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Internacional

19 de marzo del 2002

Primeras valoraciones tras la cumbre de Barcelona

Miguel García

Parecía que la "Campaña contra la Europa del Capital y la Guerra" no arrancaba. Después del gran éxito de Génova el listón se había situado muy alto y daba la impresión de que al joven movimiento de resistencia global del estado español le iba a costar mucho estar a la altura impuesta por las circunstancias. A la campaña de demonización mediática y de acoso policial lanzada desde el gobierno del PP- favorecida por el clima belicista y atentatorio contra las libertades que el gendarme estadounidense ha impuesto al mundo después de los atentados del 11-S –se sumaban las dificultades de coordinación y de entendimiento entre las muy variopintas plataformas y grupos que constituyen el movimiento de resistencia global en el estado español. Durante los meses de enero y de febrero la Campaña prevista para hacer frente a la presidencia española de la UE se saldó con muchas reuniones y discusiones y con una diversidad de acciones locales que no pueden tacharse en absoluto de fracasos pero que en todo caso se encontraban lejos de alcanzar la magnitud necesaria para hacer frente a la contraofensiva que el neoliberalismo había lanzado en todos los frentes. Pero una vez más y haciendo gala de una característica específica suya, el movimiento de resistencia global ha sorprendido al orbe entero- y a si mismo –dando el gran campanazo en Barcelona.
Se impone un primer balance- forzosamente provisional –de todo aquello que ha sucedido en torno a la Cumbre de Barcelona. Cuando aún el asfalto de las calles está caliente por las pisadas de las y los manifestantes, una primera reflexión nos lleva a las siguientes conclusiones:
1) El movimiento de resistencia global continúa su ascenso y ello a pesar de la fuerte presión a que se ha visto sometido, tanto desde el punto de vista mediático como represivo y policial. Génova fue un gran éxito, pero fue también la demostración de que los gobiernos neoliberales- y el imperialismo globalizador en su conjunto –habían decidido tomarse muy en serio la tarea de cortapisar al máximo al naciente movimiento contestatario. La estrategia escogida tiene unos objetivos claros y unos medios también claros. Los objetivos: aislar al movimiento respecto de la masa social que en estos momentos se halla aún muy impregnada del pensamiento único neoliberal, presentándolo ante ésta como un movimiento de "protestar por protestar", sin "alternativas reales ni programáticas" y fuertemente penetrado por elementos "violentos y terroristas"; también dividir al propio movimiento enfrentando a los diferentes sectores que lo componen, esperando que de esta manera cada cual "tirara por su lado". "Divide y vencerás", como dice la máxima. Los medios: una ofensiva policial y represiva de gran envergadura- capaz de intimidar a los participantes potenciales en las protestas y de "demostrar" a las "mentes bienpensantes" que el movimiento de resistencia global es algo "muy peligroso" y "delictivo" con lo que conviene no tener el menor contacto para no ser "contaminado" –junto con otra gran ofensiva mediática, explicativa y justificativa de la anterior. Y todo ello sin contemplaciones, aprovechando de la "mejor manera posible" las "lecciones históricas" dadas hasta ahora por el autoritarismo y el fascismo...
2) Que lo anterior haya podido suceder demuestra bien a las claras los límites del control que los gobiernos del sistema ejercen sobre la ciudadanía. Un movimiento relativamente débil en lo referente a estructura organizativa y medios ha podido hacer frente a la presión combinada de las "potentes" organizaciones estatales y mediáticas. Por supuesto esta debilidad organizativa e infraestructural del movimiento no es ninguna virtud (aunque puede haber quien así lo crea) y deberá salir de ella si pretende pasar de la protesta actual a las transformaciones sociales efectivas, pero que la misma no haya sido obstáculo para "imponerse" a la presión gubernamental y mediática, nos indica que el "control del sistema"- tan mitificado- es mucho más endeble de lo que normalmente se supone.
