Elecciones en Ecuador:
Organicidad e Inorganicidad en la votacion de Lucio Gutierrez.
Por: Francisco Hidalgo Flor.
Nuevos vientos soplan en Latinoamérica, a los continuos levantamientos
y revueltas populares, hoy se suman triunfos electorales de alianzas políticas
en las cuales partidos y movimientos de izquierda desempeñan roles decisivos
y ganan adhesiones importantes de los electores, en tenaz lucha a contracorriente
de sistemas políticos reducidos y excluyentes. Aquellos candidatos que
se proclaman neoliberales o abiertamente a favor de la globalización
son derrotados, en cambio los que presentan propuestas de cambio y recuperan
un discurso critico al establecimiento, resultan victoriosos. Eso no se veía
desde años atrás y es positivo.
Mas también da paso a una nueva situación y debate, son candidatos
presidenciales triunfantes que si desean asumir el cargo designado por voluntad
popular y sostenerse en él, pareciera solo quedarles el camino de realizar
acuerdos previos con el Fondo Monetario Internacional, juramentar que no adoptaran
medidas en contra de los intereses de las transnacionales y seguirán
cumpliendo fielmente con el pago de la deuda externa.
¿Será que acaso a las fuerzas políticas de izquierda les tocará
el triste papel de confirmar la debacle del escuálido estado – nación,
que a duras penas se construyo en nuestros países en la segunda mitad
del siglo XX, en la fragmentada Latinoamérica, a la par que estarían
atados de píes y manos imposibilitados de impulsar alianzas regionales
y sociales que asuman las grandes reformas que permitan reconfigurar el Continente?
; ¿ Enterradores de lo caduco pero estériles para generar lo nuevo?.
Un duro desafío para Lula en Brasil, Chavez en Venezuela, y a distancia
de ellos Gutiérrez en Ecuador, debiendo mencionar también al Frente
Amplio en Uruguay o el Frente Sandinista en Nicaragua, entre otros.
Ahora bien, ese calificativo de una distancia entre el proceso brasilero y venezolano,
respecto del ecuatoriano, no es por disminuir la trascendencia del proceso social
en nuestro país, pues son igualmente importantes y aleccionadores, dignos
de estudio y atención, la lucha social sostenida, la construcción
orgánica y la constitución de un discurso multicultural, mas vale
reconocer que el personaje político que lo encabeza hoy y su círculo
de decisión mas cercano, no alcanza la madurez necesaria y la forja que
una acción combativa de largo aliento puede dar para estar a la altura
de los desafíos históricos. El triunfo electoral reciente sorprendió
a propios y extraños, en el Ecuador y en el exterior, aunque quizás
el debate empieza precisamente porque cada vez están mas difusas dichas
fronteras de adentro y afuera.
TRIUNFOS TEMPORALES Y DERROTAS PARCIALES.
El triunfo alcanzado por el Coronel (r) Lucio Gutiérrez en la primera
vuelta electoral en las elecciones de la República del Ecuador el 20
de Octubre del 2002, con una votación de 920.000, que representa el 20%,
colocándolo en el primer sitial para la segunda vuelta, representa un
triunfo temporal de las fuerzas populares y una derrota parcial de la derecha.
Es la expresión de la profunda indignación de amplios sectores
de la población, especialmente de las clases y capas pobres y medias,
frente a una persistente situación de crisis económica y política,
pero además de rechazo a los instrumentos políticos e ideológicos
que desde los círculos oligárquicos y aristocráticos se
pretendió implementar para mediatizar el evidente descontento popular.
Triunfo temporal porque los aspectos decisivos, los cambios que se requieren,
como por ejemplo, reforma agraria y reforma urbana, desconcentración
y descentralización de la propiedad, la riqueza y su redistribución,
participación popular con poder, capacidad de decisión y verdadera
contraloría, recuperación de la moneda nacional, manejo soberano
de las políticas económicas, apoyo a los pequeños productores
del campo y la ciudad, restricción al capital especulativo y financiero,
renegociación de la deuda externa, entre otros, no se deciden en el plano
electoral, que está en la epidermis del poder, sino en la anatomía
real del poder. Es en ese sentido una derrota parcial de la derecha y a la vez
un desafío para este sui generis personaje político, a
quien ha correspondido aparecer en la primera fila de procesos históricos
profundos, como la sublevación indígena – militar de Enero del
2000 y la derrota de la derecha orgánica e n Octubre del 2002.
