10 de diciembre del 2002
Colombia: Comportamientos antiéticos en manejos comerciales de las multinacionales
La apertura y la globalización de la miseria en el sector lechero
Oscar Varón, El Nuevo Día
Reproducimos estas declaraciones de Angel María Caballero, presidente
de la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria, denunciando
las actividades ilícitas de la multinacional Nestlé, que trae leche
de Uruguay y la remarca para ocultar su origen y su vigencia vencida. Estas declaraciones
cobran nueva actualidad porque el periódico El Tiempo de hoy sábado
7 de diciembre, p. 1-15, registra que a las 200 toneladas de leche decomisadas
en la semana anterior, se suman otras 120 toneladas, decomisadas cuando nuevamente
estaban en proceso de reetiquetado para simular que fueron producidas dentro del
país y para ocultar que se trata de leche vencida no apta para consumo
humano. Estos hechos revelan la corrupción de las multinacionales que juegan
con la salud humana con tal de realizar grandes ganancias. Veamos las declaraciones:
MOIR
Después de conocerse la noticia de la incautación de leche
en polvo en el municipio de la Tebaida en el Quindío por parte del DAS,
el movimiento por la Salvación Agropecuaria de Colombia realizó
serios cuestionamientos sobre estas prácticas anticomerciales, que lesionan
la salud de los colombianos, a la vez que sucumben el sector y la producción
nacional.
Observaciones
Sobre este caso, habrá que hacer un análisis sobre la cantidad,
calidad, la procedencia y el impacto sobre el mercado nacional, ya que los procesos
de importación de las multinacionales de la leche, caso Nestlé,
al parecer, compran a muy bajo costo en otros países productos de dudosa
calidad. Sin embargo, a la hora de ser vendidos en el país, los precios
nunca son reducidos en su valor.
"La cantidad de leche que importó Nestlé de los mercados de Uruguay
y Argentina fueron cuatro mil 886 toneladas de leche en polvo, lo cual equivale
a 37 millones 622 mil 200 litros de leche fresca.
Ahora bien, el promedio de consumo nacional per cápita es de 130 litros
al año en el país; es decir, que si realizamos la división
encontramos que con esa cantidad se podría alimentar por lo menos a 284
mil 615 personas durante un año, es decir la población de una ciudad
mediana en el país", precisó Ángel María Caballero,
quien dejó notar su indignación por estas acciones con las cuales
se ha dejado de apoyar al sector lechero nacional.
Por otra parte, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos,
Sinaltrainal, denunció que Nestlé dejó de comprar cerca de
116 millones de litros de leche fresca, que en buena parte pudieron generar ingresos
del sector nacional. En cambio, esta compañía importó este
producto en polvo procedente de Europa.
"El solo hecho de dejar de producir leche en el país, por comprarla en
el exterior es un acto escandaloso, mucho más si se tiene en cuenta que
los 116 millones que se dejaron de negociar, hubiesen generado el abastecimiento
humano de 892 mil personas en un año, es decir una población igual
o superior a dos veces Ibagué.
"Sin embargo, lo más terrible es el impacto para los productores, ya que
esta cifra dividida en los 450 mil productores de leche arroja como resultado
que se dejaron de comprar 257 litros a los productores nacionales", indicó
Caballero.
Sin calidad
La denuncia, sobre el caso de La Tebaida, tiene unas connotaciones especiales,
pues además de haber salido de la Presidencia de la República, a
través de un comunicado del DAS, indica que las multinacionales están
más interesadas en lucrar sus bolsillos sin importar a que costo.
En este caso, la leche viene de la empresa Pronapole que es de fabricación
uruguaya, cuyos stickers tenían vencimiento de 31 de agosto de 2001 y 20
de febrero de 2002. El negocio consistía en cambiarle la fecha de vencimiento
nueva y vender este producto.
Un nuevo análisis del tema señala que los ocho mil 904 bultos decomisados,
son equivalentes a 200 toneladas de leche; sin aclararse aún dónde
se encuentran el resto de las cuatro mil 600 toneladas importadas del sur del
continente.
"Lo deplorable en este caso es que la leche entró por Buenaventura supuestamente
de forma legal y con licencia sin ser revisada por el Invima; y lo peor de todo
es que ese producto que es vencido, es consumido por el pueblo colombiano, violando
con ello las reglas de salubridad e higiene en pactos de carácter comercial.
"Lo anterior impacta sobre la salud de los colombianos; de la misma forma afecta
la economía agraria, pues a partir de 1996 las empresas colombianas vienen
siendo absorbidas por el capital extranjero, de esta forma, Nestlé compró
a Cicolac, Parmalat a Proleche y Danone a Noel. Mi pregunta es qué tan
efectivos han sido los controles durante todo este tiempo.
"También, esta situación perjudicó la producción nacional,
pues el país produce cinco mil 100 millones de litros de leche al año,
lo que equivale a cuatro billones de pesos, es decir dos veces el recaudo de la
reforma tributaria en su primer período.
Este valor dividido en el consumo per cápita alcanzaría para alimentar
39 millones de personas, como quien dice somos autosuficientes en leche y, sin
embargo, le hemos dejado este negocio a unas multinacionales que se llevan las
ganancias netas del país", sostuvo el Presidente de Salvación Agropecuaria.
Ante este nuevo panorama, y el comportamiento antiético de las multinacionales,
se suma la realidad del productor común que dejando otros cultivos han
asumido la producción lechera como una forma de subsistencia. Es claro
que los agricultores que abandonaron la siembra de sorgo y maíz se han
refugiado en otro negocio que está en manos de las multinacionales.
Escenario futuro
Esta situación aumenta el empobrecimiento del campo colombiano y disminuye
la calidad de vida, ya que los productos importados al parecer no tienen los beneficios
que se anuncian en los programas publicitarios, además dejan ver manejos
turbios e improcedentes, en los que seguramente estarán inmiscuidos ex
funcionarios de anteriores Gobiernos.
"Si esto ocurre ahora cuando se habla de libertad de precios, no quiero imaginar
lo que pasará cuando entre en funcionamiento el ALCA", puntualizó
Caballero. De otra parte, Salvación Agropecuaria mostró su indignación
por el incremento de precios del orden del 25 y 47 por ciento, que las multinacionales
farmacéuticas como Aventis, Pasteur y Biogen hicieron en vacunas contra
el sarampión y la rubeola.
"Peor aún estuvieron las sanciones por 230 millones de pesos para estas
empresas, lo cual no les debe significar mayor cantidad de dinero. De otra parte,
he sabido que para el primero de enero, los insumos aumentarán para productos
como el arroz, la papa y el algodón en 11 por ciento, sin contar con el
reajuste del ocho por ciento que se hizo en el lapso de este año, con lo
cual ubicarán al borde de la quiebra a estos productos.
Los efectos de estas multinacionales sobre la economía, podrían
señalarse como la globalización de la miseria", dijo Caballero,
quien agregó que la empresa Panamco de Colombia, que administra la marca
Coca Cola ha ingresado 16 mil toneladas de azúcar al país procedente
de Brasil, con lo cual se le sigue dando la espalda a los productores nacionales.