VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Cambios a la vista

Theotonio Dos Santos

ALAI-AMLATINA

¿Qué pasa? De un lado se instaura un gobierno de derecha ideológica en Estados Unidos y se instaura una conducta imperial que niega el multilateralismo y afirma la hegemonía indiscutible del centro imperial. Aumentan los gastos militares y las presiones por una adhesión incondicional de los aliados hacia el gobierno norteamericano.
De otro lado, crece en la región más directamente sometida a la acción imperial, un nuevo liderazgo político con tradición de centro izquierda así como nuevos movimientos sociales con inspiración política anti-imperialista. Si hacemos un balance de la situación latinoamericana en el momento actual no parece reflejar lo que pasa en la metrópolis, sino, al contrario, la región parece evolucionar en la dirección contraria. No fue sin razón que el presidente del Fondo Monetario Internacional acaba de nombrar ua comisión para explicar lo que pasa en América Latina, En México, asistimos a la baja del prestigio político de Fox, abriendo camino hacia una nueva configuración política aún indefinida, al mismo tiempo, los zapatistas del subcomandante Marcus vuelven a surgir en la escena nacional como consecuencia de la agudización del conflicto en Chiapas.
En América Central vemos los Sandinistas ganaren fuerza en Nicaragua y el crecimiento del Frente Farabundo Martí en Salvador.
En Venezuela crece la radicalización en torno de Hugo Chávez, sobretodo después del intento frustrado de Golpe de Estado en su contra. En Cuba, Fidel Castro mantiene su posición de centro de unidad nacional y recupera su economía, a pesar del embargo comercial norteamericano cada vez más desmoralizado.
En Colombia, las FARC y el ELN sobreviven a un intento de liquidación militar. En Ecuador, los socia demócratas y los nuevos liderazgos militares de izquierda sorprenden en las elecciones. Lo mismo en Bolivia se agiganta el movimiento indígena y disputa la segunda vuelta.
En Perú, después de la derrumbada del dictador Fujimori, se recupera el prestigio del APRA y renacen las fuerzas de la izquierda unida que llegaran a ser mayoritarias en los años 70.
En Argentina, desmoralizase la hegemonía neoliberal que consiguiera penetrar el propio peronismo con Menen a la cabeza. Y se plantea la perspectiva de surgimiento finalmente de una izquierda con perspectivas de masas y hasta de una victoria electoral.
Pero lo más sorprendente es la perspectiva de una victoria aplastante del centro izquierda en Brasil, bajo el comando del Partido de los Trabajadores, de fuertes raíces en el movimiento obrero y en los movimientos sociales alternativos.
La victoria de Lula en Brasil es vista incluso como un catalizador de este estado de espíritu contestatario aún que moderado. A pesar de que el gobierno Lula incorpora fuerzas de centro extremamente importantes, no es absurdo pensar que tendrá que abrir un espacio importante para la izquierda del Partido de los Trabajadores y de los partidos aliados hacia la izquierda, como el PC do Brasil, el PCB, el Partido Socialista e incluso el PPS, el ex Partido Comunista, hoy bastante moderado.
La verdad es que se debe esperar un cambio significativo en el clima ideológico de la región donde el pensamiento único de corte neoliberal había ganado una fuerza impresionante.
Pero este cambio no está aún bien configurado. No se trata de volver a los términos del marco ideológico nacional- democrático y popular que sirvió de fundamento para los movimientos populistas en la región. No se trata de revivir el movimiento guerrillero de corte Castrista y Guevarista que procuró reinterpretar este cuadro nacional democrático en una forma más radical.
Hay que acordarse de que en los años 60s y 70s el marxismo tuvo un desarrollo espectacular en la región, pero se dividió en varias corrientes que iban desde una teoría de la dependencia que rescataba la especificidad de la condición de dependencia y de las realidades latinoamericanas, hasta unos intentos de aplicar un esquema ideal de origen stalinista, de inspiración maoísta o hasta de Henver Hoxja, el dirigente albanés.
Es importante rememorar que el pensamiento conservador produjo también su versión desarrollista de la ideología nacional- democrática, buscando incorporar las transformaciones por un desarrollo independiente y autónomo en un cuadro político más liberal.
Los golpes de Estado iniciados en la década del 60 y llevados a su auge en los golpes militares de corte fascista declarado, como el gobierno Pinochet en Chile, batieran de frente en contra de estas definiciones ideológicas. A pesar de su inspiración fascista ellos se inspiraban más en los fascismos subjugados y dependientes como los de Portugal y España.
Fue en el Chile de Pinochet que los ultraliberales derrotados durante la Segunda Guerra Mundial encontraron un abrigo. El grupo de los economistas de Chicago, centro del enfoque ultra liberal desarrollado en los encuentros de Mont Péllerin, fue llamado para poner en práctica sus ideas en las condiciones ideales creadas por la dictadura de Pinochet.
