29 de noviembre del 2002
Editorial de Liberación
Cumbres de política-ficción
Liberación
Desde que en 1991 se efectuó la primera Cumbre Iberoamericana
en Guadalajara, México, año a año vienen sucediéndose
en diferentes países estos eventos gubernamentales donde la retórica
de los participantes se ha vuelto más desbordante aun, como así
también los arrebatos neocoloniales de los gobernantes españoles
más destemplados.
Junto a España y Portugal, las antiguas metrópolis, acuden a estos
cónclaves los presidentes latinoamericanos junto con sus cancilleres
para hablar en privado lo que todos saben y públicamente de nada o casi
nada, de lo que realmente sucede en el extendido ámbito económico
y social de las ex-colonias.
En esta última cumbre, la XII que acaba de culminar en la República
Dominicana el pasado fin de semana, la política-ficción llegó
al máximo. Periodistas y gobernantes coincidían en anotar que
la reunión se celebraba en medio de una de las crisis más serias
y profundas de América Latina, pese a la existencia de una agenda que
contemplaba temas tales como el turismo, el medio ambiente y el fortalecimiento
de la democracia, y que lógicamente fue dejada de lado por la crisis
Argentina y la exigencia de que Europa y Estados Unidos eliminen los subsidios
agrícolas que destruyen sus economías.
Pero José María Aznar en su papel de nuevo virrey, insistía
en que los alumnos no hablaran tonterías. A tal punto llegó en
su afán de desconocer esos asuntos que expresó en rueda de prensa:
"La situación de Iberoamérica (sic) no es la mejor de las posibles
pero tampoco es la peor que hemos conocido". Porque si bien muchos países
atraviesan serios problemas económicos, sin embargo -dijo- se ha avanzado
mucho desde un punto de vista institucional, democrático y de desarrollo;
para finalizar Aznar metiendo todo en la misma bolsa: "Sin duda es una situación
comparativamente mejor que la que había de una Iberoamérica llena
de dictaduras, llena de regímenes autoritarios, de políticas populistas
que son las grandes responsables de los problemas que tienen algunos países
en estos momentos."
Argentina que acudió a la cumbre con una propuesta de que en la declaración
final se exigiera el cese de los subsidios, y de que el Fondo Monetario aflojara
un poco la mano, tuvo en cambio que escuchar las monsergas españolas
y portuguesas, de que antes que exigir debe «afirmar sus instituciones...».
Algo similar le pasó a Ecuador que tiene el problema de los emigrantes
indocumentados a los que el gobierno del mismo Aznar quiere expulsar. A éste
se le recomendó que debe frenar a quienes deciden desesperados irse de
su país corridos por la dolarización de la pobreza.
Por el contrario Aznar, (puesto a competir con Tony Blair en quien repite mejor
el guión de George W. Bush), insistía en tono de cura preceptor
en que América Latina debería como tarea prioritaria, combatir
el terrorismo y la corrupción, preocupado quizá con los Sin Tierras
brasileños, los piqueteros argentinos o las ollas y asambleas populares.
"Hay que reforzar la democracia, las instituciones, combatir la corrupción"
repetía como loro, mientras el rey Juan Carlos dormitaba bajo el calor
agobiante del balneario dominicano de Bávaro, sede de la Cumbre, y sudaban
el resto de los asistentes a quienes el presidente anfitrión Hipólito
Mejía, muy previsor, les había regalado dos camisas guayaberas
a cada uno.
A la cita faltaron con aviso, Fidel (el único que junto a Hugo Chávez
eran esperados con banderas y consignas de bienvenida por la gente en el aeropuerto);
Mireya Moscoso de Panamá y Alejandro Toledo de Perú; Vicente Fox,
vino por un rato solamente y sin su canciller que andaba de gira por Europa.
Según la BBC, la falta también de estos mandatarios contribuyó
a que fuera más deslucida todavía la reunión.
Carlos Lage, vicepresidente cubano que reemplazó a Fidel Castro en la
Cumbre, fue uno de los pocos que puso los puntos sobre las íes al expresar
que: "En América Latina lo único sostenible hoy es la pobreza
y la desigualdad y no el desarrollo". "Se habla de equidad y de justicia social
pero a los países de nuestra región se les exige dedicar el 50%
de sus ingresos por exportaciones para pagar a países mucho más
ricos una deuda que ya se ha pagado más de una vez" dijo en otra parte
de su alocución. "Apoyamos sin vacilación la lucha contra el terrorismo
y denunciamos la política del gobierno de Estados Unidos que protege
y alienta el terrorismo contra Cuba" afirmó Lage, para continuar diciendo
(en clara alusión a situaciones como las de Enrom y WorldCom), de que
en ese país se albergan los casos más escandalosos de corrupción
en transnacionales: "Cualquier corrupto latinoamericano podría recibir
allá (en Estados Unidos) un curso de postgrado".
La próxima cita será el año próximo en Bolivia,
donde la Cumbre cambiará el riguroso calor caribeño más
propicio a la siesta, por el inevitable apunamiento altiplánico.