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Latinoamérica

11 de diciembre del 2002

Venezuela: Entre la Cuarta y la Quinta República

Reinaldo Bolívar
Rebelión
La transición
En 1997, la exreina de belleza Irene Sáez aún disfrutaba de un primer lugar en las encuestadoras venezolanas, cuya fama de poner a ganar a quien mejor pague es tan reconocida como la belleza de Irene. El 97 era el cuarto año del 2º gobierno de Rafael Caldera ex líder fundador del Partido Social Cristiano COPEI, de donde sale para fundar Convergencia. Ganó las elecciones de 1993, en estrechas y reñidas elecciones donde por primera vez, cuatro candidatos se disputan el primer lugar. Con una abstención de 60%, es proclamado con un 25% de los votos emitidos. El viejo político, se montó sobre el discurso de descontento y de cambio del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, quien había intentado acceder al poder político en 1992 a través de un golpe de estado. Esto le costó 20 años de cárcel, pero paradójicamente fue indultado por Caldera, cuando cumplía dos años de prisión a fin de evitar una crisis política.
Ya libre, HCF recorre cada rincón del país. En la segundad mitad del 97, el militar retirado se coloca en los primeros lugares de las preferencias electorales. Su ascenso se sostiene en la crisis socioeconómica que no pudieron superar los variados planes económico calderistas. Ni la inflación ni el desempleo cedieron; mientras que el precio del petróleo, principal producto de exportación del país, caía por debajo de los 10 dólares, lo que obligó a imponer un impuesto al consumo de 16% y de 0,75% al débito bancario. Las protestas sociales de trabajadores y estudiantes se incrementan y son fuertemente reprimidas por las fuerzas del estado. El año concluye con la apertura petrolera que posibilitó el regreso, luego de 25 años, de las trasnacionales petroleras. Crecen las denuncias y comentarios sobre corrupción que señalaban incluso a familiares del viejo Presidente.
El bipartidismo hace mutis
En 1998, se caldean los ánimos electorales. Por un lado, los socialdemócratas de AD se preparan para recuperar la presidencia del país con el llamado "Caudillo" Luis Alfaro Ucero, Secretario General de la organización y que lucía como jefe indiscutido de esa tolda; de otro lado los socialcristianos COPEI, capitaneados por el ex presidente Luis Herrera Campins, imponen la tesis de un candidato extrapartido. Al final en elecciones de segundo grado, Irene Sáez se impone sobre Eduardo Fernández, quien ya había sido candidato presidencial y que venía de otra derrota interna en 1993. No obstante, las entrañas del país se sacudían con el crecimiento sostenido de la candidatura de Chávez que prometía una reforma constitucional para cambiar las agotadas instituciones. HCF es obligado por la ley electoral a cambiar las siglas del Movimiento Bolivariano 200 (MBR200), por Movimiento Quinta República (MVR), una maquinaria electoral a la cual se unieron el Movimiento Al Socialismo MAS —que eligió al candidato en una consulta interna en la cual participó Enrique Salas Römer—, Patria Para Todos (PPT) y los pequeños partidos de izquierda.
Para el segundo semestre de 1998, la crisis económica y política del país se acrecienta. La candidata de COPEI se desinfla; el de AD no logra remontar los sondeos, a pesar de los gastos multimillonarios en imagen; Salas Römer quien había sido rechazado por el partido COPEI, aparecía en el escenario por encima de los aspirantes del bipartidismo mientras que Chávez coronaba el primer lugar, aún en las encuestadoras más adversas. Esta situación trastornó las estructuras de los partiditos tradicionales, los cuales en una decisión histórica desplazaron a sus candidatos. El propio Alfaro Ucero fue expulsado de AD, su jefe de campaña, el entonces Alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, se encarga de anunciar públicamente la expulsión de su ex jefe, a quien había jurado hacer Presidente de la República. Por primera vez en 40 años, las toldas políticas tradicionales renuncian a disputar la primera magistratura y se ponen al servicio incondicional del ex gobernador Salas Römer. Cabe destacar que la decisión bipartidista se toma a última hora, por lo que no da tiempo siquiera a que la cara de Salas Römer aparezca en las tarjetas electorales de sus nuevos postulantes.
