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Latinoamérica

25 de diciembre del 2002

Diálogo con el Nóbel Adolfo Pérez Esquivel en Quito
Estábamos mejor cuando estábamos peor

Juan Meriguet
ALTERCOM

Su familiar figura no nos sorprendió a quienes entramos en la sala de preembarque de protocolo del aeropuerto "Mariscal Sucre" de Quito. Él, obstinado peregrino, estaba solo. Leía. Sus ojos volaban sobre los textos de un reciente libro de estudio acerca del tema en boga y decadencia: la globalización.
Lo conocíamos desde mediados de los 70 cuando la dictadura militar vigente lo capturó, junto a obispos, seglares y su pequeño hijo, en una cita teológica, para pensar liberadoramente, en Riobamba, Ecuador, y lo deportó por la frontera norte, "por subversivo", aplicando a pie juntillas lo que rezaba en la ley y doctrina de seguridad nacional, amañadas para todos y cada uno de nuestros países en el Pentágono y Wall Street. Con su frente en alto, regresó, de la mano de su retoño, clandestinamente, enarbolando la bandera de la dignidad y deslegitimando, en abierta resistencia civil, la malhadada "orden superior". Conversamos esa misma noche en la celda de un colonial convento quiteño. Estaba construyendo el Servicio de Paz y Justicia. Salió como había ingresado al país que ama y cuyos pueblos jamás lo extraditarían ya que siempre le acogen, respetan y admiran: por la puerta grande.
Nos presentamos e iniciamos un diálogo con su ser profundo. La globalización, dirigida desde el imperio ha encontrado formas de gobierno semejantes a una dictadura, pero una América nueva y en movimiento iba recibiendo al siglo que empezó. Habla con pasión de los "emergentes sociales históricos", reprimidos casi siempre y vencidos nunca.
A Adolfo le brillan los ojos cuando habla de los tiempos que llegan. Los procesos de Venezuela y Brasil son gallos de amanecida. El Ecuador, que bien conoce, ratifica una tendencia endurecida en la dulce forja de la lucha popular. No duda de la certeza del triunfo del Frente Amplio en Uruguay. Y se angustia cuando nombra a la vecina Colombia. La agresión estadunidense es inminente. Bush necesita de la guerra para su propia sobrevivencia. El cuento de "la droga" no justifica los operativos bélicos al interior y los preparativos externos que incluyen la Base de Manta, la dolarización y la descarada presencia de tropas gringas en Argentina y las Tres Fronteras. El dominio de la Amazonia, enclave del agua, de minerales y petróleo y de la más extensa biodiversidad genética, mueven los hilos que manejan a los gobiernos dóciles como el de Uribe y a quienes no importan sus habitantes.
No duda del salvajismo con el que los nuevos conquistadores actúan. Como Premio Nóbel de la Paz pudo viajar más de mil kilómetros de Ammán a Bagdad. Fue conmovido a ver los niños sobrevivientes deformados por el uso de armas con uranio empobrecido por parte de las fuerzas al mando del general Powel, hoy secretario de estado de Bush, "las fotos que circulan son más benévolas que la realidad".
Clama por su Argentina devastada por los traficantes de dinero. Nos habla de su pueblo doliente, levantisco y piquetero, que necesita del acompañamiento "político" de los comprometidos con su opción. La militancia en un movimiento o partido, que tanta urticaria le había provocado en el pasado, se vuelve necesaria en los actuales tiempos que le tocaba vivir a su Argentina. Adolfo no hace sino beber constantemente de los "pogyos" o vertientes asumidas para acompañar, de otra y misma manera, a los más pobres de su patria que le toca vivir. Enfrentar ese desafío junto a todas y todos les conduciría al nuevo tiempo.
"Estábamos mejor, cuando estábamos peor" repite. Su frase dicha en voz alta en esta mitad del Mundo, está incluida en su última carta al presidente Duhalde, publicada en el mundo a finales de noviembre y silenciada por los poderosos medios argentinos de información. "No puede continuar con la entrega del país a manos de quienes quieren imponer sus intereses sobre la vida de nuestro pueblo" le dijo y le recordó que está "frente a un pueblo que no sabe de claudicaciones; que ha soportado golpes, dolor y muertes; pero también ha demostrado su capacidad de resistencia y coraje; a pesar de sus gobernantes y del sistema de opresión". Pérez Esquivel sentencia al administrador de turno de su patria: "Cosechará lo que ha sembrado, no hay otro camino" Las respuestas populares de nuestra América al ALCA fortalecen cualquier espíritu. Ya no se habla de ese proyecto imperial y anexionista sólo en los estrechos espacios técnicos o en los círculos contestatarios. La respuesta crece y se multiplica. Antes de Quito estuvo participando en La Habana del II Encuentro Hemisférico de Lucha Contra el ALCA, "mejor y más concurrido que el primero". Piensa que el nuevo tiempo constituye el mejor momento para avanzar en defensa de los más necesitados, el sentimiento antiALCA se ha extendido entre los pobres y aún entre sectores productivos nacionales que perciben su liquidación y vuelve sobre el Ecuador, recordando los foros y marchas que se produjeron el pasado mes de octubre.
Se dirige a Buenos Aires. Una reunión sobre trabajo con infancia en riesgo le espera en su apertura. Recordamos a una común hermana, Mercedes Román, ecuatoriana y latinoamericana, brillante luchadora, de compromiso total y para siempre, quien estuvo presa en Chile y en Ecuador y fue una de las más cercanas colaboradoras de Leónidas Proaño, nunca olvidado Obispo de Riobamba; ella, residente ahora en los Estados Unidos y experta en esos saberes y opciones, estará en la cita. Las niñas y los niños de Argentina ya no desaparecen ahora por la acción de los cuerpos represivos del Estado, son devorados por el hambre. Los intereses económicos voraces de los asesinos son iguales a aquellos que movilizaron a las tropas argentinas, militares y paramilitares, en las décadas de los 70 y los 80.
Su memoria agita las cifras del cerco que vive su pueblo: 19 millones de personas son pobres; alrededor de 8 millones sobreviven bajo los índices admisibles de pobreza. Indignado, dice que su país ha retrocedido más de cuarenta años. Recuerda que Duhalde ofreció privilegiar el capital productivo sobre el financiero y dice que luego, descaradamente, justificó su veloz viraje como fruto de una "equivocación".
Los muertos de hambre, los pobres, los asesinados por la represión, son las víctimas del neoliberalismo. Sinembargo todavía hay quienes piensan en "humanizar" ese modelo que fue engendrado sin corazón. Es más, tratan de sostenerse en el poder obteniendo el apoyo de Bush a cambio de entregar el territorio argentino para agredir militarmente a Colombia y a los que osen cambiar el futuro. El nuevo tiempo deberá servir para alterar el estado de sumisión en el que hemos vivido.
Pero al imperialismo hay que derrotarlo primero aquí, en la conciencia, en el pensamiento, en la cultura. "Como vengo diciendo, la dominación no comienza en lo económico; la dominación comienza por lo cultural" Nos han impuesto un pensamiento único para que perdamos nuestros valores e identidades. De allí que, enfatiza, es urgente desarrollar un nuevo despertar en nuestros pueblos, alentar la formación de un pensamiento nuevo que conduzca a obtener una América para todas y todos, con libertad y soberanía, con el ejercicio pleno de la autodeterminación.