En este artículo sostenemos las siguientes opiniones: i) en la votación
a favor de Lucio Gutiérrez, en la primera vuelta electoral, está
presente de manera significativa el respaldo orgánico de un segmento
importante de la izquierda ecuatoriana, y no es exclusivamente un pronunciamiento
emotivo y circunstancial; ii) en este pronunciamiento electoral se expresa una
continuidad en el comportamiento político desde años atrás
de sectores populares decisivos, y no es un hecho aislado y fortuito; iii) la
votación es a favor de un cambio profundo de la sociedad ecuatoriana
y un rechazo a la institucionalidad oficial, y esa es la demanda que debe ser
asumida por Gutiérrez.
Cabe además indicar que el sistema electoral ecuatoriano, si bien es
cierto que se enmarca en los mecanismos de control político e ideológico
de las clases dominantes para mantener la legitimidad de su poder y dominio,
sin embargo tiene fisuras, como parte de un sistema político desprestigiado,
con escasos lazos orgánicos en los sectores populares y enormes rupturas
culturales, que permiten fracturar las estrategias de las clases dominantes.
LAS ESTRATEGIAS EN DISPUTA.
Para establecer si hubo o no un triunfo popular en los resultados de la primera
vuelta electoral en Ecuador cabe ubicar cuáles fueron las estrategias
diseñadas en la etapa inmediatamente anterior a este evento político,
tanto desde las fuerzas de derecha como de izquierda.
Sin lugar a dudas para los círculos en el poder el objetivo principal
es superar la crónica inestabilidad política del Ecuador, a la
par que se mantienen intocadas las causas estructurales que lo provocan, e impulsando
los aspectos sustanciales del esquema neoliberal en aplicación: apertura
comercial y dolarización, pago de la deuda externa, subsidios al sector
financiero, privatizaciones y protección al capital transnacional. La
inestabilidad salta a la vista: cinco presidentes en los últimos seis
años, dos de ellos destituidos por amplias movilizaciones populares,
y dos regímenes interinos, además de un vicepresidente y varios
ex - ministros de finanzas o de gobierno sancionados por flagrante corrupción.
Pese al abigarrado escenario de candidaturas, un total de once binomios presidenciales,
y alrededor de cincuenta organizaciones políticas en contienda, es posible
sostener que en este proceso electoral había una estrategia clara de
la derecha, consolidar aquellas estructuras y liderazgos que mostraron menor
fragilidad en la década, mantener las figuras políticas que dominaron
el escenario de las élites en este tiempo, y eliminar lo que estaba fuera
de ellas. En este plan se coaligaron la derecha empresarial y la socialdemocracia
liberal, por un lado el Partido Socialcristiano (PSC – listas 6) liderado por
el ex – presidente León Febres Cordero y el alcalde de Guayaquil Jaime
Nebot, y por el otro, el Partido Izquierda Democrática (ID – listas 12)
liderado por el ex – presidente Rodrigo Borja y con amplios respaldos en la
ciudad de Quito, pero ambos con limitadas influencias que no superan bases sociales
regionales y un discurso en los canones que el poder manda pero ausente de las
demandas de los pobres.
Desde hace tres años PSC e ID venían maquinando lo que ellos llamaban
"un acuerdo macro de gobernabilidad", basado en una apuesta de alternabilidad,
que consolidara a los dos como estructuras de un sistema de representatividad
reducido, el anhelado bipartidismo, apuntando a un juego de péndulo,
que giraría controladamente entre ellos. En esa apuesta el primer turno
correspondería a Borja en el 2003 y luego se crearían las condiciones
para facilitar un mandato de Nebot hacia el 2007. Una apuesta que guarda lógica
con un ambiente de "juego de casino" que los tiempos de globalización
imponen en la "opinión pública".
