11 de diciembre del 2002
La incertidumbre
(Carta abierta a Iván Bracho Osorio)
Santiago Arconada Rodríguez
Estimado Iván: Si no estuviéramos en pleno Golpe de Estado probablemente estaríamos celebrando el éxito de un equipo de gobierno al que ambos pertenecemos llamado Consejo Comunitario de Aguas del Municipio San Francisco del Estado Zulia. En veinte meses de intenso trabajo, y tras una mejoría que nadie desconoce, esta instancia de gobierno colocó al servicio de Agua Potable y Saneamiento en el tercer lugar de prioridades de las comunidades organizadas, después de haber sido durante lustros el primer y más grave problema, tal y como lo reveló el recientemente concluido proceso de Presupuesto Participativo llevado a cabo por la Alcaldía del Municipio San Francisco con la asistencia técnica del IESA.
Eso es lo que yo llamo un Indicador de Gestión.
Tú, como Gerente de Planes y Proyectos de la Alcaldía de San Francisco, y yo, como Coordinador de la Unidad de Atención a las Comunidades de HIDROLAGO formamos parte de un equipo que demostró en los hechos que el cumplimiento de los preceptos constitucionales de información y participación por un lado, y la puesta en práctica de la propuesta organizativa de Mesas Técnicas y Consejos Comunitarios de Agua prevista en la Ley Orgánica para la Prestación del Servicio de Agua Potable y Saneamiento por otro, conducen a la solución de un problema tan grave como el del Agua.
No desconozco tu aversión al Presidente Chávez, ni tu ferviente deseo de que renuncie, y tú no desconoces mi posición de impulsor del proceso que él lideriza y mi firme apoyo a su gobierno sobretodo en los actuales momentos.
Es para honrar nuestra amistad, construida en el empeño de gobernar con y para el pueblo, que hoy te presento no tanto mis convicciones, que también, no tanto mis argumentos, que también, sino fundamentalmente mi temor de que el país virtual de los Medios de Comunicación Social, al desconocer y negar al país real, ese que nunca sale por sus pantallas, ni aparece en sus periódicos, ni siquiera en fechas tan señaladas como el 13 y 14 de abril de 2002, cuando en menos de 48 horas volvió trizas la Carmonada, genere una ola de violencia que nos arrastre indefinidamente.
Para quienes el problema es ganar una apuesta sobre si las hallacas nos las comemos con el Presidente Chávez o en su ausencia, cualquier cosa es salida.
Desde esa perspectiva vale todo, el autogolpe o el magnicidio.
Para quienes queremos un futuro de paz, justicia, democracia y soberanía cualquier atajo no es salida y bien puede ser despeñadero.
Si la primera Constitución Nacional aprobada en Referéndum por el pueblo venezolano es desconocida, torcida o forzada, tardaremos muchos años en volver a tener un piso jurídico colectivo mínimamente creíble, y nada aleja mas la paz que eso. (Y también las inversiones, aun cuando esta consideración puede parecer pesetera.) Si la Constitución Nacional, esa que por primera vez abre una puerta de salida electoral a mitad de periodo, esto es en agosto de 2003, o sea en ocho meses, es torpedeada con la pretensión de unas elecciones ya, no será posible para nadie volver a invocar a la Ley en mucho tiempo. Así, los gobernantes serán los que tengan coyunturalmente la mayor cantidad de fuerza para someter a sus contrarios.
Los principios que regirán la vida nacional serán "Agarrando aunque sea fallo"; "El que venga atrás que arree"; y "Sálvese quien pueda".
Si se desconoce que la primera elección que está planteada es para determinar, no suponer ni taparear con encuestas, sino determinar voto a voto la voluntad popular sobre la revocatoria o no del mando que le fue conferido en libérrimos comicios al Presidente Chávez, utilizando para ello el instrumento constitucional especifico, cual es el Referéndum Revocatorio, antes de volver a contar votos algún día, contaremos primero mucho dolor, mucha sangre, mucha violencia.
El gran consenso nacional en torno a la salida electoral necesita precisiones.
Si tenemos que contarnos ¿con qué Consejo Nacional Electoral lo vamos a hacer? A lo que queda del CNE hoy en día no se le creería un conteo ni de los dedos de sus manos.
Si tenemos que contarnos ¿con qué Registro Electoral lo vamos a hacer? Los miles de ciudadanos que cumplieron 18 años después de las últimas elecciones ¿cómo harían para votar si no están inscritos? Si tenemos que contarnos ¿cómo cantaríamos los votos, manual o electrónicamente? Si se definiera que es electrónicamente ¿con qué empresa lo haríamos, con INDRA o con otra, y si es otra, cuál, con qué contrato? Con tantas lagunas de indefiniciones la pretensión de elecciones ahorita ya sólo engendra sospecha.
Por el contrario, si tal como sostiene la oposición y tú como parte de ella, el 80 % del electorado aventaría del poder al presidente Chávez, ¿cuál es la ganancia de sacarlo por vías inconstitucionales? ¿Quién arriesgaría la paz de la nación por ocho meses, sabiendo que ese lapso es breve para acordarse en la Mesa de Dialogo sobre un nuevo CNE, sobre la depuración y actualización del Registro Electoral Permanente, y sobre los mecanismos concretos de las elecciones por venir? Sea cual sea el resultado del Referéndum Revocatorio, el país que amanezca a ese día será un país de una inmensa solidez institucional, sería un país que se habría probado a sí mismo y frente al resto de la comunidad internacional. Si el presidente Chávez es revocado en el mando, como lo crees tú, la Constitución por la cual él tanto luchó habría quedado instalada en la conciencia del pueblo como un implacable y eficaz instrumento de gobierno, y si queda ratificado en el mando, como lo creo yo, la oposición simplemente tendría tres años más para preparar la propuesta alternativa de país que hoy no tiene, pero en ambos casos la paz se habría preservado y el fortalecimiento del Estado de Derecho nos daría a todos sus beneficios.
Por el contrario, de imponerse la arrempujadera criminal que estamos presenciando, ese país que fue capaz de imponer a su Presidente por sobre el Golpe de Estado que lo derrocó en abril, ese país negado por los Medios de Comunicación Social, habría aprendido de la meritocrática gerencia de PDVSA una macabra lección: se vale todo.
En otro orden de ideas, quiero poner en tu consideración las declaraciones dadas a El Universal correspondiente al domingo 01-12-2002 por el diputado a la Asamblea Nacional Henry Ramos Allup (de Acción Democrática) de acuerdo a las cuales los militares de la Plaza Francia no creen en ningunas elecciones, y tras el derrocamiento del Presidente que persiguen, lo que tienen previsto es un trienio de Junta de Gobierno para deschavizar a Venezuela.
Me conoces lo suficiente para saber que no soy amigo de protocolos ni diplomacias, y que mi deseo de la mejor Navidad posible para ti y tu familia es extensivo a todo el país. Además, como sabes, yo si creo en el Niño Jesús, y le pedí que nos ayude a salir de esta venenosa incertidumbre.