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Latinoamérica

30 de noviembre del 2002

Chile: Entrevista a Domingo Marileo, dirigente mapuche
"Este gobierno es una dictadura camuflada"

El Siglo

El dirigente mapuche, de la misma zona a la que pertenecía el joven Edmundo Lemún que a sus 17 años encontró la muerte en medio de la ola de represión policial que ha encendido toda la región, destaca que "nunca antes la solidaridad con esta lucha fue tan importante", y está convencido de que la lucha del pueblo mapuche está dando un nuevo paso de significación histórica.
-Usted ha señalado que el conflicto mapuche en los últimos días ha dado pasos históricos. ¿A qué se refiere?
"Me refiero a que pasamos a una nueva etapa de maduración de problemas que se venían agudizando desde mucho tiempo, frente a los que el movimiento mapuche comienza a darse otras formas de organización para contrarrestar el modelo económico neoliberal que se está aplicando a fondo en el gobierno de Lagos.
De nada han servido los eslogan de que somos un país de equidad o de que aquí hay democracia. Han tirado por la borda todo lo que nos vendieron durante tanto tiempo a través de los medios de comunicación.
La calma y la paciencia están llegando a su fin, los mapuches ya no resisten seguir esperando y surge como necesidad la creación de un nuevo movimiento. Con el asesinato del hermano Lemún se aceleró este proceso, pero esto venía avanzando desde hace tiempo en torno a la coordinación para hacer frente a lo de Ralco, a la solidaridad con los hermanos presos -los loncos Pascual Pichún, Aniceto Norín, y otros nueve detenidos. Entonces, hay un proceso que se expresa con mayor claridad después de la muerte del hermano producto del ensañamiento de carabineros, porque ahora está más claro que el proyectil lo dispararon ellos.
Estamos en una nueva etapa, y creo que esto tendrá una proyección. Las organizaciones irán buscando los puntos de coincidencia que nos permitan aunar al movimiento mapuche y hacer una lucha de más largo plazo, estratégica, con un proyecto de sociedad mapuche donde esté presente el desarrollo en todos los aspectos".
-¿Eso se refleja en el manifiesto con la firma de 27 organizaciones? Se ha dicho que algo así no se había dado antes.
"En otros períodos también hubo una amplia unidad. Por ejemplo, durante la Unidad Popular el movimiento mapuche también se unió en torno al programa de Salvador Allende, que era un proyecto político. Eso se destruyó por todo lo que conocemos del golpe de Estado. Después hubo otro periodo -el de la dictadura militar- donde la Admapu concitó un tremendo apoyo que culminó en un gran movimiento para lograr una ley indígena, también bajo un proyecto político de democratización del país. Luego vino la Concertación, y como no se cumplió con lo que planteaba su programa, el movimiento volvió a destruirse.
Por eso yo soy un convencido de que hoy se necesita un nuevo proyecto político de sociedad para Chile, que resuelva los temas de fondo de la democracia, la participación y la solución de las demandas mapuches en el plano económico, político y social. Eso va a generar un nuevo movimiento mapuche que responda a estas circunstancias".
-La solidaridad de otros sectores con el pueblo mapuche parece haber dado un salto.
"Me siento realmente impresionado por esta nueva generación que asume en la vida política nacional, y por el tremendo apoyo que existe hacia la lucha del pueblo mapuche. Nunca la solidaridad fue tan importante como ahora, uno lo ve en las calles. Hay un momento curioso, como que la sociedad chilena se está encontrando con sus raíces, como que con esto recobra su identidad, esta raíz que se había extirpado en el pueblo. Hay otro aire que corre, por eso es que no podemos farrearnos este momento. Esa es la responsabilidad que nos cabe de generar un momento nuevo y discutir. Yo veo con mucho optimismo este proceso".
-Pero también se seguirá profundizando el marco represivo. ¿Cómo van a responder?
"Todavía falta más unidad y protagonismo mapuche, porque el gobierno demuestra lo que es: una dictadura camuflada. En la zona hay autoridades profundamente racistas, como el gobernador Isaac Vergara. El estaba subrogando al intendente y tenía todo en sus manos para retirar a los carabineros y permitir que pasara la marcha. La voluntad política de esta gente del gobierno es la que nos echa a los carabineros encima. Ellos se protegen en los carabineros".
-Entonces podrían generarse hechos todavía más graves…
"El movimiento va a crecer y la lucha va a continuar, pero esto también va a tomar su tiempo. Yo creo que hay que organizarse más, y no creo que sea una cosa incontrolable. Eso también depende de la seriedad de los dirigentes, porque tenemos que asumir la lucha con responsabilidad. Yo quiero ser serio en esta lucha. No se trata de echarle para adelante contra cualquier cosa".
-También han surgido acusaciones de que los carabineros, en los hechos, se han convertido en una especie de guardia de las empresas forestales e hidroeléctricas que están en conflicto con los mapuches.
"No me sorprende tanto, porque si yo soy gobierno y tengo compromisos políticos con las empresas, tengo que trabajar con Carabineros en esa dirección. Así es el proceso político que se está viviendo: el problema está en el modelo y su sistema. Por eso se hace necesario desarrollar una correlación política que logre poner en jaque al modelo. Este no es ya un problema técnico ni jurídico, sino un problema político que requiere de un nuevo proyecto de sociedad para desarrollar el país. Lo que se requiere no es un reformismo, sino cambios de fondo impulsados por un conjunto de fuerzas".