Lo peor todavía está por venir: cesación de pagos y un inevitable "default", como consecuencia de una política de asistencia a la banca privada y extranjera que consumió más de 1.300 millones de dólares. Los bancos suspendidos tienen una "muerte anunciada" porque el dinero para su capitalización virtualmente ha desaparecido, mientras algunos bancos siguen recibiendo asistencia del Estado. Los blancos prefirieron abandonar el barco, y el ministro Alejandro Atchugarry tal vez salte como un fusible.
La decisión del Directorio del Partido Nacional de retirar a sus ministros del gabinete y precipitar así la liquidación de la coalición de gobierno, estaría provocando la renuncia del ministro de Economía Alejandro Atchugarry, quien, al relevar, hace hoy tres meses, al contador Alberto Bensión, puso como condición específica la necesidad de contar con el respaldo de los dos partidos tradicionales.
Las causas subterráneas del posible alejamiento de Atchugarry (un trascendido que cobró fuerza a lo largo de la semana, alimentado por su inasistencia a dos comisiones de trabajo de la Cámara de Representantes, la que analiza la reprogramación forzada de los depósitos en los bancos suspendidos y la que investiga la crisis bancaria) tienen que ver con las razones, todavía inconfesas, de la ruptura, en apariencia intempestiva, adoptada por el "Honorable Directorio" el lunes 28.
El cálculo político, atribuido al ex presidente Luis Alberto Lacalle, de formalizar el divorcio para desmarcarse a tiempo de una gestión que naufraga, es una explicación acertada pero insuficiente: lo que aún no se ha admitido es que la bomba de tiempo activada por el ex ministro Bensión, con el expreso consentimiento del presidente Jorge Batlle, está a punto de estallar. El cuadro de situación incorpora los siguientes elementos:
. El monto de la asistencia otorgada por el gobierno a la banca privada durante la crisis fue muy superior a la admitida; buena parte de esa asistencia salió de Rentas Generales, pero no fue repuesta con el famoso préstamo del Fondo Monetario Internacional, cuyas partidas efectivamente desembolsadas son un misterio, algunas fuentes estiman que sólo se recibieron 700 de los 1.500 milllones de dólares pactados.
. El Banco Central sigue asistiendo a algunos bancos privados internacionales que todavía presentan problemas de liquidez (es decir, han derivado dinero al exterior y soportan simultáneamente retiros continuos); la mayoría de los bancos privados gozan de una "flexibilidad" para reducir sus depósitos de encaje en el Banco Central, no así el Banco de la República, que está obligado a depositar un dólar por cada dólar que presta, y al que le fue impuesto un "corralito" innecesario para sus depósitos a plazo fijo, expresamente para debilitarlo frente a su competencia privada.
. Los acuerdos secretos con los dueños extranjeros del Banco Comercial impusieron pérdidas para el Estado mediante inexplicables triangulaciones que comprometen a la Corporación Nacional para el Desarrollo; dicha asistencia, que en una abultada medida se concretó mediante órdenes verbales del ex ministro Bensión y decisiones presidenciales por decreto, generó un déficit en Rentas Generales que sólo parcialmente se pudo cubrir con los desembolsos del fmi.
. La manera en que se manejaron cientos de millones de dólares para auxiliar a la banca privada, y las necesidades coyunturales para cubrir los rubros más elementales del presupuesto nacional, comprometieron los fondos mediante los cuales se proyectaba reflotar a los bancos suspendidos y eventualmente fusionarlos en un gran Banco Nacional. Tal proyecto, que el fmi no veía con muy buenos ojos, hoy sería una "crónica de una muerte anunciada", en evaluación de voceros del Encuentro Progresista.
. Las prioridades asumidas por el gobierno durante la crisis y las consecuencias de la suspensión de cuatro bancos después del feriado bancario, acentuaron el proceso de incumplimientos del Estado con sus proveedores, que desemboca ahora, de hecho, en una total cesación de pagos que compromete toda la actividad económica y que amenaza con materializar, inevitablemente, el default externo, antes de que finalice el año.