Mas también era una lógica que partía de otros supuestos,
que sus bases sociales permanecían intocadas y solo podían multiplicarse,
pero no disminuir; y que las otras fuerzas, como las de la derecha populista,
pero especialmente las de izquierda, estaban seriamente fraccionadas o deslegitimadas.
Los resultados de las elecciones de Mayo del 2000 y los pronósticos de
las empresas encuestadoras para el 2002 parecían afirmar dichos asertos.
Las fuerzas políticas de izquierda habían sufrido procesos de
división, por ejemplo la candidatura del ex – presidente de la CONAIE
Antonio Vargas, con el apoyo de la Federación de Indígenas Evangélicos
respondía a esos objetivos, además o campañas de desprestigio
intenso.
Los partidos y movimientos de izquierda tenían a su favor una tendencia
de resistencia popular, de profunda indignación ante el descalabro económico
y político del país y una mejor comprensión y percepción
de los procesos políticos en las clases y capas sociales empobrecidas.
Su objetivo en este proceso electoral era acumular fuerzas, sostener presencia
decisiva en el parlamento y consolidar gobiernos seccionales. En verdad, no
estaba previsto un triunfo en el proceso electoral.
En esta campaña se elegían, además de los finalistas para
la carrera presidencial, los miembros del parlamento y minorías en los
gobiernos seccionales. Tuvo algunas particularidades: fue una campaña
de apenas dos meses, se aplicaron normas legales de control sobre el gasto electoral
que de alguna manera limitaron un bombardeo propagandístico, con un escenario
de fuerzas muy fragmentado, y en un contexto de crisis económica y política
persistente, que desde Marzo de 1999 no ha dado tregua.
ALINEAMIENTO DE FUERZAS POLITICAS EN TORNO A LUCIO GUTIERREZ.
Los círculos del poder, partidos políticos de derecha, grandes
medios de comunicación, los voceros de las Cámaras de la Producción,
la embajada de los Estados Unidos, siempre insistieron que la sublevación
indígena – militar del 21 de Enero del 2000 había sido un hecho
aislado, aventura de unos pocos, que no tenía repercusiones mayores y
rápidamente olvidada por el pueblo. Y es más, ellos mismos se
creyeron dicho cuento, junto a aquel otro que proclamaba una supuesta "recuperación
económica" del país y las virtudes de la dolarización,
basados exclusivamente en los parámetros macroeconómicos.
Pero el 21 de Enero, el levantamiento popular que precipitó el derrocamiento
del nefasto ex – presidente Jamil Mahuad, y proclamó una Junta de Salvación
con participación indígena y militar, fue un acto político
trascendente de las clases populares, especialmente de los sectores campesinos
e indios, que caló hondo en la conciencia popular como un acto que evidenciaba
su protesta, indignación y de castigo a los políticos de la oligarquía.
El Coronel Lucio Gutiérrez nace a la vida política en este acontecimiento,
forma parte de esta Junta en las primeras horas de aquel día, su imagen
de insurrecto es difundida por todos los medios de comunicación, luego
el alto mando de generales lo destituye y encarcela, es condenado a prisión
por su participación junto a un grupo de coroneles y capitanes, luego
amnistiado por el Congreso Nacional.
Gutiérrez sale libre a fines del año 2000 y de inmediato lanza
su campaña electoral, en primer lugar forma su partido político,
denominado "Sociedad 21 de Enero", y luego "Sociedad Patriótica", que
tiene como base un grupo de militares que participaron con él en la asonada,
recorre todas las provincias del país, y logra recoger cerca de cien
mil firmas de apoyo, que son presentadas a fines del 2001 ante el Tribunal Supremo
Electoral, como requisito para alcanzar el reconocimiento jurídico.
En los primeros meses del 2002 los partidos políticos y movimientos de
centro – izquierda e izquierda inician las conversaciones para intentar un frente
único de participación, pero estos fracasan ante la insistencia
del partido socialdemócrata y su líder Rodrigo Borja de ser ellos
quienes lideraran y coparan las listas de unidad, recalcando en un discurso
que giro en propuestas de estabilidad, consenso., modernidad y globalidad.