Nada de oposición activa, una economía de gran presencia internacional a través de un producto clave, el cobre, nacionalizado por Allende y colocado a servicio de cualquiera experiencia de desarrollo económico, con una reforma agraria que creara las mejores condiciones posibles para la modernización de la producción agrícola y una clase dominante cohesionada por el miedo de la revolución socialista fueron las bases para iniciar la experiencia neoliberal que luego se extendió para la Inglaterra de Thatcher y los Estados Unidos de Reagan.
En los años siguientes la experiencia neoliberal intentó imponerse en todo el mundo pero tuvo un éxito especial en la América Latina, presionada por su endeudamiento internacional y otras aventuras económicas inspiradas por las dictaduras militares y el dominio del pensamiento reaccionario.
Este se instauró en las organizaciones internacionales y en varias universidades hasta llegar al control de los comentaristas económicos de la gran prensa y extenderse por todos los poros de la sociedad, particularmente entre las elites empresariales, políticas, profesionales y burocráticas.
Pero las marcas de la modernización neoliberal tuvieron su lado perverso claramente expuesto en la medida en que avanzaba la aplicación de sus preceptos a la vida económica de la gente. El fortalecimiento de la concentración del ingreso, el aumento de las poblaciones pobres y miserables, el crecimiento del desempleo y de la economía informal, el aumento de la dependencia económica, social, política y sobretodo cultural, la intensificación de la violencia y la desintegración de las instituciones básicas de la sociedad fueron minando el discurso neoliberal hasta que las crisis económicas y la volatilidad de los movimientos básicos de la vida financiera les dieron sus cuestionamientos radicales.
Esta es la situación que asistimos hoy en la región. Los enormes aparatos culturales manejados por los midias no logran convencer a la gente de las bondades de las políticas neoliberales. El avance democrático, que los líderes de la propuesta pensaban manejar sin problemas a través del marketing electoral, comienza a minar el proyecto neoliberal de punta a cabo del continente.
Es claro que este rechazo popular no conmueve para nada a los neoliberales. Para ellos las políticas económicas son meras aplicaciones de los principios abstractos que manejan. El voto solo tiene sentido como un mecanismo de atender las ambiciones de participación de la gente, aumentando la legitimación del régimen y de las políticas por ellos aplicados.
Sus gestiones fueron aplastantes en su insensibilidad hacia las protestas populares. Así como Pinochet entró en el gobierno sobre los chorros de sangre de los trabajadores chilenos, la sra. Thatcher reprimió con furia excepcional los mineros del carbón en Gran Bretaña, y Reagan dio una lección radical en los trabajadores aeroviários en los Estados Unidos.
Este método junto a las medidas de choque pasaran a caracterizar la metodología de las experiencias neoliberales.
En ninguna parte de esta doctrina la fuerza de la representación popular ocupa cualquier espacio. Es pues natural que no respeten la voluntad popular expresa en la urnas. No fueron pocos los gobiernos que se eligieran en contra de la política del FMI y se entregaron a sus principios "científicos"luego que llegaron al poder.
Es interesante ver por ejemplo como un gobierno rechazado por 70% de la población brasileña intenta imponer a su probable sucesor las condiciones para su gobierno dejar de ser demagógico y "populista". Es decir, los derrotados que llevaran el país al caos y que reciben el rechazo de la gran mayoría "exigen" del nuevo gobierno que abandone las políticas que lo llevaron al poder.
Esta visión tecnocrática del Estado y de sus funciones es otra característica esencial del neoliberalismo. Tratase de un programa político profundamente anti-democrático. Esto explica la dimensión del caos que provocan en la vida de la gente que desprecian radicalmente. Esto explica también la profundidad de la crisis en que nos hundamos.
Debemos esperar que se produzca un cambio radical en el plan intelectual y no solamente en el plan político. Necesitamos recomponer los elementos claves de una nueva gobernabilidad que se apoye más directamente en la acción organizada y conciente de la gente. Es importante que estemos sorteando los obstáculos a través de movimientos democráticos y en la búsqueda de reforzar nuestras instituciones democráticas como condición para el cambio. Tratase de una colosal maduración de la conciencia de nuestros pueblos.
* Theotonio Dos Santos es profesor titular de la UFF, coordinador de la Cátedra y Red UNESCO-UNU sobre Economía Global y Desarrollo Sostenible. Su último libro recién editado en español por Plaza & Janés es La Teoría dela Dependencia: Balance y Perspectivas.