La relación norte - sur tiene un eje militar, no comercial
EX PARLAMENTARIO LÓPEZ Y RIVAS DE MÉJICO:
Diario El Comercio*
QUITO
Para el ex parlamentario mexicano Gilberto López y Rivas la región ha borrado de su conciencia la hegemonía estadounidense. Según este participante en la pacificación de Chiapas, los tratados comerciales traen una militarización a favor de intereses estadounidenses.
Su país, México, es parte del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los EE.UU. ¿Cómo ve la entrada de América Latina en el ALCA?
Será una extensión de la misma miseria y del mismo desastre en lo ecológico, cultural, económico, social y militar. Vemos una coincidencia en la firma del TLC y el acercamiento militar entre Estados Unidos y México. Estos tratados tienen siempre una cara militar.
¿Es necesario el control armado en los tratados de apertura de comercio?
El fin es instaurar una política de domesticación y desnacionalización de los ejércitos, para convertirlos en cuerpos de Policía de los intereses económicos de los Estados Unidos.
¿La perspectiva con el Plan Colombia, es la misma?
El Plan (Colombia) es peligroso para América Latina. Atenta contra la seguridad de nuestros pueblos e inicia una militarización continental. Ya funciona, con la política de militarización frontal del nuevo presidente y con la presencia de tropas estadounidenses.
¿El Plan Colombia es una estrategia geopolítica, por afuera de la justificación antinarcotráfico?
El Plan Colombia, la militarización en Chiapas, las bases militares en Ecuador, Panamá, Aruba, la reutilización de Honduras... Todas son caras de la política de EE.UU.
Dentro de su visión, ¿qué busca esta potencia?
La instrumentalización, el dominio económico a través de las deudas externas y los tratados de libre comercio. Tenemos claros ejemplos: Fox, Menem, o los presidentes de Nicaragua y de Guatemala: pequeños socios de una misma política.
Siguiendo esa línea, ¿qué escenario de poder vislumbra en América Latina?
América Latina no es la de los 60, 70, ni la de los 90. Está muy politizada. Posee un movimiento indígena fuerte, una sociedad civil fortalecida. Pero no aparece la estructura de una lucha continental.
¿Por qué no se articula esa "lucha continental?
El movimiento continental tiene profundas raíces y controla espacios que hacen posible la resistencia. Son signos de cambio el triunfo de Lula en Brasil, el caso de Evo Morales en Bolivia, la perspectiva de Ecuador, la resistencia del pueblo venezolano contra Estados Unidos...
No siempre las vías son democráticas. En el foro del ALCA, 5000 policías han resguardado a los empresarios visitantes...La hegemonía estadounidense se está borrando de la conciencia latinoamericana . La inclinación de los pueblos es hacia la izquierda.
Esa es solo una lectura. Otra muestra la polarización de las sociedades latinoamericanas. ¿Cómo reaccionan los EE.UU. ante ello?
Ahora solo les queda la violencia desnuda, la de los ejércitos, de la lucha contra los pueblos. Pero la gente se convence menos. Un cambio notable surge de la proletarización de las clases medias.
¿Dónde percibe usted ese cambio?
Vemos universidades católicas que albergan a movimientos de resistencia, movimientos indígenas que se unen a la resistencia contra el ALCA. Dirigentes que salen de las comunidades indígenas prácticamente a dirigir un país. Los zapatistas. Todos son indicios de una nueva realidad.
En esa lucha de poder, entre "viejos" y "nuevos" tiempos ¿cómo se configura la relación con Estados Unidos?
A ellos solo les queda el poder militar, unirse con los narcotraficantes, los narcoestados y el narcopoder. Para Estados Unidos la democracia es instrumental: en la medida que le sirve para poner en práctica sus proyectos, apoya la democracia, cuando es utilizada por los pueblos para imponer sus proyectos, no.
Pasa igual con los migrantes ilegales. Pero la conciencia está creciendo y nos damos cuenta de que ellos están fuera de la Ley: por querer dar un golpe en Venezuela, por estar en contra de la autonomía de Nicaragua, en contra de la pacificación en México.
*Diario El Comercio, edición del domingo 3 de noviembre de 2002. Es el diario de mayor circulación en la capital ecuatoriana.