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Latinoamérica

Jóvenes guerrilleras mexicanas convencidas de la lucha armada

SERGIO OCAMPO, SIERRA MADRE DEL SUR, MEXICO, AFP

En medio de la montaña, en una misión más de los rebeldes, la joven guerrillera mexicana Mariana afirma que le "encanta la lucha armada" y por eso forma parte del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), que rompió el pasado lunes su silencio de cuatro años para asegurar que buscará alianzas con otros grupos armados mexicanos.
"Desde cuando estaba chica yo me decidí, oía yo a mi papá hablar de la guerrilla, del por qué el gobierno asesinaba, masacraba y tenía al pueblo en la miseria", señala a la AFP esta mujer de 17 años, en un descanso de la marcha.
Mariana, y su jefe, el "coronel Emiliano", concedieron a varios medios, entre ellos la AFP como única agencia internacional, una entrevista el pasado lunes para reafirmar su compromiso con la lucha armada.
De apenas un metro y medio de estatura, pero con fuerzas suficientes para cargar su mochila de 20 kilogramos y su fusil AK-47, que pesa casi cuatro kilos, la miliciana ­que comenzó la lucha hace dos años­ no pierde su feminidad, lleva pintados sus expresivos ojos café y de morado las uñas de sus pequeñas manos.
"Yo me ponía a escuchar lo que platicaban los adultos y poco a poco iba aprendiendo, y me preguntaba cómo el compañero andaba en la sierra, sufriendo hambre, pensaba yo, ¿no comerán?, cómo caminaban por la noche, todo eso me ponía a pensar y poco a poco fui conociendo y ahora ya que estoy un poquito grande me decidí a andar aquí", recuerda.
La guerrillera apenas pudo cursar la primaria y "por tanta miseria que había" en su hogar optó por unirse al ERPI, en donde también participa su esposo.
"El está de acuerdo en que andemos aquí. Mi mamá, usted ya sabe como son las mamás, no está de acuerdo en que andemos aquí, nos dice que nos van a matar, pero es una decisión que nosotros tomamos", explica.
En México, además del ERPI, operan el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (que no sostiene alianza con ningún otro grupo armado) y el Ejército Popular Revolucionario, del cual se desprendieron los erpistas, así como otras formaciones guerrilleras menores, a las que se conoce por sus esporádicas acciones armadas o de propaganda política.
El ERPI opera en el estado de Guerrero, uno de los más pobres de México, y su principal líder, el "coronel Emiliano", se declaró dispuesto a buscar alianzas con otros grupos, en entrevista con la AFP.
"Anunciamos al pueblo de México que estamos en proceso de coordinación y unidad con otras dos organizaciones guerrilleras que operan en varios puntos de nuestra nación", dijo Emiliano.
Marina, que asegura no tener miedo, pide a sus compañeras de género que "se integren a la lucha armada con nosotros, porque no puede ser que estén sufriendo de hambre y si no hacemos nada por salir adelante siempre vamos a estar así, en la miseria".
La capitana Maribel, de 24 años, reflexiona a su lado: "Andando aquí no extraña uno nada, que se ponga uno triste, no extraña uno nada" y comenta que entre sus familiares algunos sí lo aceptan y "otros no se dan cuenta, pues esto no se le confía sino que de acuerdo a como vea uno a la familia o a las personas, no a cualquiera se les puede decir".
Maribel sostiene que en las filas del ERPI no hay machismo, "aquí en el partido no se da eso, aquí si se da la igualdad, no es como en la vida común, aquí hay igualdad y respeto, como mujer tenemos las mismas garantías que los hombres".