¿Alguien tuvo la ilusión que EE. UU. negociaría
Tratado de Libre Comercio favorable a Chile?
Por: ZonaImpacto.cl
Estados Unidos sólo negocia en su favor
Cuando un poderoso negocia con un débil, no cabe duda que el primero aspira a apropiarse del segundo. O sea, el pez grande se come al más chico.
Hace cerca de un año, el médico penquista Edgardo Condeza pidió en estas mismas páginas reflexionar sobre la conveniencia de negociar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos antes de materializar una sólida alianza entre países sudamericanos.
Decía que si varios países se unen con fuertes vínculos políticos y económicos, podrían juntos negociar mejor con ek imperio norteamericano.
Por esa misma fecha, "ZonaImpacto.cl" opinaba que resultaría prácticamente imposible acordar un Tratado con Estados Unidos principalmente por las famosas ventajas comparativas que exhibía nuestro país en los ámbitos laboral y medio ambiental.
Dichas ventajas consisten en los bajos salarios y escuálidas condiciones de trabajo imperantes en Chile y en la excesivamente permisiva política medioambiental de nuestro país, donde se autorizan proyectos con mínimo resguardo ambiental y, por tanto, bajos costos para el inversionista. Los polémicos proyectos sobre combustibles alternativos que está postulando Cemento Melón, con amplio respaldo del gobierno, son un ejemplo cercano de ello.
Pero nunca pensamos que en la etapa final de las negociaciones por un Tratado bilateral de Libre Comercio (TLC), el gigante del norte se mofaría tan bárbaramente contra nuestro país, como ha quedado en evidencia en los últimos días.
Un embudo ancho, ancho…
Cuando nuestro gobierno se las juega entero por cerrar pronto el difícil Tratado, ha quedado de manifiesto la tremenda frescura con que Estados Unidos intenta imponer condiciones aberrantes, que sólo benefician al imperio.
Los datos que se han conocido indican que los negociadores norteamericanos quieren apurar la firma del Tratado, ojalá sin que se revisen las vergonzosas condiciones que tratan de imponernos.
Hay algunas tan aberrantes como autorizar la internación de apenas ¡mil litros! de leche chilena al año… es decir, nada. O la liberación de aranceles para productos agrícolas recién en diez o doce años más…
El país del norte pretende reservarse el derecho a aplicar sanciones antidumping contra Chile, en circunstancias que esa nación protege sus productos y subsidia a los productores. Además, pretende ingresar a nuestro territorio sus excedentes agrícolas sin restricciones, saturando los mercados locales asfixiando a nuestros productores -como los remolacheros y los cultivadores de cereales- hasta hacerlos desaparecer.
En el sector industrial, intenta que modifiquemos la ley de patentes industriales para favorecer sus producciones, encareciendo los precios que pagamos por los inventos universales, principalmente en el rubro de medicamentos.
Así, el TLC con Estados Unidos estaría orientado a arrasar con las fuentes productivas locales para imponer sus productos y dominar íntegramente, desde Estados Unidos, la Economía local sin importar que el desempleo aumente hasta niveles insostenibles, como lo ha denunciado la CUT.
Todo lo anterior, considerando que Estados Unidos no ha tenido miramiento alguno para boicotear nuestras exportaciones hacia ese país. Nos ha acusado constantemente de dumpig, a pesar que en nuestro país no existe subsidio alguno a la producción -excepto las desastrosas condiciones laborales y salariales de los trabajadores- frustrando reiteradamente los envíos desde Chile de productos como la madera, los salmones, las paltas y la uva.
¿Cómo podríamos olvidar la inmoralidad norteamericana al inyectar veneno a algunos granos de uva chilena para impedir el ingreso de miles de toneladas del fruto de nuestras vides…? Jamás indemnizó las pérdidas de los productores afectados y ni siquiera hubo un trato digno para las víctimas de tal demostración de terrorismo económico.
Con tal actitud norteamericana, podremos quedarnos sin Tratado, pero no podemos regalarle toda nuestra economía a un país que ha actuado de manera tan persistentemente inmoral para destruir nuestra economía.
Si alguien creyó algún día que Estados Unidos podría negociar un Tratado bilateral que favorezca a Chile, pecó de hingenuo. Sí, ingenuo con hache.