Plan Condor:
El Jefe de la DINA en Chile, Manuel Contreras, conocía asesinatos de opositores uruguayos
Por Osvaldo Burgos (Periodista y analista de información internacional) especial para Surmedia
El general Manuel Contreras, quien ocupaba la jefatura de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) en Chile conocía en marzo del año 1976 que se asesinaría a opositores uruguayos, según confesó ayer a éste cronista una fuente militar local que pidió reserva.
Contreras estaba muy entusiasmado con el intercambio de información que se había confirmado por un acuerdo entre uniformados uruguayos, argentinos, chilenos, paraguayos y bolivianos, dijo la fuente.
De acuerdo con la misma, los primeros contactos de intercambio de información entre algunos de los países que formaron el plan represivo conocido como Cóndor, se establecieron en los primeros días del mes de febrero del año 1974.
Uruguay recién había logrado concentrar su información sobre opositores políticos posterior a una muy dura lucha interna entre las diferentes armas, dijo el informante.
Por otra parte, los militares chilenos también dudaban de los uruguayos al considerar que los mismos no partían de la misma " casta" social que ellos, dice la fuente que recuerda también molestias de los uniformados de este país por eso.
Las principales operaciones contra opositores eran coordinadas entre las unidades de inteligencia, pero también hay que contemplar que en esa época.
existieron varios viajeros uruguayos a prepararse en Chile, algunos de los cuales tenían la cubierta de ser empleados públicos en Uruguay.
Cerca del 23 de mayo de 1976 fue que se terminaron de formalizar los acuerdos de intercambio de información y operaciones conjuntas entre los uniformados de los países miembros del Cóndor.
La fuente asegura no conocer con detalles los cursos que pasaban todos los que viajaban a Chile, pero lo que si sabe es que algunos de ellos se preparaban en explosivos, lo que supo por " lo lengua larga que eran" dice.
Otros pequeños grupos operaban en el traslado de detenidos entre Uruguay y Argentina, incluso comentó el caso de uno de los integrantes de esos equipos represivos que llegó a decir que se había encontrado con " el viejo", en pleno centro de Montevideo.
El diálogo permitió comprobar que, en plena zona céntrica de la capital uruguaya habían secuestrado y asesinado a dos argentinos.
Las operaciones coordinadas tenían el objetivo de buscar a opositores de todos los países que integraban el Cóndor, plan represivo al que también se sumaron países como Ecuador y Perú.
Entre los meses de junio y julio de 1976 los integrantes de los servicios de inteligencia de alto nivel en cada país sabían que también la Central de Inteligencia Americana (CIA) conocía las operaciones de asesinatos dentro y fuera de fronteras.
El objetivo era eliminar a integrantes de la que, en aquel momento se denominaba Coordinadora Revolucionaria, y, estaba integrada por organizaciones revolucionarias de América Latina.
Sin embargo, luego que varias de esas organizaciones que aplicaban la lucha armada e integraban la Coordinadora dejaron de tener presencia activa por divisiones o por haber tomado otros caminos políticos, la coordinación represiva continuó funcionando.
Quizás, una prueba de lo anterior es la participación activa de militares uruguayos junto al conocido dictador nicaragüense Anastasio Somoza, los que dispararon de ese país centroamericano antes que las tropas sandinistas tomaran por asalto el bunker somozista, en Managua, en julio de 1979.
Según la fuente, varios oficiales participantes en el Plan Cóndor aun continúan reuniéndose, lo que responde a un compromiso anterior de nunca dejarse solos.
Sin embargo, dice también que, algunos de ellos ya no son tenidos en cuenta, especialmente por haberse convertidos en alcohólicos, y a los demás les preocupa la falta de discreción que los mismos puedan llegar a tener.
En el caso de Uruguay, algunos uniformados fueron retirados del servicio precisamente por la dependencia que tienen del alcohol, los que se encuentran circulando por diversos departamentos del interior del país.
También otros continúan armados, pero trabajando vinculados con algunos ex políticos o con agencias de seguridad, y cuentan con casas en la Ciudad de la Costa, Canelones.