19 de noviembre del 2002
Entrevista a Joao Pedro Stedile
Nuestra tarea es seguir organizando a los movimientos sociales
Diario El Comercio de Quito
Entrevista a Joao Pedro Stedile, de 48 años y líder del Movimiento Sin Tierra, de Brasil, estuvo en Quito para participar en las movilizaciones de protesta contra el ALCA.
Joao Stedile fue el único en su familia que pudo estudiar. Como miles de campesinos del estado brasileño de Río Grande do Sul, hace 50 años, sus cuatro hermanos no tuvieron ese privilegio. Tampoco sus padres. El dirigente de los "Sin Tierra", uno de los míticos movimientos sociales radicales de América Latina, se educó gracias a la labor pastoral de la Iglesia en esa zona del Brasil.
"En 1899, mi abuelo llegó del Imperio austrohúngaro. Como él, llegaron 1 600 000 familias de campesinos pobres y hambrientos de Europa, estimulados a ir al Brasil para reemplazar a los esclavos. En mi generación ya no había espacio para el trabajo de los campesinos. Muchos hijos de esos migrantes se unieron para luchar por tierra, para aplicar la Ley de Reforma Agraria, para desapropiar los latifundios y distribuirlos. Yo soy uno de esos hijos".
¿Por qué no al ALCA?
Porque es una estrategia de las élites para aplicar en Latinoamérica el mismo modelo agrícola norteamericano: grandes haciendas, altamente mecanizadas y el control del comercio de las agroindustrias en manos de las transnacionales. Ahí no hay espacio para la agricultura campesina, las economías locales, ni la producción de alimentos en el mercado interno. El ALCA legitimaría y perennizaría un modelo que es una tragedia para miles de personas en el campo.
¿Cuál es la alternativa?
Desde la agricultura, desarrollar un modelo que priorice la distribución de la renta para que toda la gente pueda tener trabajo e ingresos suficientes. Si en la ciudad hay gente que trabaja y tiene ingresos, lo primero que hará es alimentarse mejor. Para ello es necesario una agricultura que produzca alimentos, en sitios cercanos a las ciudades. Hay que organizar una sistema basado en la agricultura familiar que produzca alimentos para el mercado local.
A esta altura y con una propuesta basada en lo local ¿es posible frenar el ALCA?
Claro que es posible. Lo primero es informar a la gente del peligro que representa el ALCA. No es un acuerdo comercial, es un plan de las grandes corporaciones estadounidenses para controlar no solo el comercio, sino el territorio, las riquezas y la moneda. Nosotros estamos impulsando una lucha en el Brasil para exigir que los gobiernos hagan plebiscitos populares, oficiales. En el Brasil hicimos un plebiscito popular. 10 millones de personas dijeron no al ALCA.
El Movimiento Sin Tierra ha ocupado millones de hectáreas de tierra para crear asentamientos, ha movilizado a miles de campesinos. ¿Hasta dónde pueden llegar sin que los frenen los grandes propietarios de las agroindustrias? ¿Cuál es el límite?
El límite lo estamos viviendo ahora. En los últimos diez años, el modelo neoliberal frenó nuestras conquistas. En estos cuatro años, casi no hemos conseguido nada en cuanto a tierras ni a economía. Por eso tuvimos que ampliar nuestra lucha. Luchamos contra el ALCA igual que lo hicimos para derrotar el gobierno de Cardoso y para elegir a Lula. Sabemos que en toda Latinoamérica el modelo económico neoliberal se está imponiendo.Sin embargo, también está sucediendo lo que muchos identifican como un resurgimiento de la izquierda en varios países. Mucha gente identifica la elección de Lula, Chávez en Venezuela y posiblemente Lucio Gutiérrez, en el Ecuador, con una sola tendencia que se fortalece.
Lo que pasa es que diez años después del modelo neoliberal, la gente se dio cuenta de que no sirve y está votando contra él. Pero todavía no hay conciencia. Cualquiera que se declare contra el modelo neoliberal puede ganar las elecciones. Lo hizo De la Rúa y cuando ganó, no hizo nada. Lo mismo pasa con Toledo en el Perú. El proceso electoral que está en curso es un voto de protesta pero todavía no es un voto consciente.
¿Qué le espera al Brasil con Lula da Silva?
La victoria de Lula es la victoria de un pueblo sufrido que quiere cambios. Lula es una persona comprometida, sin embargo, el capital no duerme, va a seguir presionando. Nuestra tarea es seguir organizando a los movimientos sociales para hacer movilizaciones y presionar o ayudar al nuevo gobierno popular.
Miércoles, 6 de Noviembre del 2002