VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

La excelsa diplomacia de Mr. Reich

El día martes 26 de noviembre de 2002, en horas de la noche, tuvimos la oportunidad de ver y escuchar a Mr. Otto Juan Reich, Asesor Especial para Latinoamérica del Departamento de Estado de EEUU, ofreciendo una lamentable entrevista para un canal de televisión privado venezolano. Por un momento pensamos que se trataba de una exageración propia de un programa de humor, y nos costaba darle crédito a aquellas palabras, sin embargo, decidimos consultar la página web del canal de TV para leer la trascripción de las declaraciones con más calma y detenimiento, percatándonos que eran aún más graves de lo que habíamos percibido en un principio.
Frase tras frase, idea tras idea, el funcionario de confianza de Mr. Bush se inmiscuía de manera flagrante en los asuntos internos de nuestro país. Comenzó expresando su preocupación por la situación interna venezolana (está bien pues, eso es relativamente aceptable). Luego comenzó a enumerar algunos problemas internos de Venezuela y reiteró que seguiría hablando sobre ellos, porque así se lo habían solicitado su Secretario de Estado y su Presidente (ahí ya comenzaba a caer en impertinencias diplomáticas). Más adelante expresó su apoyo al Secretario General de la OEA en el proceso de facilitación del diálogo en Venezuela para evitar que "que este problema en Venezuela no se empeore no se ponga más violento de lo que ha estado" (es bueno recordar que los hechos más violentos, los ocurridos del 11 al 14 de abril ocurrieron con la aquiescencia cómplice de Washington).
Posteriormente nos encontramos con una extraña afirmación al referirse a la convocatoria de la oposición al paro general del 2 de diciembre, e ignoramos si son fidedignas o constituyen un errorcito involuntario de trascripción de los encargados de la página web del canal: "nosotros apoyamos a lo que está tratando de hacer el Secretario General Gaviria y él ha dicho que el piensa que el paro va a contribuir a una solución electoral a una solución pacífica" (¿¿¿????).
Continuó alegando que "para nosotros" la mejor salida que puede encontrar Venezuela es la electoral (¿ Acaso nos interesa lo que ellos opinen al respecto?).
La periodista del canal en cuestión le preguntó sobre las declaraciones del Presidente Chávez cuando, según ella, dijo que " ni con el 90 por ciento en su contra va a renunciar" (por cierto, que manera tan poco profesional de realizar una pregunta, obviando la explicación constitucional sobre los diferentes tipos de referenda y los lapsos y requisitos que establece nuestra Carta Magna). Mr. Reich, quien seguramente conoce las disposiciones constitucionales, pues parece que el tema de Venezuela es de su más alto interés, le siguió el juego a la periodista y sentenció cual juez "que diga que no estaría dispuesto a dejar el poder si se lo pide el 90 por ciento de su ciudadanía, dejaría en duda su compromiso, vamos a decir por lo menos con la democracia y con la voluntad del pueblo" (es decir, en dos platos, lo llamo dictador potencial). Luego, el hombre nos ofrece esta perla de ingerencia en los asuntos internos de Venezuela: "hay que evitar los errores como por ejemplo lo que ocurrió con la Policía Metropolitana no creo que eso contribuye a una solución pacífica" (sin comentarios Mr. Reich) . Después dijo algo coherente en términos diplomáticos, al referirse a la preocupación hemisférica por la estabilidad de la democracia venezolana desde abril (por fin dice algo adecuado para el cargo que ostenta).
Más adelante Mr. Otto, al mejor estilo de su tocayo Otto Nuestaldt, se vuelve un ocho, pues después de pasar varios minutos inmiscuyéndose en nuestros asuntos dice: "para nosotros una relación tiene que tomar en consideración todos los aspectos bilaterales, los derechos humanos, la democracia, la seguridad, la lucha contra el terrorismo, la lucha contra la corrupción, las oportunidades económicas y la amistad o falta de amistad entre los países, la no intervención en asuntos internos de los países vecinos (...)" (ajam, ajam, Sr. Reich, tremenda contradicción, ¿o no? ).
Continúa el hombre, como un profesor evaluando a un alumno, diciendo que el gobierno de Hugo Chávez no ha logrado sus objetivos, ni cumplido sus promesas en relación con la disminución de la corrupción (¿qué nota sacamos profe?). La periodista le pregunta luego sobre las intenciones que podrían tener nuevos líderes de centroizquierda en América Latina como Lula Da Silva y Lucio Gutiérrez de seguir algunos ejemplo del proceso venezolano, a lo que Reich responde con un contundente juicio de valor: "todos los países son distintos y yo no creo que muchos gobernantes van a querer imitar lo que ha ocurrido en Venezuela en los últimos tres años porque no es muy atractivo" (¿nos permitiría usted evaluar lo atractivo del gobierno de Mr. Bush, si es que algo hay? No, mejor hacemos como la Argentina de Menem y seguimos las recomendaciones de la Casa Blanca y el FMI, eso si que es atractivo....¿cierto Mr. Reich?) Concluye el funcionario estadounidense expresando su respeto absoluto hacia los procesos internos de sus vecinos cuando expresa: "nosotros queremos ver a Venezuela como un país estable, próspero con oportunidad para sus ciudadanos democráticos, un país democrático con libertades individuales, civiles, políticas, económicas. Cuando entró el presidente Chávez al poder él dijo que eso era lo que iba a hacer, pero cuando uno ve lo que ha ocurrido hay cierta decepción; así que nosotros quisiéramos ver un cambio francamente en la actitud del Gobierno de Venezuela hacia sus propios ciudadanos" ( y nosotros un cambio del Gobierno de los estados Unidos hacia los ciudadanos del mundo, hacia la paz y hacia el medio ambiente, pero, ¿cómo hacemos?). Para finalizar, la periodista, suponemos que venezolana, con una gran sonrisa se despide con un exclamativo "muchísimas gracias" (¡ufff que tubazo tan digno!).
Después de leer estas declaraciones, los impulsos nos llevan a querer compilar un tratado de miles de volúmenes que versen sobre los actos de gobierno de los Estados Unidos, donde el propio pueblo estadounidense, y centenares de pueblos alrededor del mundo, tendrían mucho que decir sobre decepciones, errores y perjuicios. Sin embargo, como no pretendemos seguir el patético ejemplo de Mr. Reich, nos limitamos a expresar nuestra indignación hacia su conducta estructural de animadversión en contra del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y esperamos una respuesta contundente en términos políticos y diplomáticos de nuestros gobernantes.
Jorge Arreaza M.