En un intento de detener a Chávez, o al menos no perder en todos los poderes, el Congreso, de mayoría derechista, aprueba una apresurada reforma electoral que separaba de las elecciones generales los escrutinios parlamentarios, de gobernadores y alcaldes. Esto le permitió mantener una importante cuota en esos poderes, pero no evitó el triunfo del militar retirado con casi 60% de los votos emitidos. Concluía así definitivamente el dominio bipartidista en la política nacional.
De su seno surgen organizaciones que huyen de su desprestigio: Proyecto Venezuela, Convergencia, Alianza Bravo Pueblo y Primero Justicia.
La V República
El 2 de febrero, en su discurso de toma de posesión, el Presidente HCF, convoca a un referéndum a fin de conformar una Asamblea Constituyente que redactará una nueva Constitución Nacional. Es el inicio de un histórico año electoral de profundos cambios en las instituciones republicanas. Una etapa inédita en la historia de Venezuela. Los bolivarianos triunfan en todos las votaciones de ese año: El "SI" para la reforma, el 95% de los delegados a la Asamblea Constituyente y el "SI" para la nueva Constitución, con 73%. Este último plebiscito hecho en medio de la tragedia más grande que haya sufrido país alguno en Sur América, como fue el deslave que arrasó con el Estado Vargas, y afectó a otras entidades como Miranda y el Distrito Federal. Fue una tragedia que puso a prueba la capacidad de respuesta del nuevo gobierno, la cual ha sido calificada con el tiempo de acertada por la forma eficiente como se trataron a las familias que quedaron sin casa y por los planes de recuperación que se han implementado en Vargas.
La nueva Constitución disuelve y crea poderes públicos. El congreso bicameral da paso a una Asamblea Nacional unicameral; la Corte Suprema de Justicia, aumenta sus salas de 3 a 5 y adopta el nombre de Tribunal Supremo de Justicia; nace el Poder Ciudadano conformado por la Fiscalía, la Contraloría y, la Defensoría del Pueblo una nueva instancia; el quinto poder será el Electoral. La Constitución Bolivariana, otorgó al ciudadano nuevos derechos y garantías y recogió aspiraciones legales de trabajadores, profesionales, mujeres, niños, familia y comunidades aborígenes. Se incorporan nuevos mecanismos de participación ciudadana como los referendos consultivo, revocatorio y aprobatorio. El término V República se hace común en el léxico de los venezolanos para diferenciar el nuevo período del terminado en el 98, al que por contraposición denominan "la cuarta". La nación acoge el nombre de República Bolivariana de Venezuela. La Constitución ordena la relegitimación de todos los poderes.
La agenda internacional, se centra en una agresiva diplomacia presidencial que reedita la doctrina del pluralismo ideológico tercermundista de los años 1970, pero teniendo como epicentro lo económico, concretamente la intención de reposicionar a la OPEP como cartel regulador de los precios petroleros. En lo adelante, la multipolaridad guiará la política exterior del país, estrategia que irrita a personalidades influyentes de los Estados Unidos principal socio comercial del país. Esta incidencia será aprovechada políticamente por los adversarios del oficialismo. No obstante, la diplomacia energética dará sus frutos con el aumento sustancial del precio del barril petrolero.
A fines de años, se produce el primer rompimiento importante del chavismo, cuando al no alcanzar sus pretensiones burocráticas y por diferencias con el ala civil del MVR, afecta a Luis Miquelena, se retiran los compañeros de 1992 de Chávez encabezados por Francisco Arias Cárdenas, gobernador del Estado Zulia.
