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Latinoamérica

29 de diciembre del 2002

El XI Encuentro del Foro de Sâo Paulo en Antigua, Guatemala
Vientos de cambio en América Latina

Niko Schvarz
Bitácora

Ya Nicaragua en 1992 y 2000, y El Salvador en 1996, habían sido sede de anteriores encuentros del Foro de Sâo Paulo. Ahora, del 2 al 4 de diciembre 2002, Guatemala completó el terceto centroamericano. Desde la reunión fundacional de 1990 en San Pablo, el Foro se trasladó a Ciudad de México en 1991 y 1998, La Habana en 1993 y 2001, Montevideo en 1995 y Porto Alegre en 1997. Veamos lo nuevo del XI Encuentro celebrado en el país del quetzal.
Las contundentes victorias electorales de la izquierda y la conquista de la presidencia en Brasil y Ecuador, así como los avances en Bolivia, dieron el tono a la reunión. El panorama continental sufrió un vuelco sustancial. Soplan vientos de cambio en América Latina. Esto es lo que la distingue del resto del mundo. Sobre esta base se asentó el XI Encuentro.
La izquierda en el gobierno
Lula Presidente con más de 52 millones de votos, su victoria en 25 de los 26 estados y el DF, reafirman la validez de una política de alianzas de máxima amplitud y profundidad (se dijo que Lula había batido el record mundial en política de alianzas). Significa un punto de inflexión en el continente. La esperanza venció al temor. El "sí se puede" prevaleció sobre el pensamiento único. Triunfo moral contra la corrupción, punto de encuentro entre la ética y la política, la voluntad de cambio abarcó todo el país e irradió al continente una perspectiva esperanzadora para las luchas contra el neoliberalismo en general y las privatizaciones en particular.
A esto se suma la conquista de la presidencia de Ecuador por parte de Lucio Gutiérrez como candidato de la Sociedad Patriótica 21 de enero y el movimiento indígena Pachakutik, así como el avance electoral sin precedentes alcanzado por el movimiento indígena, campesino, popular y de izquierda boliviano mediante la candidatura de Evo Morales. En conjunto, estos hechos erosionan la credibilidad del neoliberalismo en la conciencia de vastos sectores de la población, constituyéndose en una victoria intelectual sobre el pensamiento que pretendió enseñorearse del mundo.
Estos conceptos están estampados en el documento base elaborado en la reunión de Montevideo previa al encuentro de Antigua, que los organizadores de la URNG reprodujeron en folletos en español e inglés. También están recogidos en términos ceñidos en la Declaración final. Entre uno y otro se registró un agudo proceso de discusión. Las organizaciones integrantes del FSP cubren un arco muy variado, con ideologías y visiones diferenciadas, cada una con su propia historia y sus tradiciones. Lo notable de este proceso, típico de América Latina y uno de sus aportes peculiares al proceso de configuración de las fuerzas políticas y sociales del cambio, es que a lo largo de 12 años se logró hacer confluir estas diversas corrientes en un cauce único. El método ha sido invariablemente el debate abierto, lo que no ha excluido rispideces, salidas de tono, confrontaciones variadas. Lo mismo aconteció en este caso. No todos los partidos tenían idéntica percepción de la magnitud del cambio fenomenal que se está gestando en América Latina. Se había asimilado sí el hecho de que la izquierda tuviera en sus manos gobiernos locales y regionales, que hubiera patentado -también como una contribución de significado mundial- los presupuestos participativos y otras formas de actuación directa de las colectividades. Nunca que tuviera en sus manos el gobierno nacional, y menos en un país de enorme magnitud. Quizá por eso abundaron las prevenciones, las incertidumbres, las dudas sobre el futuro inmediato, contrastando con la actitud sobria, mesurada pero de gran firmeza de los delegados del PT, abocado de lleno a la tarea de conformar el abanico de alianzas políticas y sociales que le permitirán cumplir a partir del 1º de enero los puntos prioritarios de su programa.