Después de una compulsa en fuentes sindicales, fuentes del Banco Central y fuentes del Tribunal de Cuentas, finalmente se accede a una cifra aproximada (pero todavía no definitiva) del monto de la asistencia aportada por el gobierno a los tres bancos suspendidos (Banco Comercial, Banco Montevideo/Caja Obrera y Banco de Crédito). Entre febrero y setiembre de 2002, las tres instituciones mencionadas canibalizaron 1.300 millones de dólares, que en su gran mayoría fueron derivados al exterior por las maniobras de vaciamiento de los hermanos Peirano Basso y los hermanos Rohm, mediante préstamos a empresas vinculadas, transferencias a subsidiarias en el exterior o simple robo de títulos y bonos.
Más de 500 millones de dólares fueron canalizados a través de la Corporación Nacional para el Desarrollo (cnd) y otros 50 millones de dólares fueron literalmente rapiñados de fondos aportados por el bid para préstamos en principio destinados a la construcción de viviendas, al sistema mutual de salud y a la financiacion de proyectos de pequeñas empresas. Según los informes del Tribunal de Cuentas, 400 millones de dólares pasaron a través de cuentas de la Corporación como anticipos de la asistencia que el Ministerio de Economía pensaba formalizar según un fondo creado por decreto del presidente Batlle. Algunos de esos anticipos fueron vertidos mediantes órdenes verbales del ministro Bensión para transferencias directas desde la Tesorería General de la Nación.
Las partidas aportadas a través de la cnd fueron posteriormente regularizadas por dos resoluciones del Poder Ejecutivo, una del 24 de junio y otra del 4 de julio, por las cuales se otorgaron dos préstamos de 200 millones de dólares cada uno para la asistencia destinada a los bancos Comercial, Montevideo, La Caja Obrera y de Crédito.
Según manifestó la diputada Silvana Charlone a los jerarcas de la cnd que asistieron a una sesión de la comisión investigadora de diputados, "lo cierto es que la Corporación quedó endeudada en 450 millones de dólares, una deuda que la Corporación asumió con el Estado, no sabemos todavía en qué marco legal. No termino de entender realmente por qué estos 450 millones no salen directamente del Ministerio de Economía y Finanzas, del Banco Central o de donde sea, sino que pasan por convenios con la Corporación Nacional para el Desarrollo. ¿En qué marco jurídico está la Corporación Nacional para el Desarrollo habilitada a firmar estos convenios donde la hacen deudora del Estado por sumas multimillonarias para trasladarlas al sistema financiero? ¿Por qué esta triangulación? Realmente, no me queda claro".
Del total de 1.300 millones de dólares de asistencia a los tres bancos, más de la mitad fue destinada por el ex ministro Alberto Bensión al Banco Comercial. Unos 650 millones de dólares fueron aportados para cubrir el vaciamiento y corrida provocadas por los Rohm y por los tres socios, el Crédit Suisse-First Boston, el JP Morgan y el Dresdner Bank, que impusieron un acuerdo secreto por el cual una supuesta capitalización de 100 millones de dólares fue en realidad un préstamo concedido al gobierno. El Banco Montevideo/Caja Obrera recibió más de 450 millones de dólares y el Banco de Crédito 150 millones.
En la ayuda al Comercial, la cnd participó con 242 millones de dólares. Hay un capítulo especial: el aporte inicial de 33 millones de dólares que a fines de febrero el ministro Bensión explicó como contraparte uruguaya de la capitalización que supuestamente estaban efectuando los otros tres dueños del Comercial por un valor de 100 millones de dólares. En principio, la cnd iba a ser resarcida de esos 33 millones de dólares con acciones del Banco Comercial. Al parecer, las acciones fueron emitidas pero, como admitió el presidente de la cnd, Aldo Bonsignore, "yo todavía no las he visto". El tema dio lugar a un sabroso dialogado en la comisión parlamentaria:
-Charlone -Son por 33 millones de dólares las acciones que corresponderían al Estado uruguayo. Quisiera saber dónde estarían emitidas.
