14 de octubre del 2002
El ejército colombiano mata a machetazos a un minúsvalido con síndrome de Down
Voz/Rebelión "
Uno de los uniformados sacó un machete y trató de cortarle la cabeza de un machetazo, pero como estaba oscuro solo le propinó una herida a lo largo de la espalda, pero "Pirinolo" alcanzó a caminar una cuadra más y allí donde cayó, los militares le propinaron cuatro disparos de fusil en el pecho y su cadáver quedó tendido en plena calle. Aunque era ya de madrugada, todo el pueblo fue testigo del asesinato, pues todos estaban mirando por las rendijas de las puertas y las ventanas.
Ulises o «Pirinolo» era conocido y tratado cariñosamente por todos los habitantes de Santiago Pérez, pequeña población del municipio de Ataco en el sur del Tolima. Se había ganado el afecto a causa de lo colaborador y solidario con sus vecinos. No tenía vivienda, pero eso no era problema para Ulises, porque ninguno en el pueblo le negaba la comida o la dormida. Padecía de síndrome de Down, popularmente llamado mongolismo. Era fuerte, cargaba leña, bultos de café, se le media a los trasteos, arriaba ganado, no era perezoso ni zángano, tenia 34 años de edad y había llegado desde hacía 20 años al pueblo, procedente de Chaparral. Su madre, una mujer que aun vive en este municipio tolimense, y que padece el mismo mal que "Pirinolo", hoy llora su desaparición a manos del Ejército.
El sábado 29 de septiembre pasado, un día normal en Santiago Pérez, Ulises trabajó lo más que pudo, algunos le dieron sólo comida, otros le agradecían con unas monedas, en la noche "Pirinolo" se acercó a la cancha de tejo. Se divertía escuchando los balazos y las moñonas y aplaudía con felicidad. A eso de las once y media de la noche hizo presencia en el pueblo una patrulla del Ejercito, integrada por treinta uniformados del Batallón Caicedo, llegaron hasta las canchas de tejo y mientras unos requisaban y pedían documentos, otros la emprendieron a patadas y puños contra el humilde "Pirinolo", así lo sacaron de las canchas de tejo y lo llevaron en medio de dos filas dándole golpes y profiriéndole toda clase de insultos, tres cuadras más arriba uno de los uniformados sacó un machete y trató de cortarle la cabeza de un machetazo, pero como estaba oscuro solo le propinó una herida a lo largo de la espalda, pero "Pirinolo" alcanzó a caminar una cuadra más y allí donde cayó, los militares le propinaron cuatro disparos de fusil en el pecho y su cadáver quedó tendido en plena calle. Aunque era ya de madrugada, todo el pueblo fue testigo del asesinato, pues todos estaban mirando por las rendijas de las puertas y las ventanas.
En Santiago Pérez, caserío del Municipio de Ataco (Tol), no hay inspector, ni presidente de Junta de Acción Comunal, por eso al día siguiente nadie se le medía a hacer el levantamiento, el Ejército estaba en el pueblo y los soldados pasaban por encima del cadáver de Ulises a cada rato, se escuchó el ruido de un helicóptero y corrió el rumor que venía a llevarse detenido al soldado que asesinó a Ulises. Todos se preguntaron: ¿será cierto?.
A las tres de la tarde del día lunes 30 de septiembre, llegó al pueblo una mujer de avanzada edad, tendría 70 años, estaba acompañada del personero de Ataco, era la madre de Ulises, entre los dos y con la ayuda de un vecino, levantaron el cadáver y lo llevaron al cementerio para darle sepultura. A esa hora el ejercito había abandonado el pueblo. Según los habitantes del pueblo, el asesinato del popular Pirinolo, obedeció a venganza por parte de uno de los militares que integraba la patrulla del ejercito porque dos años antes en esa población le habían asesinado a su hermano acusándolo de paramilitar