La oposición intenta reagruparse
Los cambios generan fuerte resistencia en los anteriores detentadores del poder político. El primer semestre del 2000 es de transición, mientras se realizan las elecciones. Una comisión legislativa surgida del seno de la Asamblea Constituyente asume el poder legislativo. En la oportunidad de la convocatoria a elecciones generales para relegitimar los poderes, se reconforma una unidad electoral antichavista que sigue la línea de la creada en 1998. El candidato proviene de la disidencia bolivariana: Arias Cárdenas, quien se hace al ruedo con un discurso grotesco y ofensivo contra su hasta hace meses "hermano del alma". También el PPT, se distancia temporalmente del Presidente, merced a diferencia con su secretario general Pablo Medina, quien a la postré se iría definitivamente de su partido, abandonando sus ideales de izquierda para convertirse en un opositor de ultraderecha.
Un elemento se hace evidente en la nueva situación política del país. Ante la crisis de los partidos, los medios de comunicación privados, la jerarquía católica, asociaciones civiles de la clase media y alta y la patronal FEDECAMARAS se lanzan abiertamente a la palestra política, usando como núcleo de campaña las simpatías presidenciales por líderes internacionales enemigos de los Estados Unidos, así como los cuestionamientos a la conformación del Poder Electoral. Sin embargo, el Presidente es reelecto con más votos que en 1998. El chavismo obtiene la mayoría de las gobernaciones, las alcaldías y la Asamblea Nacional, en alianza con el MAS.
El gobierno implementa el Plan Bolívar 2000 que involucra a los militares en obras sociales; aplica un audaz programa de construcción y reconstrucción de escuelas públicas que denomina Escuelas Bolivarianas, centros escolares que vuelven al régimen de turno completo con educación integral y atención gratuita al escolar. Esto genera un aumento en la matricula y la reinserción al sistema educativo de niños y jóvenes desertores. Sin embargo, se recibirían las primeras denuncias por corrupción en los manejos de los dineros destinados a los planes sociales. Más adelante, se descubriría que altos oficiales que estuvieron frente a estos planes sí cometieron irregularidades y abandonarían el proyecto bolivariano para irse con la oposición.
El Presidente participa protagónicamente en los acuerdos de integración como la Comunidad Andina de Naciones. Sus críticas a la propuesta de ALCA y su intención de ingresar como miembro asociado del MERCOSUR generan polémicas reacciones internacionales y sectores académicos y de oposición. En el ámbito petrolero la balanza de pagos continuaba en alza. El gobierno controla los indicadores macroeconómicos como la inflación, el tipo de cambio.
Multilaterales como el Proyecto de Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD), registran una disminución de la pobreza y de la mortalidad infantil de Venezuela.
Pero, no obstante, la bonanza petrolera y un tipo de cambio bajo no contribuyen a transformar la actitud rentista de los empresarios venezolanos dedicados principalmente a la importación y reventa de productos manufacturados, lo cual ha incidido negativamente en el crecimiento del PIB y en el empleo. Este año, el gobierno central acelera la apertura de las comunicaciones, lo cual incrementa las inversiones extranjeras. La Asamblea Nacional le otorga una nueva Ley Habilitante que lo faculta para elaborar un paquete de 49 leyes socioeconómicas.
El año concluye con las elecciones municipales y un referéndum que ordena la reestructuración de los sindicatos, a fin de que sean electos por la base. Entre las principales críticas al gobierno cobra la fuerza la carencia de una efectiva política comunicacional.
Las alianzas antihistóricas
El 2001 transcurre en medio de un candente debate sindical. Se instalan los representantes del Poder Ciudadano y del Tribunal Supremo de Justicia, designados por la mayoría oficial en alianza con los partidos AD, COPEI y Proyecto Venezuela. El gobierno prosigue con sus políticas económicas y sus programas sociales dirigidos a las clases populares; subsidios a la clase media como el auto popular e intereses preferenciales para adquirir vivienda. Se fundan varios bancos de corte popular. Una oposición sin plataforma programática, centra su estrategia en debilitar la relación Presidente-Fuerza Armada, acusando al ejecutivo de relaciones con la guerrilla colombiana. Chávez se acerca de nuevo al partido PPT con quien intenta conquistar la jefatura de la CTV. No obstante, este objetivo no es alcanzado y en cuestionadas elecciones, la central sindical queda en manos de políticos radicales antigobierno que contra el devenir histórico hacen una alianza con su rival natural FEDECAMARAS para implementar el primer paro obrero-patronal de la historia de la nación tomando como motivo principal el rechazo a la aprobación de la 49 leyes entre las que se encontraban la revolucionaria Ley de Tierras, la de Pesca y Microfinanzas. Por su parte, la oposición, capitaliza las poco diplomáticas —aunque solidarias y humanas— opiniones presidenciales sobre los acontecimientos terroristas en EEUU y la guerra unilateral de este país contra Afganistán. Las relaciones con EEUU llegan a una mayor tensión desde la década de los 70, ayudadas por el lobby que hacen personeros venezolanos antichavistas en Washington.