-Bonsignore -En el Banco Comercial.
-Charlone -Estas acciones no estarían en poder de la Corporación Nacional para el Desarrollo al resultado de todo este proceso.
-Bonsignore -La última solicitud es de fecha 6 de setiembre. Queremos solicitar al Banco Central esa autorización, pero todavía no hemos tenido respuesta; sé que se está gestando y que están trabajando en el tema.
-Charlone -En cuanto a esta asamblea de accionistas, tenemos entendido que participaron los bancos internacionales. La Corporación Nacional para el Desarrollo no participó de esta asamblea. ¿Por qué no lo hizo?
-Bonsignore -Es el mismo tema. Al no tener las acciones formalmente no estamos interviniendo ni en la designación.
-Charlone -Había un convenio que les daba derecho a tener las acciones, firmado por el Poder Ejecutivo en ese momento.
-Bonsignore -No hemos intervenido en la administración ni en la designación de los directores ni en esas asambleas porque realmente todo se va a materializar cuando asumamos la condición de accionistas; todavía no tenemos esa condición.
-Bayardi -Según información que tenemos, las acciones no se llegaron a emitir nunca. El presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo entiende que las acciones están; ahora bien, no se puede confirmar que las acciones estén. Es decir, en este momento la Corporación Nacional para el Desarrollo no puede dar fe de que las acciones están emitidas.
-Bonsignore -Obviamente, yo no las vi. Reitero que no vi los papeles ni nadie me lo certificó, pero me da la sensación de que estarían emitidas."
Una decisión aun más escabrosa fue denunciada en el seno de la comisión investigadora por el diputado José Bayardi. Según sus informaciones, 242 millones de dólares que la cnd otorgó al Banco Comercial, como auxilio, estaban depositados en cajas de ahorro, es decir, modalidades que permitían en cualquier momento retirar el dinero. Pero el 29 de julio, pocos días antes de decretarse el feriado bancario, esos fondos de libre disponibilidad fueron traspasados por el entonces presidente de la cnd y actual presidente del Banco Central, Julio de Brun, a cuatro cuentas de plazo fijo, con vencimiento a 365 días a una tasa del 4 por ciento anual. De esa manera, los 242 millones de dólares quedaron automáticamente congelados en el "corralito". Las autoridades de la cnd pretendieron justificar la medida expresando que la operación ofrecía alta rentabilidad, pero, como indicó la diputada Charlone, en aquellos momentos de pánico, nadie movilizaba esas cifras con criterio de rentabilidad.
La sospecha de que el traspaso a plazo fijo fue decidido cuando se sabía que después del feriado iba a haber "corralito" se fundamenta en el hecho de que, si finalmente el Banco Comercial es liquidado, por los términos del acuerdo secreto firmado por Bensión, será prácticamente imposible reclamar ese dinero.
Todo el capítulo de la asistencia a los bancos privados está signado por una ausencia total de transparencia. Una inocente pregunta formulada por el diputado Raúl Sendic tomó por sorpresa a los miembros del direcorio del Banco República que concurrieron a la penúltima sesión de la comisión investigadora. Sendic pretendía saber en qué medida se utilizó el dinero del Banco República -que soportó una corrida de 1.050 millones de dólares- para auxiliar a otros bancos privados; y a los efectos preguntó si esa asistencia se canalizó mediante las transferencias call, es decir, transferencia de cortísimo plazo, de no más de 24 horas. Los directores del brou admitieron que mediante esas operaciones call es normal prestar por breve plazo asistencia a otros bancos, en cifras de 100 millones de dólares, que calificaron de "normales".
