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Latinoamérica

2 de octubre del 2002

Brasil: ¿Dónde está el mundo?

Emir Sader
Traducido para Rebelión por Manuel Talens

¿Dónde está la política internacional de los candidatos? Ni siquiera hablan de Argentina, a pesar de que la crisis brasileña tendrá mala solución –estamos en crisis, no lo olvidemos– si la de los argentinos no se resuelve bien. Para poder escapar de las redes del Alca es necesario fortalecer el Mercosur y crear una moneda común que nos aleje del riesgo de la dolarización.
Se trata sólo de un ejemplo, pero no habrá solución positiva de nuestra crisis si Brasil no redefine su inserción internacional y evita el campo minado del endeudamiento externo y de la subordinación a las políticas de EE.UU. y a los organismos internacionales que están bajo su influencia. La política exterior del nuevo gobierno brasileño es tan importante como la económica –o incluso más–, porque sin una reinserción soberana, Brasil no podrá poner en práctica una nueva política que rompa con la economía basada en los préstamos y que gestione las condiciones de un nuevo ciclo de expansión en el mercado interno del consumo de las masas, con distribución de la renta, creación de empleos, prioridad de las medidas sociales y afirmación del perfil multifacético de nuestro mundo cultural.
También es fundamental que Brasil emita su opinión sobre lo que sucede en el mundo de hoy y tome iniciativas que contribuyan a otro mundo posible y necesario; que se exprese abiertamente contra el papel de policía del mundo que el gobierno estadounidense pretende arrogarse, en la actualidad todavía más con su teoría de las intervenciones preventivas; que busque soluciones pacíficas para crisis como las de Colombia y Venezuela y que trabaje como mediador en la normalización sin condiciones de las relaciones entre EE.UU. y Cuba.
En suma, que represente lo que el pueblo brasileño piensa sobre un mundo solidario, justo y pacífico; que participe en la búsqueda de una solución justa, equilibrada y duradera en Oriente Próximo, lo cual implica el reconocimiento del derecho inmediato a la existencia de dos estados, palestino y judío, en igualdad de condiciones. Ello requiere que Brasil busque las alianzas internacionales necesarias para el fortalecimiento de la ONU y para una democratización de ésta que termine con la tiranía del Consejo de Seguridad y, en particular, con el derecho de veto de las grandes potencias.
Todos los candidatos deberían pronunciarse de que inmediato contra los nuevos bombardeos sobre Iraq, que son una forma adicional de ejercicio unilateral y arbitrario por parte del gobierno de EE.UU. de acusar, juzgar y condenar a quienes considera culpables, eludiendo el ya existente Tribunal Penal Internacional. Dicho sea de paso, ya que el presidente de Brasil todavía no lo hace, los candidatos deberían repudiar públicamente la nota que la embajadora de la administración Bush en nuestro país ha entregado al gobierno brasileño, amenazándolo con la suspensión de las ayudas económicas y militares en el caso de que Brasil no se retire del Tribunal Penal Internacional o, por lo menos, permita que los actos de los ciudadanos estadounidenses sean inmunes, es decir, impunes.
La recuperación de la soberanía que Brasil ha perdido, en especial durante la última década, tiene que formar parte de una ruptura con las políticas del gobierno actual, que ha rebajado el Itamarati a un subdepartamento de comercio exterior. Baste recordar que el presidente brasileño no compareció en la Cúpula del Milenio –la reunión más importante y representativa de mandatarios del mundo, patrocinada por la ONU– y envió en su lugar a la inexpresiva figura del todavía vicepresidente, lo cual fue como confesar que nuestro país no tiene nada que decir.
La semana próxima, una vez que se conozcan los resultados del plebiscito del Alca, los candidatos tendrán una buena oportunidad de redimirse pronunciándose no sólo sobre el Alca, sino también sobre todos los temas conexos, y de demostrar así de qué manera piensan convertir a Brasil en protagonista de la lucha por otro mundo posible.
21 de septiembre de 2002
(www.manueltalens.com)