo sindical
militante, donde cada dirigente vaya a sus bases y a donde no hay afiliados,
que visite cada punto de encuentro de la clase trabajadora, y explique la posición
de la CGTP.
La directiva de nuestra central es clara y no llama a errores. Construir las
condiciones dentro y fuera de nuestra clase para que el Paro Nacional sea exitoso.
No basta sentarse y esperar que el ama de casa, el joven empleado y el obrero
adulto se sumen a una medida de lucha si no comprenden sus objetivos, si no
escuchan a un "compañero" sindicalista que explique porque es necesario
apoyar la medida de lucha.
Eso implica mayor trabajo de información, de organización, de
comunicación. No basta pues, pensar que se trata de dar una orden y punto.
No basta tampoco señalar que no existe una "coyuntura" a favor del Paro.
El movimiento sindical no hace paralizaciones solamente cuando las coyunturas
resultan favorables, el movimiento sindical crea sus propias coyunturas, o como
diría el viejo Marx "hacemos nuestra propia historia".