El paro contó con la militancia de la jerarquía católica. Esta acción, la primera hecha con verdadera contundencia por los sectores antioficialistas, da lugar a una sucesión de manifestaciones públicas en pro y en contra del gobierno de Hugo Chávez centradas principalmente en Caracas. Sin embargo, el Presidente, en cumplimiento con los reclamos populares, continúa la promulgación de las leyes. Para muchos analistas la verdadera revolución del comandante Chávez, radica en estas leyes y de allí el rechazo de los sectores más poderosos del país y su alianza estratégica.
La violenta polarización
El paro de diciembre encontró oxidada a la maquinaria política de V República y sus aliados entretenidos más en cuestiones internas y descuidando "la calle". Por otra parte, el sector miquelenista comienza a distanciarse (4 diputados), cuestión que se concreta en los meses siguientes. El primer trimestre del 2002, supera cualquier campaña electoral por las posiciones radicales, aún siendo el primer año sin elecciones en la V República.
La crisis norteamericana afecta los precios petroleros, lo cual causa problemas en la economía nacional. Igualmente, desde el paro decembrino, se empezó a producir una inmensa fuga de capitales, que hizo al gobierno abandonar el sistema de bandas cambiarias. El gobierno, para buscar recurso recurre a nuevos impuestos. Los frentes opositores conforman una alianza con el objeto de forzar la salida adelantada del Presidente Chávez. Para lograrlo realizan una serie de movilizaciones, así como pronunciamientos mediáticos de altos oficiales que desconocen la autoridad presidencial, todo ello unido con las demandas reivindicativas de los ejecutivos de PDVSA, la primera empresa del país que usando la bandera de la meritocracia —que ha cubierto los múltiples problemas de PDVSA— logran activar a la hasta entonces desmovilizada oposición.
La acción lleva a un nuevo paro CTV-FEDECAMARAS que decretan indefinido y con intenciones no ocultas de "ir a una transición". Este ambiente caldeado concluye en una rebelión cívico militar, encubierta en los sangrientos hechos del 11, 12 y 13 de abril, manipulados mediáticamente. El país vive en apenas dos días el arribo al poder del Presidente de los empresarios quien es apoyado por un grupo de generales, partidos de derecha, jerarquía católica, la dirigencia de la CTV y los magnates de la comunicación. El presidente de facto, mediante un decreto intenta destruir el edificio institucional construido con la Constitución Bolivariana. Todo esto es trasmitido por la TV (salvo la estatal que fue sacada del aire), pero no sería así con el regreso de Chávez gracias a la toma de calles, cuarteles militares por miles de venezolanos que salieron a restituir la vigencia de la Constitución. A su regreso el Presidente convocó a un gran diálogo nacional con facilitadores internacionales como el Centro Carter, el PNUD y la OEA, sin embargo los partidos opuestos no han secundado esta iniciativa.
El golpe de estado fue condenado por la comunidad internacional: Países y Multilaterales.
Internamente, el Poder Legislativo y el Ciudadano determinaron lo ocurrido y solicitaron juicio a los golpistas, sin embargo el Tribunal Supremo de Justicia, en polémica decisión política, negó el enjuiciamiento de los militares que planificaron y ejecutaron la rebelión militar como fue demostrado públicamente por un corresponsal de CNN que fue testigo de excepción de la acción. La situación política del país se ha polarizado sensiblemente, lo que mantiene a la nación a la expectativa con las consecuencias en las relaciones económicas internacionales que esto significa. Ahora bien, es necesario precisar que el foco central de esta polarización es la capital, Caracas, y en ella el este de la ciudad, desde donde los canales comerciales venden la idea al mundo de una Venezuela políticamente violenta, lo cual está muy lejos de realidades latinoamericanas o en otras regiones del mundo, lo cual parecen haber logrado.
