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Latinoamérica

Coordinadora de ollas populares
Organizarse para poder comer

El primer "boom" de las ollas populares data de comienzos de los ochenta. Dos décadas después, cuando el índice de desocupación ha alcanzado un récord histórico, volvieron a multiplicarse. BRECHA entrevistó a integrantes de la coordinadora que las reúne.

Martín Klein / BRECHA,URUGUAY

La Coordinadora de Ollas Populares (cop) se originó en 1983. Por ese entonces estaba integrada fundamentalmente por organizaciones sindicales, pero su conformación fue cambiando con los años y actualmente está compuesta por 15 grupos, entre guarderías, comedores, centros caif, programas de atención a personas en situación de calle y otros emprendimientos vecinales que totalizan más de 1.457 beneficiarios. "La cop tiene una tradición, una cultura de trabajo comunitario en red. En los hechos se fue dando, sin mucha preparación teórica", aseguró Ricardo Collazo, presidente de la Comisión Directiva de la cop.
Los víveres que distribuyen son principalmente los de la canasta básica, aunque también reparten huevos, pollos y artículos de limpieza. La compra de alimentos la financian principalmente con un aporte monetario que reciben mensualmente de un grupo de trabajadores del Banco Central y de la Intendencia Municipal de Montevideo, con lo que cubren el 70 por ciento de las necesidades alimentarias. "Sería muy difícil pensar que los grupos que participamos recibiéramos individualmente este tipo de colaboración", aseguró Pablo Domínguez, integrante de la cop. Sin embargo, Domínguez dijo a BRECHA que "la Intendencia ha discontinuado mucho los pagos", hecho que atribuyó a la disminución de la recaudación. Este factor tuvo un gran impacto: "El mes pasado el surtido lo hicimos con 43 mil pesos y este mes lo tuvimos que hacer con 30 mil".
TESTIMONIOS. El Centro de Promoción de la Dignidad Humana (Ceprodih) se constituyó en 1998 y desde entonces funciona como hogar diurno para niños y mujeres en situación de calle. Jessica Núñez, colaboradora de la asociación, dijo a BRECHA que los 60 niños y 25 madres que participan en el programa subsisten principalmente por los alimentos que reciben de la cop, ya que cuentan con un escaso apoyo gubernamental y municipal. El comedor Liberia, en la calle Francisco Gil de Lemos, brinda merienda y cena a 140 niños de lunes a viernes. Desde 1995 participan de la cop y su responsable, Hugo Sosa, aseguró que la comida que allí se les ofrece se ha transformado en fundamental, ya que hace tres años el Instituto Nacional de Alimentación (inda) disminuyó el aporte de alimentos secos que le otorgaban. "Este mes la polenta y los fideos no habían venido, así que tuve que aumentar el pedido en la coordinadora", dijo. Horacio Sayenave es el principal referente de la organización no gubernamental H2O, de Santa Catalina, que desde hace seis años agrupa a jóvenes "de la calle" a quienes se les enseña un oficio, principalmente albañilería y carpintería, o peluquería para las muchachas. También se hacen cargo de un merendero al cual asiste un grupo de niños. "Si no tuviéramos la asistencia en víveres de la Coordinadora de Ollas Populares no podríamos estar trabajando, porque ya casi no tenemos asistencia de ningún organismo del Estado", aseguró.
Consultado por BRECHA, el director del inda, Hebert Reyes, atribuyó la disminución del volumen de alimentos al atraso de las partidas del bimestre julio-agosto por parte del Ministerio de Economía y Finanzas y, como consecuencia, al atraso de los pagos a los proveedores quienes, conocedores de la dudosa solvencia que tendrá el Estado con sus acreedores en los próximos meses, desisten de establecer un vínculo contractual con el inda. "Hoy por hoy nadie se presenta a licitaciones a un año. Hemos tenido licitaciones desiertas", aseguró Reyes. Debido al abandono del régimen de banda de flotación del dólar y la consiguiente devaluación del peso desde el 20 de junio, el Ministerio de Economía ha recurrido a un refuerzo mensual de los rubros correspondientes al inda para mitigar la disparada de precios. Sumado al importante aumento de los beneficiarios, ello produce un desfasaje en tiempo y cantidad del abastecimiento de los alimentos, explicó Reyes a BRECHA. Sin embargo, aseguró que la situación se normalizará a finales de mes.
FUTURO INCIERTO. Collazo reconoce que en los próximos meses la situación será difícil, debido a la disminución de los ingresos de la cop y el alza de los precios de los productos, que al día de hoy se traduce en un aumento del 50 por ciento en los costos totales del surtido mensual. La coordinadora está organizando un fondo solidario internacional (disponen de una cuenta especial en el Banco República). Con ese aporte también podrían integrarse nuevos grupos a la cop. "Tenemos una lista de espera de veinte grupos desde hace dos años, que no podemos atender por razones económicas", dice el dirigente. Los postulantes deben poseer personería jurídica y una trayectoria probada en su zona de influencia. "Eso nos da una buena garantía de que el alimento que se distribuye a través de la cop va a llegar a buen lugar y no va a ser comercializado. De no ser así puede terminar mal y con problemas en la interna de los barrios. De la experiencia surgió que era bueno organizarse y fortalecer las instituciones, no es sólo llenar la panza." La cop se propone igualmente implementar a la brevedad proyectos productivos colectivos, como huertas familiares y barriales y la formación de cooperativas de consumo. n
(La cop dispone de una página web: www.laolla.8m.com y de una dirección de correo electrónico: laolla@adinet.com.uy)




Cifras
Según datos aportados a BRECHA, la población asistida actualmente por el Instituto Nacional de Alimentación se eleva a unas 400 mil personas. En febrero de este año no pasaba de las 232 mil personas en todo el país. En el Interior son 273.174 los comensales. A esas personas se deben sumar las 30 mil que reciben alimentos a través del plan alimentario que implementa el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. El miércoles 11, el titular de esa cartera, Álvaro Alonso, aseguró que el plan se extenderá hasta noviembre.
De acuerdo a datos de la consultora Doxa publicados el lunes 9 por el diario La República, el 90 por ciento de las personas que asisten a comedores no trabajan y el 76 por ciento se encuentra desocupado desde hace más de un año. A su vez, más del 75 por ciento recibe alimentos únicamente en los centros de asistencia y el 71 por ciento vive en asentamientos. Entre quienes asisten, 62,5 por ciento son hombres. Por otro lado, el sociólogo Renato Opertti señaló al semanario Búsqueda (jueves 22-viii-02) que 220 mil hogares uruguayos tienen las necesidades básicas insatisfechas. En 2000 el Instituto Nacional de Estadística registró que 51.000 niños se encontraban en situación de indigencia. Aunque los datos de 2001 aún no han sido procesados, "indican una tendencia al crecimiento particularmente en Montevideo", destacó Opertti.
El martes 17 el sindicato de trabajadores del Iname denunció que el Ministerio de Economía y Finanzas "ha ido dilatando irresponsablemente desde 1999 la entrega de las exiguas partidas presupuestales" asignadas al instituto. Como resultado, los proveedores le han cortado el crédito, lo que ha llevado a que escaseen los medicamentos, la ropa y la comida para los 43.777 niños asistidos. Sin embargo, Stella López, directora del Iname, aseguró que el recorte del 8 por ciento previsto en la rendición de cuentas no afectará al instituto y que no habrá niños que dejen de recibir sus alimentos.