En el mes de Junio el Movimiento Pachakutik resuelve apoyar la candidatura de
Lucio Gutiérrez, en listas conjuntas 3 – 18, ante la amenaza de un fraccionamiento
del movimiento indígena, particularmente la CONAIE; por otro lado, el
Movimiento Popular Democrático, con influencia en el sector del magisterio
y los estudiantes universitarios, resuelve en Agosto su apoyo a Gutiérrez.
Queda así estructurada la base orgánica y social que da sustento
a la candidatura.
Vale una descripción un poco mayor de las fuerzas políticas de
apoyo desde la izquierda: el Movimiento Pachakutik se conforma el 1996, está
fuertemente vinculado a la CONAIE, plantea un programa en torno a las reivindicaciones
de plurinacionalidad y multiculturalidad, con reivindicaciones anti – neoliberales;
su estructura es horizontal y conviven varias tendencias en su interior, su
votación dura está concentrada en los sectores indígenas
y en capas medias intelectuales de la sierra, y gira aproximadamente en alrededor
de los 300000 votos; para diputaciones recurrió a líderes históricos
del movimiento indígena: Luis Macas (Parlamento Andino) y Ricardo Ulcuango
(Diputación Pichincha). El Movimiento Popular Democrático formado
en 1978 está fuertemente vinculado a la Unión Nacional de Educadores,
tiene nexos directos con el Partido Comunista Marxista Leninista, su estructura
es vertical y centralista, su votación dura gira aproximadamente alrededor
de los 150000 votos, está concentrada en los sectores del magisterio
y capas juveniles de los barrios pobres. En el año 1999 su principal
líder Jaime Hurtado, fue asesinado por bandas paramilitares; para diputaciones
recurrió a líderes del gremio de los profesores y sindicales Araceli
Moreno (Diputación Guayas) y Luis Villacís (Diputación
Pichincha). Sociedad Patriótica está conformada conformada por
los militares adherentes a Gutiérrez. A inicios de Septiembre se adhirió
una fracción del Partido Socialista, aquella ligada a los gremios de
trabajadores, especialmente los dirigentes de la principal central sindical
del país, la CEOSL.
Existieron limitaciones en la constitución de esta base de apoyo a Gutiérrez,
en el sentido que prima la urgencia y el pragmatismo, no hay un debate profundo
sobre el programa a presentar y de las estrategias a desarrollar, las premuras
de entrar rápido a la contienda aceleran el proceso, y el Coronel evade
las demandas de definiciones mas profundas e ideológicas.
UNA CAMPAÑA INTENSA, SIMBOLICA Y CON POCAS DEFINICIONES.
La campaña electoral de la primera vuelta apeló mas a los símbolos,
a la memoria de los acontecimientos recientes, antes que a un discurso ideológico
y programático. De hecho a la población le importaban poco las
palabras de los candidatos, intentaba mirar las intenciones que se podían
esconder detrás de ellas, y ponía mucha atención a la personalidad
de los líderes.
Gutiérrez hizo una campaña intensa y simple, recorrió varias
veces el país, con un discurso basado en el ataque a la corrupción,
el combate a la pobreza, a favor de un desarrollo nacional, contra los grupos
oligárquicos y los partidos que habían sido gobierno. Se trataba
de generar un símbolo y por eso fueron persistentes varias imágenes,
siempre se presentó con uniforme militar de combate, a ello añadió
la wipala que recordaba su alianza con el movimiento indígena, y reiterar
aquel 21 de Enero. El mensaje fue claro: no se trata de un político de
oficio, sino de un militar; esta unido a los sectores sociales mas combativos
y dignos; se arriesgó con valentía en el apoyo a una sublevación
para derrocar un gobierno corrupto y vendepatria; ofrece combatir la corrupción
y la pobreza.
LA VOTACION DE LA PRIMERA VUELTA: APOYO ORGANICO Y VOLUNTAD REBELDE.
Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales constituyeron
un fuerte revés para las estructuras políticas orgánicas
de la burguesía, evidenciaron un amplio rechazo a sus proyectos de gobernabilidad
con neoliberalismo y un profundo anhelo de cambio en importantes sectores del
pueblo ecuatoriano que favoreció las opciones electorales nuevas, algunas
solo retocadas como la del millonario Álvaro Noboa, y otras que representaban
efectivamente alternativas en ese estrecho escenario electoral, como las de
Gutiérrez y Roldós, en todo caso distintas a aquellos que coparon
el espectro político entre 1978 y 2002.
La tendencia de los partidos tradicionales de derecha alcanzo el 24% de la votación,
distribuida de la siguiente manera: Xavier Neira y el Partido Socialcristiano,
una opción de derecha orgánica, obtuvo el 12%; Jacobo Bucaram
y el Partido Roldosista, un populismo neoliberal, llegó al 11%; y Osvaldo
Hurtado con Patria Solidaria, una democracia cristiana liberal, apenas el 1%.
Los candidatos de la derecha no – orgánica, que deseaban superar el tutelaje
socialcristiano y del ex – presidente Febres Cordero, alcanzaron el 20%, por
un lado Alvaro Noboa y su movimiento PRIAN, en un proceso de campaña
de cuatro años, obtuvo el 17% de la votación; y Jacinto Velásquez
con el 3%.
La tendencia de izquierda alcanzo el 49%: Lucio Gutiérrez con su Sociedad
Patriótica mas los respaldos de Pachakutik y el MPD, una opción
de nacionalismo con apoyo de izquierda orgánica, obtuvo el 20% de la
votación; León Roldós, en una opción de socialdemocracia
no – orgánica con apoyo del socialismo, alcanzó el 15%; y Rodrigo
Borja y la Izquierda Democrática, una opción de socialdemocracia
liberal, obtuvo el 14% (ver anexo # 1: "Resultados electorales primera vuelta").
La trascendencia de la votación obtenida por Gutiérrez, cerca
de un millón de votos, es que en el marco del espectro electoral dado,
catalizó las acciones previas de ruptura con el establecimiento y contó
con el apoyo abierto de la izquierda orgánica. Evidencia un nivel de
la conciencia popular, con potencialidades y limitaciones que los procesos sociales
a devenir irán aclarando o disolviendo.
Los analistas de los grandes medios de comunicación pretenden mostrar
la votación de Gutiérrez como fundamentalmente circunstancial,
poco razonada, lo que ellos han llamado un "voto bronca", esto es, un pronunciamiento
de enojo, enfado y rabia. Mas es un error sobredimensionar lo inorgánico
y emotivo de este pronunciamiento popular, desestimando los elementos de conciencia
y organicidad que configuran la base sólida de esta votación,
sin la cual aquellas adhesiones emotivas no hubieran podido ser atraídas.
En primer lugar es una votación relativamente pareja en todas las regiones
del Ecuador, y eso en un país fragmentado regionalmente es imposible
obtener por la mera emotividad. Aquello solo es factible por un sustento orgánico,