3) El movimiento de resistencia global es plural- y debe seguir siéndolo –pero los sectores más anticapitalistas y antisistema tienen un gran peso en el mismo y juegan un papel relevante en su dinámica que se debe mantener. Téngase en cuenta algo muy importante, que la "iniciativa" en el desarrollo de la Campaña y de las protestas no ha partido de las organizaciones más "moderadas" o "institucionales" del movimiento- las cuales "se están subiendo al carro" de éste a trancas y barrancas – sino de los sectores- massmedia "dixit" –"radicales y antisistema pero pacíficas". Eso es así duela a quien duela. Los "desembarcos" de la socialdemocracia en Porto Alegre o la presencia del "Foro Social" en Barcelona son significativos e importantes para el movimiento por lo que suponen de masificación y extensión de su influencia, pero los que van"delante" son los que tomaron la iniciativa de convocar la manifestación (la "Campaña contra la Europa del Capital y la Guerra") y pudieron concluirla (el bloque del "Foro Social" se quedó a la cola y sin poder "salir" dada la magnitud del acto, hecho éste cargado de un gran simbolismo). Es éste uno de los grandes retos del movimiento en el futuro inmediato: expandirse y masificarse, pero sin dejarse atrapar en las redes y trampas de lo institucional y lo establecido. Se quiere "otro mundo posible", no el "viejo mundo" un poco "retocado y maquillado" para hacerlo algo más presentable y soportable.
4) Se ha aguantado bien el "choque" de la nueva "estrategia" antimovimiento y de la contraofensiva iniciada en Gotteborg y Génova y ampliada a nivel mundial después del 11-S. De manera quizás bastante espontaneísta y descoordinada, pero plantando respuestas elementales de contrainformación y de organización ante la nueva "estrategia" de los globalizadores. Y han funcionado. La organización de la manifestación de Barcelona ha conseguido evitar hechos como los acaecidos en Gotteborg y Génova, al tiempo que "visualizaba" muy claramente, para quien aún tenga ojos, que la mayoría de las personas y colectivos presentes pretendía algo muy distinto a tener altercados con la policía o atacar sedes bancarias. La contrainformación ha sido también eficaz, tanto por los medios propios utilizados (por ejemplo, en Internet se van multiplicando las páginas de información alternativa) como por la simpatía difusa (y a veces concreta) de que entre sectores de periodistas de los grandes medios de comunicación goza el movimiento. Esto último hace que haya un "goteo" de artículos y notas que "rompen" la línea contaminadora oficialmente dictada. Otro hecho cargado de simbolismo: cuando una periodista de Tele5 estaba informando en directo de los enfrentamientos que se produjeron una vez acabada la manifestación, un joven se le hechó encima del micrófono y gritó "la polícía está machacando", lo cual fue visto y oído por toda la audiencia de la cadena. Inmediatamente se cortó la transmisión y un presentador algo descompuesto retomó como pudo el hilo del discurso oficial. Por la fuerza, la realidad se "había metido" en la programación de Tele5...
5) A pesar de todo lo anterior los globalizadores continúan "a piñón fijo" con sus políticas. Botón de muestra los discursos del presidente Aznar en la Cumbre y las conclusiones y acuerdos de la misma. Lo único que sí ha cambiado es el "lenguaje" que empieza a ser de un "edulcorado" verdaderamente esperpéntico. Sin embargo los políticos neoliberales de variopinta afiliación partidaria, en el interior de sus salones protegidos por los cordones policiales, no parecen muy dispuestos a cambiar de orientación. Se ha de ver el tiempo el tiempo que la realidad, por la fuerza, tardará en entrar en los salones...
Como el lector habrá visto, la mayor parte de lo expuesto tiene una marcada orientación optimista y positiva. No puede ser de otra manera después del éxito habido este fin de semana. Tiempo habrá para reflexiones más "mesuradas" y "ecuánimes", aunque esperamos que cuando se produzcan no puedan alterar en lo fundamental lo aquí dicho.