Luego del golpe, el gobierno central redobla sus iniciativas sociales, cambia el tren ministerial y se produce un impactante acercamiento hacia los sindicatos de trabajadores los cuales rechazan las acciones huelgarias de corte político de la CYV y FEDECAMARAS, lo cual hace fracasar un tercer paro. Las principales federaciones como son los empleados públicos, transporte, petroleros y empresas básicas del país que constituyen el 85% del PIB, desconocen en acto público a la CTV. Todo ello en medio del proceso de facilitación y diálogo propulsado por el propio gobierno y que cuenta con la presencia como facilitador de César Gaviria, invitado por el gobierno y que ejerce su función en medio de una convocatoria a paro indefinido sin mayores resultados pero que intenta apoyarse en la insubordinación de parte de la nómina mayor de PDVSA a través de acciones de sabataje a refinerías y buques. Estas acciones han sido magnificada por los medios de comunicación que de manera alarmante han interrumpido su programación para dedicarse a crear un clima de permanente agitación. La población ha comenzado a rechazar en la calle tales conductas, sin emargo hay quienes han caído en la guerra sicológica de los medios.
Perspectivas
Sectores radicalizados de la oposición, siguen aferrados a una salida extemporánea del jefe de Estado, sea por participación militar, decisión judicial, legislativa, por ahorcamiento económico del país o por un fraude constitucional. Los menos radicales proponen una enmienda constitucional o adelanto de elecciones presidenciales. Sin embargo, expertos en el tema coinciden en que la oposición en realidad, no está tan interesada en una salida electoral debido a la fuerza de Chávez quien, incluso en las encuestas adversas, no baja de 30%, lo que se traduciría en un caudal de votos similar a su reelección en el 2000, si se considera una abstención del 45%, aún presentándose los sectores contrarios con un candidato único.
Los grupos oficiales, con el apoyo internacional se inclinan por soluciones constitucionales como la activación de los referendos que prevé la Carta Magna, pero de acuerdo a la letra constitucional. Este escenario se aplicaría para el próximo año. Lo que plantea dos caminos para los venezolanos: Una revocatoria del mandato de Hugo Chávez que colocaría a la heterogénea oposición en el dilema de buscar un líder único entre sus numerosos dirigentes; o una confirmación del mandato reglamentario del actual Presidente de la República, lo que genera el interrogante de sí la oposición aceptará estos resultados y de sí el gobierno hará valer el continuo respaldo popular que entre otras cosas reclama más acciones de gobernabilidad. De otra parte, en conclaves opositores se reconoce el papel de las multitudes que siguen al Presidente, las cuales demostraron el 12 y 13 de abril que no sólo lo respaldan con votos, sino que están dispuestas a hacerse espontáneamente a las calles por defenderlo como unificador del proceso de cambios que atraviesa el país. Son muchedumbres cuyas personas en los últimos tres años, mediante las habilidades comunicativas de Chávez y las organizaciones de Círculos Bolivarianos se han acercado a la compresión y praxis de sus derechos fundamentales. Sin duda alguna, el sentimiento popular es el gran capital que respalda a Hugo Chávez Frías y su revolución bolivariana.
En el ambiente flota con fuerza la necesidad de una reestructuración transparente del Poder Judicial, Electoral y Ciudadano a fin de que su idóneo funcionamiento, además de autonomía, ofrezca a la ciudadanía instituciones incuestionables que hagan realidad el gran proyecto que significa la Constitución Bolivariana de 1999.



Reinaldo Bolívar es Licenciado en Estudios Internacionales. Postgrado en Relaciones Internacionales Contemporáneas y Economía Internacional. Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela. Escritor y Columnista de Prensa. Editor de la Revista Venezolana de Estudios Internacionales y Director de la Revista Literaria Asteriscos.