esto es que los partidos y movimientos de izquierda que lo apoyaron lograron
involucrar a las bases sociales sobre las cuales actúan. En segundo lugar,
destaca en el conjunto de la votación de Gutiérrez su triunfo
en las provincias de la Sierra Centro cuando en Cotopaxi alcanza el 45%, en
Tungurahua el 37%, en Bolívar el 36%, en Chimborazo el 38%; e igualmente
en la Amazonía con el 75% en Napo, el 55% en Pastaza, el 47% en Morona.,
precisamente aquellas que contienen una importante votación indígena,
y donde profesores y líderes sociales locales tienen mayor incidencia
y repercusión. En tercer lugar, fue una candidatura con limitada presencia
en los grandes medios de comunicación, se calcula que su gasto en publicidad
fue la quinta parte de Noboa aquel que alcanzó la segunda ubicación,
en reemplazo de aquella difusión mediática, se aplicó mucha
comunicación por las vías de transmisión populares, esto
es, los líderes locales, la adhesión comunal, barrial, familiar,
la difusión subterránea de las adhesiones, que pudieron multiplicarse
en buena medida por las redes orgánicas ya establecidas (ver anexo
# 2: "Votación de Gutiérrez por regiones electorales").
No toda la votación de Gutiérrez fue orgánica, hubo mucho
de emotividad y caudillismo, pero sin aquel respaldo sólido, este no
hubiera alcanzado el triunfo. Reconocer esto representa hoy, en condiciones
que el candidato respaldado obtuvo el primer lugar y tiene posibilidades reales
de ganar la presidencia, un enorme desafío, y demanda de los dirigentes
y las bases una madurez política para preservar un proyecto auténticamente
popular y de transformación, presionar y obligar al líder nacionalista
a cumplir con sus compromisos frente a las bases populares.
En esos 920.000 votos a favor de Gutiérrez (ver anexo # 3 "Votación
de Gutierrez por provincias") están contenidos virtudes y limites
de la conciencia popular generada en los últimos años de lucha
social en el Ecuador contra los gobernantes neoliberales, en rechazo a las privatizaciones,
y por el reconocimiento de un país plural y diverso. Una resistencia
persistente al discurso oficial, un distanciamiento e incluso condena ante la
socialdemocratización institucionalizada y de componenda, un hastío
ante el mensaje hueco de los grandes medios de comunicación y los voceros
de las Cámaras de la Producción. Pero es también una conciencia
colectiva en torno a propuestas eclécticas, con programas muy amplios
pero con escasas propuestas reales de transformación en las estructuras
del sistema, con mucho de intuición y voluntarismo. En definitiva, mas
una tendencia que un proyecto político real.
Los acontecimientos venideros van a ser decisivos para marcar una consolidación
o probable dispersión de esa tendencia, y corresponderá al Coronel
Lucio Gutierrez, pero sobretodo a los partidos y movimientos de izquierda que
lo apoyaron, estar a la altura del momento histórico.
En la semana siguiente al proceso electoral la arremetida de los círculos
de poder económico nacional y transnacional se evidenciaron, se incrementaron
notablemente la salida de fondos financieros hacia el exterior, los gremios
de empresarios vaticinan un desastre y el tristemente célebre "riesgo
– país" se disparó. Lamentablemente Gutierrez ha respondido con
un intempestivo viaje hacia Washington, para tranquilizar a los "inversionistas
extranjeros" e intentar espantar los miedos al Departamento de Estado.
Los resultados electorales además arrojan un parlamento muy fraccionado,
donde la izquierda que apoyó a Gutiérrez obtiene 15 escaños
en un parlamento de cien miembros, el bloque mas numeroso será el del
Partido Socialcristiano con 24 diputados, y luego le sigue la Izquierda Democrática
con 15 miembros; el nuevo escenario se completa con 10 diputados ligados al
partido de Alvaro Noboa, 5 de la Democracia Cristiana, y el resto se distribuye
en bancadas minoritarias.
Nota:
Fuentes informativas: www.eleccionesecuador.com.ec ; www.tse.gov.ec
Anexo 1
TOTAL VOTACION NACIONAL – ELECCION PRESIDENTE
Lista |
Fuente: Datos extraoficiales del Tribunal Supremo Electoral.
Elaboración: el autor.
ANEXO 2
PROVINCIA |
VOTACION |
Azuay |
47400 |
Bolívar |
22600 |
Cañar |
21600 |
Carchi |
14200 |
Cotopaxi |
58400 |
Chimborazo |
53200 |
Imbabura |
33500 |
Loja |
35700 |
Tungurahua |
70300 |
Pichincha |
227100 |
El Oro |
51900 |
Esmeraldas |
12100 |
Los Ríos |
36400 |
Manabí |
26300 |
Galápagos |
548 |
Guayas |
121000 |
Morona |
13900 |
Napo |
20300 |
Pastaza |
11600 |
Zamora |
10000 |
Sucumbíos |
14500 |
Orellana |
9500 |