Sin embargo, documentación en poder de BRECHA sugiere que a través de estas transferencias, en múltiples oportunidades, se otorgaron a los bancos privados fondos que no regresaron al cabo de las 24 horas. La mayoría de esas transferencias fueron utilizadas como forma indirecta de asistir a los bancos Montevideo, Comercial y Crédito, pero también fueron canales para aliviar la presión sobre la liquidez de algunos bancos internacionales, como el Citi, el abn amro, el Santander y el Boston. La sospecha de que algunos de esos préstamos call no regresaron a las cuentas del Banco Central abona la hipótesis de que existió una asistencia a bancos privados que aparentemente no estaría contabilizada en las explicaciones oficiales aportadas hasta ahora.
Todo el capítulo de la asistencia a bancos internacionales sigue siendo una incógnita. Los ejecutivos del Banco Central admitieron en el Parlamento que aún hoy algunos bancos reciben asistencia por la vía de liberación de encajes o, directamente, en cifras que se estimaron pequeñas. Algunos de esos bancos, que en su momento facilitaron la fuga de capitales hacia exterior, siguen recibiendo auxilio del Estado. De hecho, señalaron fuentes bancarias, todavía persiste la "corrida" en algunos bancos privados, cuya situación es muy precaria.
La pregunta que se formulan parlamentarios y dirigentes sindicales es cuánto dinero llegó efectivamente al país, como producto del acuerdo con el fmi y que obligó a la votación contra reloj de la ley de estabilidad del sistema bancario. Mientras el gobierno postergaba una y otra vez una decisión sobre el destino de los cuatro bancos suspendidos, la dirección del sindicato bancario apostaba a un reflotamiento del Comercial, la Caja Obrera y el Montevideo mediante una fusión que redujera sustancialmente el costo social de los despidos, y facilitara la gestión de un "gran banco" mediante el saneamiento de la cartera incobrable, que había engrosado significativamente con los préstamos a empresas vinculadas, otorgados generosamente, y sin ningún tipo de control del Banco Central, entre diciembre de 2001 y abril de 2002.
Pero para ello era necesario contar con unos 400 millones de dólares inicialmente destinados a cubrir la corrida del Banco República y que finalmente no fueron utilizados. Ese dinero permitiría capitalizar y otorgar liquidez al llamado "Banco Nacional" que surgiría de las cenizas de los vaciados Comercial y Montevideo.
Pero ese dinero aparentemente ya no estaría disponible. ¿Qué hizo el gobierno con las partidas del préstamo del fmi? ¿Cuánto de ese dinero se destinó a tapar agujeros de Rentas Generales provocados por los adelantos a cuenta ordenados por el Ministerio de Economía? ¿Cuánto en realidad desembolsó el fmi? La oscuridad en torno a todas estas interrogantes impide conocer el estado actual de las finanzas estatales. Alguna información privilegiada manejada por los dirigentes del Partido Nacional habría apurado la decisión de abandonar el buque. Las continuas referencias del ex presidente Lacalle al "problema de la deuda externa" refieren inequívocamente a los rumores sostenidos sobre el inminente default.
El quiebre de la coalición podría servir de pretexto para la anunciada salida de Atchugarry del Ministerio de Economía, exactamente tres meses después de haber aceptado, a regañadientes, la pesada herencia de Alberto Bensión. Quizás fueron necesarios tres meses para abarcar en su totalidad el desmantelamiento de las finanzas del Estado. En realidad, Atchugarry sería el segundo fusible que se quema en el curso de la crisis bancaria. El actual ministro, como su antecesor Bensión, asumieron buena parte de sus decisiones como una "obediencia debida" a las indicaciones del propio presidente Jorge Batlle.
Si Atchugarry finalmente renuncia, entonces el gobierno de Batlle, con la sola adhesión "incondicional" del Foro Batllista, tendría serias dificultades para mantener una elemental gobernabilidad para administrar una crisis cuyo fin no se avizora
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