Se alegó en algún caso que el PT había cambiado, "moderado" o mediatizado su programa ante la presión de fuerzas externas como los organismos financieros internacionales. Estas insinuaciones tuvieron condigna respuesta por parte de los delegados del PT, mostrando que sus gestiones actuales se encaminan a dar viabilidad a su programa en forma cabal. El caso del ALCA fue ilustrativo, como veremos.
Si actitudes de este tipo afloraban en partidos de la región, en los partidos europeos invitados al Encuentro la incomprensión era mucho mayor. Creo que no percibían la naturaleza y la dimensión de los cambios. Medían fenómenos cualitativamente nuevos con los viejos cartabones. Es la impresión que recogí de una reunión con delegados de la GUE/NGL (Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica), una de las tres corrientes representadas en el Parlamento europeo. En tales casos, con variaciones sobre el tema, se concluía en la práctica imposibilidad de aplicar el programa de cambios. Actitud que se acompañaba de una sugestiva falta de autocrítica acerca de su propia actuación política y de la situación a que ha conducido a Europa. Ni siquiera admitían su reponsabilidad en la proliferación de candidaturas de la izquierda en la última elección francesa, determinante de que el contendor de Chirac fuera Le Pen y no Jospin.
En el bagaje de experiencias que nos lega el PT, está la política de alianzas en sus varias dimensiones, lo que reviste una importancia creciente cuando se analiza el sujeto social de los cambios, y que amerita un análisis a fondo. En esa fuente todos podemos abrevar. Los europeos también.
De paso, me parece desenfocado el planteo de Lucía Luna publicado en la anterior edición. No sólo porque busca paralelos artificiosos entre tendencias y líderes muy diferentes (y en algún caso directamente antagónicos) sino además porque se afilia a la falsa tesis de la "moderación" del programa de Lula.
Una alternativa al ALCA
Esto se vio en el debate sobre el ALCA. Integrantes de la comitiva de Lula en su reunión con Duhalde el 2 de diciembre volaron de Buenos Aires a Guatemala trayendo la buena nueva de la reafirmación del Mercosur y del impulso a las instancias regionales de integración, en la perspectiva de una Comunidad Latinoamericana de Naciones. De la capital argentina llegaron también iniciativas de profundizar la integración mediante la creación de parlamentos regionales por elección directa, de convergencia de políticas industriales y agrícolas activas, de políticas sociales unificadas, de avanzar hacia una ciudadanía del Mercosur (se habló incluso de moneda común) y de incorporación plena de Chile y Bolivia.
En cuanto al ALCA, lejos de modificar o rebajar la posición del PT se agrega un nuevo frente de lucha ya que, en la presidencia conjunta de Brasil y EEUU durante las próximas negociaciones, el primero (tal cual declaró Lula) defenderá los intereses de su país -en términos generales coincidentes con los del continente- con la misma tenacidad con que EEUU defiende los suyos (léase subsidios agrícolas, gravámenes a las importaciones de acero, etc.), todo ello sobre la base de que "el ALCA tal como fue propuesto por EEUU constituye un plan de anexión y no un acuerdo de verdadera integración para las Américas" (punto 11 de la Declaración). Por si algo faltara, los campesinos irrumpiendo a caballo en el Congreso de México muestran hasta qué punto el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, inspirador del ALCA, destruyó la agricultura mexicana. Es un espejo en que mirarse.
La sufrida Guatemala
En Guatemala recordamos la revolución de octubre 1944, Arévalo y Arbenz (después exiliado en Montevideo), las expropiaciones de la United Fruit, Foster Dulles en Caracas, la dignidad de Toriello, la invasión de Castillo Armas, la presencia del Ché, el genocidio de las dictaduras militares, el alzamiento de los cuatro frentes guerrilleros y su unificación, los acuerdos de paz, la lucha por su cumplimiento y la campaña electoral de la URNG. Y vimos el verdadero rostro de la América indígena.
(*) Periodista. Asistió a la reunión que se realizó en la ciudad de Antigua (Guatemala) en conjunto con arquitecto Hugo Rodríguez, secretario de Asuntos Internacionales del PS uruguayo (Nota del suplemento Bitácora de Montevideo)